sábado, 7 de junio de 2014

Amortiguadores contra la crisis

OPINIÓN

Algunos indicadores muestran los efectos de la crisis sobre la salud. Preservar los servicios públicos reducirá el impacto.

MILAGROS PÉREZ OLIVA  | Barcelona | El País | 13/04/2014                               

La historia ofrece algunos ejemplos claros de cómo las crisis económicas se traducen en un deterioro de la salud de la población. Diez años después de la caída del muro de Berlín, la esperanza de vida en Rusia había caído desde los 65 años en hombres y 74,6 en mujeres alcanzados en 1987 a 60 y 73 años respectivamente. La crisis que siguió a la caída del muro y los cambios sociales que produjo el paso a un capitalismo descarnado dejó sin servicios públicos ni protección social a millones de rusos, lo que se tradujo en un rápido aumento de la mortalidad.

¿Está provocando la crisis económica un retroceso en los estándares de salud en los países del sur de Europa? La cuestión es de la máxima relevancia, pero no tiene fácil respuesta, como pudo verse en un debate organizado por Cáritas el pasado jueves. Depende, como siempre, de qué se observe y cómo se miren las cifras.

En las sociedades con mayor bienestar y más cohesionadas, las repercusiones sobre la salud suelen ser a más largo plazo. Los niños catalanes que hoy sufren malnutrición no morirán por ello, pero es seguro que su salud se resentirá.

Lo importante, como señala Carme Borrell, de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, son los determinantes de salud, es decir, los factores que inciden sobre ella. Y no cabe duda de que la crisis los está afectando. Si la población en riesgo de pobreza ha pasado del 24,5% al 28,2% en cinco años y la mayor pobreza se traduce en peor salud, no tardaremos en ver su impacto en las estadísticas. De hecho ya aparecen algunos signos. Por ejemplo, la peor alimentación conduce a una mayor obesidad, de la que se derivan otros problemas de salud como la diabetes. Pues bien, en la población con menos ingresos, el porcentaje de niños obesos casi se ha duplicado entre 2006 y 2012.

Pero es en la salud mental donde antes debutan las consecuencias de una crisis, normalmente en forma de depresión, crisis de ansiedad, adicciones y suicidios. Un estudio encabezado por Margalida Gili publicado en el European Journal of Public Health concluye que ha aumentado significativamente la frecuencia de los trastornos mentales y el abuso de alcohol, especialmente entre quienes están en paro y tienen riesgo de perder la vivienda. Otro estudio dirigido por Carme Trilla observa cómo el 70% de las personas que acuden a Cáritas por problemas de vivienda afirma sufrir problemas de depresión u otros trastornos mentales, cuando en la población normal el porcentaje es del 15%.

Esta mayor vulnerabilidad no se ha traducido, según Josep Ramos, psiquiatra del hospital Sant Joan de Déu, en una mayor demanda de atención especializada para adultos, pero sí para niños. ¿La razón? Probablemente porque en el caso de los niños hay mayor vigilancia y los adultos con trastornos de ansiedad y depresión se quedan en la asistencia primaria, que es donde se recetan ahora más antidepresivos.

La memoria colectiva guarda la terrible imagen de empresarios arruinados arrojándose por la ventana en la Gran Depresión de 1929. Uno de los primeros indicadores a los que se recurre para evaluar el impacto de una crisis económica es la tasa de suicidios. Aquí encontramos datos tan contradictorios como reveladores.
Un estudio realizado en Gran Bretaña muestra un ligero repunte de la tasa de suicidios en paralelo a la crisis y al incremento del paro. Pero la tasa sigue estando por debajo de hace diez años. Algo parecido ocurre en España y Portugal. En Grecia, en cambio, un trabajo publicado en The Lancet daba cuenta de que los suicidios habían aumentado un 17% entre 2007 y 2009 y a lo largo de la crisis el aumento ha sido del 43%.

Desde luego, la solidaridad familiar juega un papel muy relevante. Pero lo más importante es poder mantener las estructuras del Estado de bienestar que amortiguan el impacto de la crisis sobre los factores que determinan la salud: prestaciones y servicios sociales, asistencia sanitaria, educación... Aunque recortados y sobrecargados, los servicios públicos siguen en pie. Cuanto mayor y más larga es la crisis, más importante es preservar estos grandes amortiguadores sociales.

Nota.- He recortado algunos párrafos que daban estadísticas que no me han parecido importantes. Si se quieren consultar se puede encontrar en la hemeroteca de El País.



Entidades de salud mental se movilizan contra el internamiento perpetuo.


