BLANCA ESPADA | okdiario.com | 14/08/2025
El psicólogo Daniel Goleman explica el porqué la inteligencia emocional es algo tan importante
La inteligencia emocional es un valor que puede que en el pasado no se tuviera tanto
en cuenta, o de hecho no se hablaba de ella con la importancia que hoy en día
se hace. Y más cuando se trata de niños, que lo absorben
todo desde que nacen y para los que tener una buena inteligencia emocional es
algo esencial que además, les va a servir para toda la vida. Algo que defiende
el psicólogo y autor Daniel
Goleman en una entrevista que corre por las redes, y en la que deja además claro qué es lo que más puede
desequilibrar a tu hijo.
Una rabieta por algo que no consigue, que se pelee con su hermano
o con un compañero en el colegio. Todo ello son momentos en los que el niño va
a estar enfadado y en algunos casos, sumará otras emociones como la ira o la
frustración. Todo un torrente de emociones para el pequeño que dependiendo de
la edad que tenga, es posible que no sepa cómo hacer frente y entonces, vaya a
más. Por ello, Goleman deja claro que es la
forma en que los padres y madres responden a esas situaciones, la que se queda en el cerebro y en el desarrollo emocional de
sus hijos.
Goleman de 79 años, lleva décadas investigando cómo las emociones influyen en el aprendizaje, el liderazgo y las relaciones, y tiene claro el valor de la inteligencia emocional que además no se enseña mediante la palabra o datos técnicos sino con acciones y gestos. Así, desde coger a un bebé para que deje de llorar o estar al lado del niño cuando se encuentra en un momento de frustración, todo se convierte en una lección que moldea la forma en que ese joven aprenderá a manejar sus sentimientos. Y con inteligencia emocional podrá lidiar mejor con su vida adulta y de hecho, ser más eficaz a la responder ante situaciones para las que no va a poder utilizar los conocimientos básicos, como por ejemplo las matemáticas, que haya aprendido en la escuela.
La importancia de la inteligencia emocional según un experto
En la opinión de Goleman, gran parte de lo que “desequilibra” a un niño no
viene de fuera, sino de su entorno más cercano. Los conflictos en casa o con otros niños son las principales
fuentes de alteración emocional. Y, cuando no
se aprenden herramientas para gestionarlos, esa tensión interfiere en la
concentración, el rendimiento escolar y la capacidad de relacionarse.
Para Goleman, la educación en lo que respecta a la inteligencia
emocional no es un concepto abstracto ya que considera que ya está ahí desde
que el bebé nace y sus padres comienzan a cuidarle. «En el momento en que tomas a un bebé y le ayudas a calmarse, estás enseñando a su cerebro cómo
salir de un estado de alteración. Eso es inteligencia emocional en acción», explica.
El cerebro infantil, recuerda,
está diseñado para observar y copiar a los adultos. Y si las figuras de referencia muestran calma, empatía y
autocontrol, los niños integran esas habilidades como un reflejo natural. Por
eso afirma que los padres son «los primeros entrenadores» del cerebro emocional de sus hijos.
Lo que más altera a un niño
Según explica el experto
en el vídeo que se ha hecho viral en TikTok,
los problemas familiares y las tensiones con otros niños son los
detonantes más frecuentes de la inestabilidad emocional en la infancia. Cuando estas emociones intensas toman el control,
incluso la parte más racional del
cerebro, que es la corteza prefrontal, queda en segundo plano.
“El cerebro está dispuesto de manera que la parte emocional puede
dominar a la racional si estás alterado. Y para un niño, lo que más le altera es lo que ocurre en casa y lo que pasa con otros
niños”, señala.
La inteligencia emocional en el aula
Goleman sostiene que cada alteración
emocional es, en realidad, una distracción. Un alumno preocupado por una pelea o por no haber sido invitado
a una fiesta no podrá concentrarse en lo que dice el profesor.
Si desde la escuela se ayudara a los niños a gestionar esos
«melodramas» cotidianos, aprenderían mejor. “Eso es lo que muestran los datos, y no sólo en la educación,
también en el mundo empresarial”, comenta.
La lección que las empresas ya aprendieron
En un trabajo, las matemáticas, el idioma o cualquier habilidad
técnica son, como dice Goleman, «el pase de entrada». Sin ellas no se empieza,
pero tampoco garantizan destacar. Lo que
separa a un buen profesional de uno excelente no está en un manual, sino en saber convencer, colaborar con otros, mantener la calma cuando todo se complica y
entender lo que siente la persona que tienes enfrente.
El psicólogo explica que, entre los directivos con más
trayectoria, el 70% coinciden en algo: la inteligencia emocional es decisiva para llegar lejos. Aun así, en muchas aulas se sigue apostando casi en
exclusiva por las asignaturas de siempre, sin un espacio claro para entrenar
estas destrezas.
De este modo, para Goleman, educar no es sólo transmitir datos,
sino preparar para la vida. Significa formar a personas que sepan manejar lo
que sienten, adaptarse a lo que venga y construir relaciones sólidas. “Deberíamos enseñar a ser un trabajador eficaz, un buen ciudadano, un buen
esposo, esposa, padre o madre”, insiste.
Y es que los títulos y los conocimientos técnicos pueden abrir la
primera puerta, pero son las habilidades
emocionales las que te pueden convertir
en un profesional de éxito o cómo dice Goleman, en un «líder» y eso es algo que
se aprende desde que nacemos.