lunes, 4 de julio de 2016

¿Cómo poner en práctica mis fortalezas personales?

MARIANA ALVEZ – Psicología Positiva – 10/01/2015

Tus fortalezas personales resuenan con tu parte más auténtica, cuando las llevas a cabo te sientes muy bien y entusiasmado, aprendes más fácilmente gracias a ellas, te surge naturalmente llevarlas a cabo, hay una motivación interna que te mueve a utilizarlas y cuando logras reconocerlas y utilizarlas a tu favor se hacen más sencillas las tareas del día a día o los grandes proyectos que tienes que ejecutar. Aquí les voy a compartir algunos consejos que podemos encontrar en el libro de Christopher Peterson, un clásico, A primer in Positive Psychology.
Curiosidad. Si eres una persona curiosa siéntete libre de ir a una charla sobre alguna temática de la cual no conozcas prácticamente nada, degusta cocina exótica, ve a lugares nuevos, aprende la historia de un nuevo sitio.
Amor por el conocimiento y aprendizaje. Si eres estudiante recuerda leer más sobre la temática que te han comentado por tu cuenta, amplia lo que te enseñan. Puedes ponerte como meta conocer una palabra nueva todos los días y además ponerla en práctica. Lee mucho y busca entrenar tu cerebro mediante el aprendizaje de cosas que desafíen tus habilidades.
Juicio, pensamiento crítico. Busca oportunidades para pensar diferente, en una conversación intenta ponerte en el lugar del otro, piensa en argumentos distintos a los que tienes usualmente. Cuando leas un periódico intenta leer varios, así puedes ver diferentes opiniones.
Creatividad. Busca involucrarte en tareas que desafíen tu creatividad, manualidades, dibujo, talleres de escritura, escultura, fotografía. Piensa en los objetos de tu casa, ¿puedes darle algún uso distinto? Construye obsequios para tus familiares y amigos.
Inteligencia emocional, personal y social. Intenta alegrar a las personas a tu alrededor, halaga a tus conocidos cuando logran hacer algo que es difícil para ellos. Si alguien no te trata demasiado bien piensa qué es lo que le está sucediendo al otro, no te lo tomes todo a modo personal.
Perspectiva. ¿Cuál es la persona más sabia que conoces? Piensa en ella y trata de dirigir tus pensamientos y actitudes en armonía con ese ideal que te inspira. No brindes consejo a menos que te lo pidan, pero si lo hacen, hazlo de una manera consciente y atenta. Intenta ayudar a alguien que tiene un conflicto sin resolver.
Valentía. No temas defender tus ideas aunque no sean políticamente correctas, sé consciente de las injusticias y no te calles (siempre hazlo con respeto pero plantea el punto que te parece injusto).
Perseverancia y diligencia. Piensa en todas las tareas pendientes que tienes, haz una lista e intenta cumplirla día a día, una cosa a la vez. Intenta finalizar con anticipación una tarea antes de la fecha que te la han pedido. Trabaja por períodos de tiempo sin interrupción, ya sea por tiempos de media hora o 90 minutos (después de esto es recomendable un pequeño descanso).
Integridad, autenticidad y honestidad. Intenta no decir mentiras, conócete a ti mismo y actúa en concordancia con tus valores e ideales. No temas decir lo que piensas, hazlo con respeto del otro pero busca mantener tu autenticidad.
Amabilidad, generosidad. Visita a alguien que lo necesite, alguien que se sienta solo o esté enfermo. Haz algún favor anónimo a alguien de tu entorno.
Capacidad de amar y ser amado. Acepta halagos que te obsequien los demás, haz pequeñas notas cariñosas para tu pareja y déjalas por toda la casa. Haz una salida que tus amigos o familiares realmente aprecien aunque no sea demasiado importante para ti No dejes pasar decir a alguien cuánto lo quieres o lo importante que es para ti. Bríndate el permiso para que te mimen, tú también importas.
