Felipe Espinosa Wang
con información de Harvard Business Review y Big Think - dw.com.es 12/03/2024
En un mundo donde la rutina y el confort se convierten en cadenas
invisibles, un nuevo libro emerge como un faro de esperanza, planteando una
audaz solución: la "deshabituación".
Si alguna vez te
has despertado pensando que estás atrapado en un bucle infinito, donde lo que
antes te llenaba de alegría ahora solo engrosa tu lista de tedio cotidiano, no
estás solo. Esta especie de repetición constante, donde cada día es un eco del
anterior, nos hace sentir como si estuviéramos atrapados bajo una "especie
de caparazón" que, cada día que pasa, se vuelve más rígido y opresivo.
¿Cuál es la solución? Quizá la más obvia, romper con la monotonía. Pero ¿qué más
podemos aprender sobre este fenómeno tan común desde la perspectiva de la
ciencia?
Lo que
experimentamos tiene un nombre en el ámbito científico: habituación.
Nuestro cerebro, ese órgano
maravilloso y misterioso, tiende a disminuir su respuesta ante estímulos
repetitivos. Lo que inicialmente nos proporcionaba satisfacción y sentido a
nuestras vidas, con el tiempo puede dejar de tener el mismo efecto.
Esta idea es
central en las investigaciones de Tali Sharot, una profesora del University
College de Londres y del MIT, y Cass R. Sunstein, un académico y
exadministrador de la Oficina de Información y Asuntos Reguladores durante la
administración Obama. Juntos exploran este tema en su obra Look
Again: The power of noticeing what was always there (Volver a mirar:
El poder de darse cuenta de lo que siempre estuvo ahí), proponiendo
una interesante solución: "deshabituar" para encontrar de nuevo la felicidad.
Sharot, en un artículo para
el Harvard
Business Review, nos ofrece ejemplos cotidianos
para ilustrar este fenómeno, como dejar de percibir el aroma de un perfume
nuevo después de usarlo varias veces o acostumbrarse rápidamente a la
temperatura de una piscina. Sin embargo, este proceso no solo afecta nuestras
percepciones sensoriales, sino también aspectos más profundos de nuestras
vidas, como el trabajo y las relaciones personales. Y no solo a los
aspectos positivos, como quienes ejercen profesiones nobles y apasionadas, sino
que también puede ofrecer una explicación, por ejemplo, de por qué algunas
personas permanecen en relaciones perjudiciales.
Obligarse a deshabituarte
Los autores, que
hacen hincapié que la habituación es un mecanismo neurológico esencial para
nuestra evolución, y que nos ayuda a adaptarnos a nuestro entorno, subrayan la
importancia de romper nuestros hábitos para buscar la variedad a fin de
apreciar lo que nos rodea. Al introducir cambios en nuestra rutina diaria, nos obligamos a
"deshabitarnos" y a ver el mundo desde una perspectiva fresca y
renovada. Esta apertura al cambio nos permite evolucionar y encontrar mayor
felicidad en nuestras vidas, afirman. En otras palabras, mirar lo conocido con
ojos nuevos ofrecería importantes ventajas.
"Una de las
razones por las que la diversificación conduce a la alegría es que te pone en
un estado de aprendizaje, y el aprendizaje es intrínsecamente
gratificante", afirma Sharot. "Como el cambio suele conducir al aprendizaje,
puede aumentar el bienestar", agrega.
En un mundo donde la rutina y el confort se convierten en cadenas
invisibles, un nuevo libro emerge como un faro de esperanza, planteando una
audaz solución: la "deshabituación".Imagen: Pond5 Images/IMAGO
Sharot destaca en
concreto el impacto significativo de los hábitos en nuestras vidas, señalando
cómo ciertos "hábitos" que merecen nuestra atención, como el racismo
y el sexismo, pueden normalizarse si no somos cuidadosos. Así, deshabituar nos
permite ver con claridad las fallas en nuestras relaciones y entornos,
permitiéndonos apreciar mejor las maravillas y las personas que forman parte de
nuestra vida cotidiana.
Exploradores vs. explotadores
En cuanto al
balance que hay entre el hábito y la variedad, Sharot plantea una interesante
dicotomía entre exploradores, aquellos que buscan constantemente nuevas
experiencias, y explotadores, quienes prefieren la comodidad de lo familiar. La
clave, según ella, radica en encontrar un equilibrio entre explorar lo nuevo y aprovechar
lo conocido.
"Hablamos un
poco de exploradores frente a explotadores", dice Sharot a Big Think. "A los
exploradores les gusta probar cosas nuevas. Pueden visitar distintos lugares y
hablar con distintos tipos de personas, ¿no? Los explotadores tienden a hacer
más de lo mismo que les gusta. Comen el mismo tipo de cosas y así sucesivamente...
y la solución óptima está en algún punto intermedio que quieres explotar;
quieres coger las cosas buenas que ya conocen", agrega.
En última
instancia, la conclusión a la que llega el último libro de Sharot y Sunstein
nos enfrenta a una realidad inquietante: demasiados de nosotros nos conformamos
con vivir en un ciclo continuo de comodidad y repetición, especialmente
perceptible a medida que alcanzamos la madurez. Así, el mensaje subyacente del
libro invita a una profunda reflexión y, tal vez, a un cambio necesario: es
hora de desafiar el statu quo, de atreverse a romper con lo
habitual y explorar nuevos caminos. En ese sentido, adoptar la
"deshabituación" pueda que no sea solo una opción, sino una urgencia
para inyectar vitalidad y renovación a nuestras vidas.