MAR ROCABERT MALTAS
| Barcelona
| El País |
14/05/2020
La crisis hace mella en la salud mental y las
peticiones de ayuda se disparan.
Entra un caso nuevo en
la pantalla de Gemma, y la psicóloga coge el teléfono para llamarle. Al otro
lado de la línea, descuelga una persona que ha entrado en la aplicación Gestión
Emocional y ha respondido unas preguntas
para evaluar su estado mental. El protocolo de esta aplicación la ha calificado
como alguien que necesita atención y el sistema de apoyo personal se activa
para atenderle. Gemma es una de las 100 psicólogas que el Sistema de Emergències
Mèdiques (SEM) ha puesto al servicio de los ciudadanos para dar respuesta a
las crecientes llamadas relacionadas con los trastornos mentales a raíz de la
pandemia de coronavirus.
La propia aplicación criba para detectar los casos graves.
A los pocos días de
iniciarse el confinamiento, el teléfono de emergencias 061 quedó colapsado.
Pasó de recibir unas 6.000 llamadas al día a 25.000, una avalancha a la que se
intentó responder con más profesionales al aparato. El SEM adaptó una nueva
nave industrial donde se instalaron más operadores y un nuevo equipo formado
por un centenar de psicólogos.
Según los datos del
primer mes de funcionamiento, más de 61.000 personas han usado la aplicación,
de las cuales más de 5.700 han sido derivadas a un centro de salud mental o de
atención primaria. Los trastornos mentales, sobre todo ansiedad y depresión,
empiezan a hacer mella en la población por el estado de alarma, sin que la
incipiente desescalada muestre síntomas de recuperación de los ánimos.
La aplicación Gestión
Emocional se puso en marcha en tiempo récord, cuenta Andrés Cuartero,
coordinador de atención psicológica del SEM. La herramienta está conectada con
el historial clínico del usuario, de manera que la atención telefónica que
recibe y las derivaciones quedan registradas en su ficha. En un primer nivel,
el usuario puede evaluar su estado mental, respondiendo a nueve preguntas sobre
su estado de ánimo y la aplicación le da un resultado. En caso de que necesite
atención psicológica, la aplicación le recomienda que rellene un formulario
para que un profesional le llame.
Es aquí donde entra en
juego Gemma, del equipo de psicólogos del SEM, que lo antes posible llamará al
usuario para hacer una evaluación de su estado. En función de sus respuestas,
activará unos recursos u otros, desde una petición de visita en su centro de
atención primaria, una derivación a su centro de salud mental de referencia o
incluso una ambulancia si hay riesgo para su vida o la de menores a su cargo.
Los primeros datos
indican que la pandemia hace mella en la salud mental. Solo en el pasado mes
de abril, las llamadas por ansiedad han crecido un 300% en relación con abril
del año anterior, pasando de 1.100 casos a 4.529. Además, las llamadas de
personas con ideación de suicidio han aumentado un 30%, y los avisos por
intento de suicidio también han crecido, aunque no ofrecen datos.
Andrés Cuartero
explica que el 80% de personas que utilizan la aplicación son casos leves. De
los que reciben una llamada telefónica del psicólogo, no todos son dirigidos a
un especialista. “El modelo de intervención de los psicólogos busca empoderar y
a ayudar a la resiliencia”, remarca. Así que algunos usuarios reciben consejos
de los psicólogos y les hacen un seguimiento de su estado con más llamadas.
Ahora mismo, hay 500 personas que reciben este seguimiento.
“Vemos un cambio. Al
inicio había mucho miedo a la muerte, que es la primera angustia existencial,
pero ahora es una ansiedad sostenida en el tiempo”, dice Cuartero. A pesar de
que la curva de los enfermos de coronavirus sigue su allanamiento, el
coordinador afirma que “los casos siguen aumentando, que en salud mental no se
refleja el control de la pandemia”, porque no tienen que ver solo con el virus,
sino con toda la problemática social y económica que conlleva. Las dificultades
laborales y económicas aparecen como una de las principales motivaciones
secundarias de la solicitud de ayuda.
Según sus
estadísticas, el 34,50% de las personas atendidas presentan ansiedad psíquica,
mientras que el 17,18% tienen un estado de ánimo depresivo y de negatividad y
el 22,18% preocupaciones y miedos vinculados a la covid-19. Al 13,78% se le han
reactivado o agudizado psicopatologías previas y el 5,48% tienen problemas
vinculados al duelo. Cuartero explica que de esta pandemia saldrán muchos casos
de “duelo complejo”. “Podemos morir solos, pero morir abandonados es un palo”,
matiza en referencia a las personas que han muerto solas en hospitales y
residencias. Parece que “si no hacemos rituales es más fácil que nos pongamos
enfermos”, apunta.
Por ahora, la
aplicación Gestión Emocional está pensada para adultos, pero Salud está
planteando ampliarla a niños y adolescentes. El 061 sigue atendiendo personas
con problemas de salud mental, puesto que hay una parte de la población que se
queda fuera de las herramientas digitales, como la gente mayor o en situación
de vulnerabilidad. La pandemia ha reforzado la figura del psicólogo en el SEM y
tiene muchos números de quedarse porque el aumento de trastornos mentales
motivados por la pandemia van a seguir.