Ciudadanía, lealtad, trabajo en equipo. Cuando la ocasión lo amerite intenta ser un excelente compañero de equipo, cumple con tus responsabilidades y compromete con el trabajo que están realizando. Si en la calle encuentras basura o cigarrillos encendidos presta atención y haz algo al respecto.
Ecuanimidad, equidad y justicia. Cuando cometas un error, admítelo. Aunque alguien de tu entorno no te caiga demasiado simpático, si ha realizado una buena tarea o acción, reconócelo y felicítalo por la misma. Escucha a las personas con mentalidad abierta y respetando sus argumentos.
Liderazgo. Organiza una salida grupal con tus amigos, en tu trabajo puedes ofrecerte a llevar a cabo algo complejo por el bien del grupo. Cuando se acerca una persona nueva a tu trabajo, a tu familia o a tu grupo de amistades, intenta que esa persona se sienta bienvenida.
Auto- control. Comienza con una rutina de ejercicios e intenta mantenerla por un mes, si se te hace muy difícil tanto tiempo, ponte como meta una semana. Si te han confiado un secreto importante, que a la vez puede ser un chisme interesante entre tus conocidos, guarda silencio. Si eres de enojarte fácilmente práctica técnicas de relajación para poder tener más control sobre tus impulsos.
Prudencia y discreción. No seas brutalmente honesto, cuando no hay nada lindo que decir a veces es mejor no decir nada, o si vas a hablar hazlo de una manera cuidadosa de no herir la susceptibilidad de tu interlocutor. Sé prudente con la alimentación o con actitudes que puedan resultar autodestructivas.
Humildad, modestia. Evita hablar tanto de ti y escucha más a los otros. Piensa en alguien que se destaca en algo y felicítalo, no temas admitir tus errores, busca ayuda cuando lo necesites. No seas orgulloso con tus afectos ni los alejes por querer tener razón.
Aprecio de la belleza y la excelencia. Visita un museo o galería de arte que no conozcas. Toma un cuaderno y comienza a crear una especie de diario de belleza, donde podrás poner fotos o recortes de cosas que te colmen o agraden mucho. Al menos una vez al día, detente para poder disfrutar la belleza de tu entorno, los árboles perdiéndose entre el cielo azul, las flores, el mar.
Gratitud. ¿Cuántas veces dices “gracias” al día? Intenta hacerlo más seguido. Escribe tres cosas buenas que te hayan sucedido en la semana y piensa por qué sucedieron, qué tuviste tú que ver en ellas para que ocurrieran. Escribe una carta de agradecimiento a alguien a quien aprecies y haya marcado la diferencia en tu vida.
Optimismo, esperanza. ¿Sientes esperanza a menudo? La esperanza nos sostiene, empieza a creer en ti y en tus capacidades. Escribe tus metas para el día, la semana y los próximos meses y presta atención cómo poco a poco puedes llevarlo a cabo. Reconoce y disputa tus pensamientos negativos.
Espiritualidad, fe, sentido de propósito. Piensa cuál es el propósito de tu vida, que actividades, deseos, actitudes le dan sentido a tu vida. Si eres una persona religiosa, reza o medita todos los días. Conectarte con tu parte más espiritual te hace sentir mejor y más seguro, no importa si crees en una deidad, el universo o lo que sea, el punto es creer en algo más grande que uno mismo.
Perdón y misericordia. Evita quedarte estacando en pequeños rencores, eso solo alimenta el mal humor. Escribe una carta de perdón, no es necesario que la envíes. ¿Puedes ponerte en el lugar del otro?
Humor. Haz sonreír a las personas a tu alrededor, contagia alegría. ¿Te animas a aprender un chiste nuevo, un truco de magia, algo para alegrar a tu entorno? No te tomes a ti mismo tan en serio, aprende a reírte de tus errores y tomarte la vida con más alegría.
Pasión y entusiasmo. Intenta hacer cosas nuevas, ve tras esos sueños, pierde el miedo a que te digan que no. En vez de darte excusas para ir tras lo que quieras, piensa, ¿por qué no? Haz cosas que te motiven y te gusten, no todo en la vida es producción, hay que dar lugar a la creación y a la motivación.