-La reforma del Código Penal prevé ingresos en centros psiquiátricos prorrogables sin fin
-La federación de asociaciones Feafes lanza una recogida de firmas contra esta medida

JAIME PRATS | Valencia | El País | 03/06/2014
                                                                                   
La reforma del Código Penal que impulsa el Gobierno es un "ataque frontal" a los derechos de las personas con enfermedad mental. Esta es la opinión de la Confederación Española de Agrupaciones de Familiares y Personas con Enfermedad Mental (Feafes), que denuncia la falsa relación que establece la norma entre enfermedad mental y peligrosidad social. Una premisa errónea que, sostienen, permite prever la posibilidad de cometer nuevos delitos y que, para evitarlo, contempla la opción de ingresos en centros psiquiátricos prorrogables sin límites de tiempo.
"Es la reforma de los prejuicios, el estigma y el desconocimiento", sostiene Feafes. "Es necesario desterrar de la sociedad la idea errónea de que las personas con trastorno mental son potencialmente peligrosas", añade. Además, las entidades de salud mental destacan que la suposición de poder cometer un delito debido a un diagnóstico "es inconstitucional y contraria a la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad".
Para las organizaciones que trabajan con personas con enfermedad mental y para los propios pacientes, si una persona se encuentra en situación de riesgo y puede desestabilizarse, "es por un sistema social y sanitario que no ofrece respuestas y no ofrece una atención adecuada". Por ello, la respuesta a estas situaciones no debería ser "la exclusión y la estigmatización" de los pacientes: "el internamiento preventivo en un psiquiátrico es un abuso".
Feafes ha lanzado en la plataforma Change.org una campaña de recogida de firmas para que el Gobierno garantice que la ley que se está tramitando respetará los derechos de las personas con enfermedad mental. La confederación también ha elaborado el vídeo Motivos no nos faltan donde explica las razones del rechazo del movimiento asociativo a la reforma del Código Penal.


Tráfico vincula el repunte de muertos a los coches viejos y al consumo de hachís

·       Este año han fallecido cuatro personas más que en el mismo periodo de 2013

JESÚS DUVA Madrid | El País | 29/05/2014
       
La antigüedad de los vehículos y el aumento del consumo de hachís son las principales causas del repunte del número de víctimas mortales en las carreteras españolas, según ha explicado este jueves María Seguí, directora general de Tráfico. Este incremento ha quebrado una tendencia a la baja que se venía sosteniendo en el tiempo durante la última década. En 2013, fallecieron en España 1.128 personas sólo en accidentes en vías interurbanas, 173 menos que en 2012, lo que representa un descenso del 13,3 %. En esta relación faltan los muertos en ciudades, cuyo número oscila entre 400 y 500 al año.

Fuentes de Tráfico matizan que en lo que va de año han perecido 396 personas, lo que representa solamente cuatro más que en el mismo periodo de 2013. Esa escalada fue más notoria en marzo (90 muertos en total) y abril (104) las alarmas saltaron en la pasada Semana Santa, cuando perdieron la vida 28 personas.

En un encuentro con periodistas en la sede de la DGT, Seguí ha afirmado que el organismo que ella dirige está realizando “un seguimiento riguroso” para tratar de explicar el origen de este incremento de víctimas mortales y que, por el momento, ha descartado que tenga relación con el exceso de velocidad. Los estudios apuntan a otras dos causas: que “la edad media del vehículo de los fallecidos sigue aumentado significativamente y ya está en 12 años” y que se está produciendo “un aumento problemático del consumo de cannabis en la población en general, lo que puede tener un eco en la población conductora”.

Seguí ha señalado que, pese a que el 87,9% de los conductores no consume ninguna sustancia psicoactiva cuando se pone ante el volante, Tráfico no tiene “ninguna duda del papel del alcohol y de las drogas en la problemática de la seguridad vial” en España.

El último estudio realizado por Tráfico sobre la prevalencia del alcohol y/o las drogas ilegales en la conducción concluye que el 12,1% de los conductores se pone al volante después de haber consumido poco antes bebidas alcohólicas o drogas (un 4,4% de ellos, cannabis). Según los estudios de Tráfico, un mínimo de 960 personas y un máximo de 1.504 no morirían si el consumo de drogas al volante fuera cero y el de alcohol no superara la tasa permitida (0,5 gramos por litro en sangre).
Seguí ha explicado: “En el consumo de alcohol hemos mejorado [la gente bebe más, pero conduce menos en estado de embriaguez], mientras que la cifra de drogas ilegales en la población general es prácticamente idéntica a la de conductores. En el alcohol hemos creado la disociación de si bebes, no conduzcas, pero en las drogas entramos en una fase en la que la concienciación y la educación son cruciales”.


La memoria anual del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses sobre una muestra de fallecidos en accidente de tráfico en 2013 constata una importante disminución de positivos a alcohol respecto al 2012 (28,9% frente a 35,1%), mientras que en el caso de fallecidos que dieron positivo a las drogas ha habido un ligero aumento, pasando del 12,3% en 2009 al 15,3% en 2013.