Un informe
revela poca coordinación entre las Administraciones catalanas para tratar a los
menores con trastornos mentales.
La escasez de
recursos y la falta de coordinación entre las Administraciones catalanas
(Departamento de Salud, de Asuntos Sociales y Trabajo, y de Enseñanza) han
puesto en jaque la atención a la salud mental infantil en Cataluña. Un informe
de la Fundación Pere Tarrés y la Federación Salut Mental Catalunya (SMC) ha
constatado numerosas carencias asistenciales en menores con trastornos mentales
que han dibujado una situación "muy mala" de la atención a la salud
mental de los niños.
Sobre la base
de que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 10% y un 20%
de la población infantil y adolescente padece problemas de salud mental, los
expertos de las dos entidades sociales han radiografiado la situación de la
salud mental infantil en Cataluña y han detectado fallos desde el primer
eslabón de prevención hasta el último nivel asistencial. "La cuestión es
que la salud mental se ha de abordar de forma integral para acabar con los
déficits detectados", ha apuntado Israel Molinero, de SMC. Los niños
atendidos por trastornos mentales en Cataluña crecieron un 27% desde 2009.
Pese a que la Generalitat puso en marcha en 2014
un plan integral de atención a la salud mental, las instituciones han
reconocido que funciona
a medio gas.
"Es una buena herramienta , pero hay que ponerle más recursos y esfuerzos.
Se ha empezado a hacer alguna propuesta , pero se ha parado, y el parón
político de los últimos tiempos tampoco ha ayudado", ha indicado Molinero.
Las entidades han exigido "que se dote de recursos económicos y
humanos" para tirar adelante el plan.
El problema, según el informe, es que "las
actuaciones que se llevan a cabo están muy fragmentadas" y no hay
coordinación ni conexión entre los distintos departamentos implicados para
poner en marcha políticas integrales y activas. "Tenemos poco conocimiento
mutuo entre dispositivos y servicios, lo que genera una discontinuidad en la
atención a las personas y respuestas a sus problemas muy dilatadas en el
tiempo", ha explicado Rosa Coscolla, una de las autoras de la
investigación.
Los expertos también señalan que "la
falta de recursos en algunos territorios dificulta el acceso a servicios de
proximidad".
Estos problemas de accesibilidad se agudizan más en los colectivos sociales más
vulnerables. Las listas de espera para acceder a los centros de salud mental
infantil y juvenil (CSMIJ), han indicado, también son un bache para atajar los
trastornos mentales en fases precoces. Según el informe, la asistencia de los
especialistas se reduce "a seis visitas anuales y no se hacen tratamientos,
ni psicoterapias".