CRISTINA VILA | GQ | 30/07/2024
Es
algo que jamás te esperarías.30 de
julio de 2024
Mejorar tu salud mental debe ser una tarea
que siempre debes poner la primera en tu lista de prioridades, por mucho que
creas que estás perfectamente. Debemos encontrarnos en un estado de bienestar
y, además, se capaces de lidiar con situaciones complicadas por mucho que nos
cueste.
Según los expertos hay una cosa muy sencilla e infravalorada que podemos
hacer: leer. Sí, así es. Leer puede reducir el
estrés de forma significativa. Y no hace falta que leamos novelas largas y
pesadas. Puede ser todo lo que queramos. Hay estudios de la Universidad de
Sussex que demuestran que nuestros niveles de estrés pueden disminuir en
un 68% y que solo son necesarios 6 minutos al día.
Al leer, entramos en un estado de concentración
profundo que nos permite olvidarnos de lo que existe a nuestro alrededor,
encontrar nuevas perspectivas y enfocar nuestra atención a cosas que no tienen
nada que ver con nuestra preocupaciones y problemas. Además, todos sabemos cómo
puede aumentar nuestra sabiduría, pero también cómo optimiza el funcionamiento
de nuestra mente y cómo nos ayuda a encontrar
nuevas formas de pensar.
Otro gran beneficio es el cómo nos ayuda a dormir si lo hacemos justo
antes de acostarnos, y y ello tendrá un gran impacto a la hora de mejorar tu
salud mental, ya que la falta de sueño y de descanso puede agravar problemas
como la depresión o la ansiedad. Y, por si fuera poco, ayuda a retrasar el
declive cognitivo a medida que envejecemos.
Cómo podemos empezar a leer
Muchos creen que leer no es para ellos: les parece aburrido, pesado y un
sin sentido. Pero lo cierto es que leer es para todo el mundo y simplemente
depende de encontrar una temática que nos guste y de crear un hábito de
lectura. Para hacerlo podemos seguir los pasos que nos indica James Clear
en Hábitos Atómicos.
- Hacerlo
evidente. Primero, debemos tomar conciencia de
cuáles son nuestros hábitos actuales para después programar cuándo
queremos implementar uno nuevo. Podemos unirlo a otros hábitos que ya tengamos.
Por ejemplo, leer cuando nos estemos tomando el café de por la mañana. Otro
truco será dejarnos recordatorios que nos recuerden que lo hagamos (dejar
el libro preparado en la mesa donde tomamos el desayuno).
- Hacer
que sea algo atractivo. Para que leer nos atraiga, podemos
hacerlo en una actividad que hagamos pero que no nos apasione (si andamos en la cinta
en el gimnasio, podemos hacerlo leyendo). Otra opción es
unirnos a un club de lectura o crear un ritual que disfrutemos al que lo
podamos añadir (el momento del café).
- Hacer
que sea fácil. Tendremos que eliminar todas
aquellas cosas que nos impidan llevarlo a cabo, como dejar el móvil en
otra habitación. Será útil llevar siempre nuestro libro o e-book con
nosotros.
- Convertirlo
en satisfactorio. Esto puede consistir en distintas
cosas: establecer una recompensa cada vez que nos leamos un libro, ir
registrando qué es lo que leemos…
Lo más importante será en todo momento ir adoptando estos pequeños hábitos
que hagan que, al final, nos guste leer. Para ello, tendremos que encontrar la
temática que más nos motive. Pueden ser novelas de suspense, románticas, históricas,
enciclopedias o manuales si lo que queremos es aprender sobre un tema
determinado, biografías si hay algún personaje que nos interese en especial o,
simplemente, las noticias o una revista por la mañana para estar al día de
todo.
El decir que leer no nos gusta o que no es para nosotros es simplemente un
mito y desmentirlo está en nuestras manos. Al hacerlo, pronto notaremos la
diferencia en nuestra capacidad de concentración pero, por supuesto, en nuestra
salud mental.