ADAMET TV | 02/08/2016
Los nutrientes en la dieta
son fundamentales para la estructura y función del cerebro; por eso tienen un
impacto potencialmente profundo en la salud mental. Un grupo de investigadores, señala el efecto perjudicial de
dietas poco saludables, las deficiencias de nutrientes, y el valor de
protección en una alimentación sana, junto con determinados suplementos
nutricionales según sea necesario, promueven y mantienen la salud
mental. Investigaciones sugieren que mejorar la dieta y las
intervenciones nutricionales pueden ayudar a reducir el riesgo, e incluso detener
la progresión de ciertos trastornos psíquicos. Estudios clínicos apoyan el uso de ciertos nutrientes que
influyen en una serie de actividades neuroquímicas beneficiosas para el
tratamiento de trastornos mentales, como los suplementos medicinales.
Mientras
algunas evidencias apoyan estos compuestos naturales que ofrecemos a
continuación por tener efectos de modulación químico cerebral, o tener un papel
en el tratamiento de ciertos trastornos mentales, todavía no se
pueden nombrar alimentos determinados como eficaces para el tratamiento de
la enfermedad mental.
·
Omega-3: las grasas poli saturadas tienen un papel
vital en el mantenimiento apropiado de la función estructural
neuronal, así como en la modulación de aspectos críticos de la vía inflamatoria
en el cuerpo. La ingesta de suplementos omega-3 parece beneficiosa para tratar
síntomas de la depresión, la depresión bipolar y el trastorno de estrés
post-traumático. Y potencialmente puede ayudar a prevenir la
psicosis. Pueden encontrarse en las nueces, semillas y ostras,
aunque las cantidades más altas existen en pescados grasos como el salmón ,
anchoas, sardinas y caballa.
·
Vitaminas del
complejo B y ácido fólico: necesitamos
de vitamina B para una gama de procesos celulares y metabólicos, y ellas tienen
un papel crítico en la producción de una gama de productos químicos del cerebro.
Deficiencia de ácido fólico (B9) fue reportada en poblaciones deprimidas y
entre las personas que no responden a los antidepresivos. Varios estudios
han evaluado el efecto antidepresivo del ácido fólico con medicamentos
antidepresivos. Algunos muestran resultados positivos en el incremento de tasas,
ya sea la respuesta al antidepresivo o al inicio de respuesta a estos
medicamentos. El folato es abundante en los vegetales de hoja verde,
legumbres, cereales integrales, levadura de cerveza y frutos secos. Carnes sin
procesar, huevos, queso, productos lácteos, granos integrales y frutos secos,
en general son más ricos en vitaminas del grupo B.
·
Aminoácidos: los aminoácidos son los bloques de
construcción que crean proteínas a partir del cual se forman los circuitos y
productos químicos en el cerebro. Algunos aminoácidos son precursores de
productos químicos moduladores del estado de ánimo; el triptófano, por ejemplo,
es necesario para crear la serotonina. Otro ejemplo es la cisteína, un
aminoácido en base al azufre que puede convertirse en glutatión – el
antioxidante más potente del cuerpo. Cuando se administra como suplemento,
una forma de aminoácido conocido como N-acetil cisteína (NAC) se convierte en glutatión en
el cuerpo. Tenemos evidencia de que es útil para la depresión bipolar, en la
esquizofrenia, la tricotilomanía y otros comportamientos compulsivos y
adictivos. Otro nutriente a base de aminoácidos conocido como S-adenosil
metionina (SAMe) tiene cualidades
antidepresivas. Los aminoácidos se encuentran en cualquier
fuente de proteínas, especialmente carnes, mariscos, huevos, nueces y
legumbres.
·
Minerales: los minerales, especialmente el zinc,
hierro y magnesio, tienen un papel importante en la función
neurológica. El zinc es un oligoelemento abundante, está involucrado en
muchas reacciones químicas del cerebro. También es un elemento clave que apoya
la función inmunológica adecuada. Es también un elemento clave que ayuda a la
debida función de inmunización. La deficiencia ha sido ligada
al incremento de síntomas depresivos y no hay evidencia
emergente para suplementar zinc que mejore elestado de ánimo
depresivo, principalmente junto a los antidepresivos. El
magnesio también está implicado en muchas reacciones de la química cerebral y
la deficiencia está
relacionada con los síntomas depresivos y de ansiedad. El
hierro está implicado en muchas actividades neurológicas y su deficiencia se
asocia con los síntomas de ansiedad y depresión, así como en los problemas de
desarrollo. Esto en parte se debe a su papel de transportar oxígeno al
cerebro. El zinc es abundante en carnes sin grasa, ostras, cereales
integrales, semillas de calabaza y nueces; mientras que el magnesio es más rico
en frutos secos, legumbres, granos enteros, vegetales de hojas verdes y soja.
El hierro se encuentra en mayores cantidades en carnes sin procesar y vísceras
como el hígado y cantidades moderadas en granos, nueces y vegetales de hojas
verdes, como la espinaca.
·
Vitamina D: la vitamina D es un compuesto
soluble en grasa que es importante tanto para el desarrollo del cerebro como
para el de los huesos. Los datos sugieren que los bajos niveles maternos de
vitamina D, están implicados en el riesgo de la esquizofrenia, y la
deficiencia está vinculada al aumento de los
síntomas depresivos. Pero hay poca evidencia que apoye el uso de
suplementos de vitamina D para prevenir la depresión. La vitamina D puede
ser sintetizada mediante la luz solar: 15 minutos al día sobre la piel entre
10:00 y 15:00 durante el verano, aunque asegúrese de buscar asesoramiento en
profesionales de la salud sobre los problemas de cáncer a la piel. Aparte de la
luz solar, la vitamina D puede encontrarse también en el pescado azul, setas
expuestas de UVB y leche fortificada.
·
Los
antioxidantes en base a plantas: un aumento en el estrés oxidativo y daño a las células del cerebro,
se ha implicado en una amplia gama de trastornos mentales, incluyendo depresión
y demencia. Los compuestos antioxidantes pueden “absorber” los radicales libres
que dañan las células y proporcionan una manera natural de combatir la
oxidación excesiva. Consumir compuestos antioxidantes naturales a través
de su dieta, es mejor que tomar suplementos de altas dosis de vitaminas
sintéticas A, C, o E, ya que el sistema oxidativo está finamente sintonizado y
un exceso puede ser perjudicial. Frutas y vegetales contienen estos
compuestos antioxidantes en relativa abundancia, especialmente las moras,
arándanos, frambuesas y bayas de goji; uvas, mangos y mangostán; cebollas, ajo,
col rizada, así como el té verde y negro; infusiones varias y el café.
·
Micro-bióticos: una investigación muestra
una conexión entre las bacterias en nuestro intestino y la salud del cerebro,
eso puede afectar a la salud mental. Cuando la composición macrobiótica
intestinal es menos que óptima, puede dar lugar a respuestas inflamatorias que
pueden afectar negativamente al sistema nervioso y función
cerebral. Un entorno de micro flora equilibrado, es compatible con una
dieta rica en los alimentos que nutren a las bacterias beneficiosas y reducen a
las especies microbianas dañinas, tales como Helicobacter pylori. La micro
flora beneficiosa puede apoyar al consumo de alimentos fermentados como el
tempeh, sauerkraut, kefir y yogurt y también por alimentos ricos en pectina
como la piel de las frutas.