L. G | diariovasco.com | 04/07/2025
«En depresiones leves o moderadas, el azafrán ha demostrado tener una eficacia similar a la fluoxetina», afirma el doctor Alejandro Martínez Rico
«¿Y si te dijera que en tu despensa tienes un potentísimo antidepresivo y nunca nadie te lo ha contado?», lanza el psiquiatra Alejandro Martínez Rico en uno de sus últimos vídeos en redes sociales. No habla de un nuevo medicamento ni de un suplemento milagroso, sino de algo tan cotidiano como inesperado: el azafrán, esa especia de color rojo intenso que suele dar sabor y color al arroz.
Lo que durante siglos ha sido considerado un tesoro
culinario, hoy comienza a ganar
protagonismo en el campo de la salud mental. El azafrán, también conocido como oro rojo, se extrae de
los estigmas de la flor Crocus sativus, y según el doctor Martínez Rico, posee
propiedades con un potencial terapéutico comparable al de los antidepresivos
convencionales.
«En depresiones leves o moderadas,
el azafrán ha demostrado tener una eficacia similar a la fluoxetina, pero
siendo un producto completamente natural y, en muchos casos, mejor tolerado»,
explica el especialista.
El azafrán es una planta
utilizada desde hace siglos por sus propiedades medicinales. Sus «hilitos
rojos», conocidos como estigmas, se recolectan a mano y se secan
cuidadosamente, lo que contribuye a su elevado valor en el mercado.
Lo que muchos desconocen
es que más allá de su uso en la cocina, estos estigmas contienen principios
activos con una capacidad sorprendente para influir en el estado de ánimo.
Numerosos estudios
clínicos respaldan sus efectos beneficiosos sobre la salud mental. Según
Martínez Rico, su uso puede marcar una diferencia real en personas que sufren
trastornos emocionales leves:
¿Para qué sirve el azafrán?
·
Mejora el estado de ánimo
en personas con depresión leve o moderada.
·
Reduce la ansiedad y el
nerviosismo.
·
Regula la serotonina,
conocida como la «hormona de la felicidad».
·
Tiene una eficacia
comparable a ciertos antidepresivos, como la fluoxetina (según diversos
estudios publicados en revistas científicas)
«Es una herramienta muy
valiosa cuando buscamos enfoques más integrales o naturales para ayudar a
pacientes que están atravesando momentos emocionalmente difíciles», afirma el
psiquiatra.
Los efectos terapéuticos
del azafrán se deben a compuestos como la crocina y el safranal, que actúan
directamente sobre varios sistemas implicados en el equilibrio emocional:
¿Cómo actúa el azafrán en el cerebro?
·
Aumenta la producción de
serotonina, mejorando el estado de ánimo.
·
Reduce el estrés
oxidativo y la inflamación, dos factores clave relacionados con la depresión.
·
Modula la respuesta al
estrés, regulando los niveles de cortisol (la «hormona del estrés»).
·
Estimula la
neuroprotección, favoreciendo la regeneración y protección de las células
cerebrales.
Aunque es posible
consumir azafrán en la cocina, la cantidad necesaria para obtener efectos
terapéuticos es mucho mayor que la que usamos habitualmente en los platos. Por
eso, se recomienda el consumo en cápsulas.
¿Cómo se toma y en qué dosis?
·
Dosis recomendada: 30 mg
diarios (generalmente divididos en dos tomas de 15 mg).
·
Forma ideal: cápsulas
estandarizadas de extracto de azafrán, disponibles en farmacias y tiendas
especializadas.
«Una pizca en la paella
es deliciosa, pero no alcanza la dosis terapéutica. Para efectos clínicos
reales, hay que recurrir al extracto concentrado en cápsulas», puntualiza
Martínez Rico.
En general, el azafrán es
muy bien tolerado y seguro para la mayoría de personas. Sin embargo, como
cualquier sustancia con efecto fisiológico, no está exento de posibles efectos
secundarios:
¿Es seguro?
·
Leves: náuseas,
somnolencia o dolor de cabeza en algunos casos.
·
Contraindicado durante el
embarazo o la lactancia.
·
Si tomas medicación,
especialmente antidepresivos o ansiolíticos, es fundamental consultar antes con
un médico o psiquiatra.
¿Puede sustituir a un antidepresivo?
«El azafrán no debe
sustituir un antidepresivo sin supervisión médica. Puede ser una alternativa en
casos leves o un complemento, pero jamás se deben tomar decisiones de este tipo
sin orientación profesional», advierte el doctor.