lunes, 17 de octubre de 2022

Es la hora de reconstruir los pilares de nuestra salud mental: "El ritmo de vida que tenemos es un caldo de cultivo para las enfermedades mentales"


REDACCIÓN      |      La Voz de Galicia      |      12/10/2022


Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, radiografiamos, de la mano de expertos en psicología, psiquiatría, nutrición y neurociencia, el futuro de la salud mental en un mundo cambiante

Jared Diamond, biólogo, geógrafo y profesor de la Universidad de California, argumentó científicamente en su artículo 'El peor error en la historia de la humanidad' que el descubrimiento de la agricultura había arruinado a nuestra especie. El ganador del premio Pulitzer en 1998 aportó estudios sobre sociedades primitivas del Kalahari o nómadas de Tanzania que concluyeron que estas tribus, pese a sus necesidades cazadoras, disfrutaban de un mejor descanso y gozaban de más tiempo libre que las sociedades occidentales —agrícolas e industriales—. «Fue la agricultura la que nos permitió construir el Partenón o a Bach componer la Misa en Si menor», reconoce el autor; pero, tal vez, con la primera cosecha empezamos a destrozar nuestra salud mental.

Fuese así o no, en el siglo XX rematamos a nuestra psique. Se demolieron todos los cimientos sin saber muy bien qué factura estaba por cobrarse. Dinamita a nuestro descanso, convirtiendo el trabajo en una forma de vida y no en un sustento; dinamita a nuestra actividad física, abrazando el sedentarismo que facilitó el progreso informático; dinamita a la alimentación, abriendo las puertas de nuestras neveras a los ultraprocesados. Todo esto mientras la salida hacia la terapia psicológica estaba tapiada con una enorme señal de estigma. Así fueron los ochenta, los noventa y la entrada del celebrado nuevo siglo. La última carga la colocamos en las vigas que aún quedaban en pie en el XXI. Dinamita a nuestra forma de relacionarnos con la aparición —sin manual de instrucciones— de las redes sociales, que nos convirtieron en sujetos públicos y, en ocasiones, en maniquíes. Los muros que aún quedaban en pie, la pandemia los convirtió en escombro.

Lo bueno es que el viento ha cambiado de dirección. Entre el derrumbe, la salud mental se ha reivindicado. El sufrimiento se convirtió en titulares; los testimonios, en conciencia. Toca empezar de cero. Intervenir, más como una rehabilitación que como una reconstrucción, porque el mundo del 2022 ha venido para quedarse y la rueda seguirá girando, por eso, los cimientos deben volver a ser sólidos. «Como sociedad, tenemos ahora nuevos retos. Los avances han llegado y no se puede volver atrás. Tirarse al monte con una navaja no creo que sea una solución», razona Xacobe Abel Fernández, psicólogo clínico y presidente de la sección de Psicoloxía e Saúde del Colexio Oficial de Psicólogos de Galicia. La pregunta es cómo hacerlo y qué mejor día para planteárselo que hoy, el Día Mundial de la Salud Mental. 


Encontrar un equilibrio en un mundo cambiante

«Buscar la estabilidad en el cambio. Ese es el gran reto social en la salud mental», quien marca el objetivo en la diana es Raquel Rodríguez-Carvajal, doctora en psicología y profesora en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Hay problemas de partida y la profesora empieza por la propia naturaleza de los seres humanos, vulnerables como ningún otro mamífero desde su nacimiento. Explica que todo iba relativamente bien cuando los niveles de certidumbre eran altos. «El mundo que teníamos cuando se instauraron las sociedades del bienestar era un mundo previsible. Si tu padre trabajaba en una factoría, probablemente tú accedieses a esa factoría; padre zapatero, hijo zapatero. Había unos nichos de desarrollo muy claros, una sensación de control del entorno», desgrana.

Eso hizo que las personas, durante mucho tiempo, pudiesen construir una sensación de control sobre la acumulación de capital, de personas, de materiales que nos daban de seguridad. El problema es que las reglas del juego han cambiado en medio de la partida y ese equilibrio, esa falsa sensación de control, se desplomó. El progreso y la globalización cambiaron el mundo. «La globalización y la conectividad nos han llevado a una toma de conciencia muy grande de la variabilidad de las cosas, de la impermanencia. Y el covid nos ha puesto todavía más en nuestro sitio», dice Rodríguez-Carvajal que añade: «La estabilidad ya no la podemos buscar de una manera estática, sino dinámica, logrando estar estables en los procesos de cambio constante en los que estamos». Esta es la revolución y el gran reto de la salud mental del siglo XXI.

La buena noticia es que estos cambios ya están empezando a darse. Si hoy se diagnostican más trastornos mentales que en décadas pasadas, esto es, en parte, porque se ha tomado una mayor conciencia sobre la importancia de tratarlos. «Hace 20 o 30 años, la salud mental estaba en un segundo plano, no se hablaba tanto. Había trastornos que seguramente no se diagnosticaban porque no se conocía su semiología, sus síntomas. Hoy, cuando tienes un problema, acudes al médico», observa el psiquiatra Álvaro Moleón.

Sin embargo, aún queda mucho por recorrer. «El ritmo de vida que tenemos, ese poco tiempo que tenemos para disfrutar con los nuestros, para dedicarle al deporte y a descansar, todo eso es un caldo de cultivo para las enfermedades mentales. Por eso, cada vez se están consumiendo más sustancias tóxicas. Cocaína, cannabis, alcohol. Todo eso hace que aumente el desarrollo de la enfermedad mental. Y aparte, la situación que en los últimos años hemos vivido entre la pandemia, la guerra de Ucrania, la incertidumbre de la inflación económica... Todas esas circunstancias externas tienen una influencia en la aparición de trastornos psíquicos», describe Moleón.

Como vemos, el panorama es complejo, pero hay indicios alentadores. Lo que está en juego es nada menos que el paradigma de salud mental. Y, aunque mucho de ello involucra decisiones a niveles políticos, hay cosas que podemos hacer desde nuestra individualidad para transformarlo. Empieza por prestarles atención a los seis pilares de una mente sana.


Pilar 1.- Hábitos de pensamiento
Pilar 2.- El ejercicio: la vida sedentaria que daña las neuronas
Pilar 3.- El descanso: la almohada como cicatrizante de la mente
Pilar 4.- Alimentación: bombas de vitaminas para prevenir la depresión
Pilar 5.- Relaciones sociales
Pilar 6.- La terapia, por qué y cuándo: del chamanismo a la consulta

NOTA.- Todos estos pilares están ampliamente explicados en este artículo, pero para no hacerlo muy largo, si os interesa, lo podéis encontrar en los datos de cabecera; “título, periódico y fecha de publicación.”