MARIANA ALVEZ – Psicología Positiva – 10/01/2015
|
Tus fortalezas personales resuenan con tu parte más auténtica, cuando las
llevas a cabo te sientes muy bien y entusiasmado, aprendes más fácilmente
gracias a ellas, te surge naturalmente llevarlas a cabo, hay una motivación
interna que te mueve a utilizarlas y cuando logras reconocerlas y utilizarlas a
tu favor se hacen más sencillas las tareas del día a día o los grandes
proyectos que tienes que ejecutar. Aquí les voy a compartir algunos consejos
que podemos encontrar en el libro de Christopher Peterson, un clásico, A
primer in Positive Psychology.
Curiosidad. Si eres una
persona curiosa siéntete libre de ir a una charla sobre alguna temática de la
cual no conozcas prácticamente nada, degusta cocina exótica, ve a lugares
nuevos, aprende la historia de un nuevo sitio.
Amor por el conocimiento y
aprendizaje. Si eres estudiante recuerda leer más sobre
la temática que te han comentado por tu cuenta, amplia lo que te enseñan.
Puedes ponerte como meta conocer una palabra nueva todos los días y además
ponerla en práctica. Lee
mucho y busca entrenar tu cerebro mediante el aprendizaje de cosas que desafíen
tus habilidades.
Juicio, pensamiento crítico. Busca
oportunidades para pensar diferente, en una conversación intenta ponerte en el
lugar del otro, piensa en argumentos distintos a los que tienes usualmente.
Cuando leas un periódico intenta leer varios, así puedes ver diferentes
opiniones.
Creatividad. Busca
involucrarte en tareas que desafíen tu creatividad, manualidades, dibujo, talleres de escritura, escultura, fotografía. Piensa
en los objetos de tu casa, ¿puedes darle algún uso distinto? Construye
obsequios para tus familiares y amigos.
Inteligencia emocional, personal y
social. Intenta alegrar a las personas a tu alrededor, halaga a tus conocidos
cuando logran hacer algo que es difícil para ellos. Si alguien no te trata
demasiado bien piensa qué es lo que le está sucediendo al otro, no te lo tomes
todo a modo personal.
Perspectiva. ¿Cuál es
la persona más sabia que conoces? Piensa en ella y trata de dirigir tus
pensamientos y actitudes en armonía con ese ideal que te inspira. No brindes
consejo a menos que te lo pidan, pero si lo hacen, hazlo de una manera consciente
y atenta. Intenta ayudar a alguien que tiene un conflicto sin resolver.
Valentía. No temas
defender tus ideas aunque no sean políticamente correctas, sé consciente de las
injusticias y no te calles (siempre hazlo con respeto pero plantea el punto que
te parece injusto).
Perseverancia y diligencia. Piensa
en todas las tareas pendientes que tienes, haz una lista e intenta cumplirla
día a día, una cosa a la vez. Intenta finalizar con anticipación una tarea
antes de la fecha que te la han pedido. Trabaja por períodos de tiempo sin
interrupción, ya sea por tiempos de media hora o 90 minutos (después de esto es
recomendable un pequeño descanso).
Integridad, autenticidad y
honestidad. Intenta no decir mentiras, conócete a ti
mismo y actúa en concordancia con tus valores e ideales. No temas decir lo que
piensas, hazlo con respeto del otro pero busca mantener tu autenticidad.
Amabilidad, generosidad. Visita a
alguien que lo necesite, alguien que se sienta solo o esté enfermo. Haz algún
favor anónimo a alguien de tu entorno.
Capacidad de amar y ser amado. Acepta
halagos que te obsequien los demás, haz pequeñas notas cariñosas para tu pareja
y déjalas por toda la casa. Haz una salida que tus amigos o familiares
realmente aprecien aunque no sea demasiado importante para ti. No
dejes pasar decir a alguien cuánto lo quieres o lo importante que es para ti. Bríndate el permiso para que te mimen, tú también
importas.
Ciudadanía, lealtad, trabajo en
equipo. Cuando la ocasión lo amerite intenta ser un excelente compañero de equipo,
cumple con tus responsabilidades y compromete con el trabajo que están
realizando. Si en la calle encuentras basura o cigarrillos encendidos presta
atención y haz algo al respecto.
Ecuanimidad, equidad y justicia. Cuando
cometas un error, admítelo. Aunque alguien de tu entorno no te caiga demasiado
simpático, si ha realizado una buena tarea o acción, reconócelo y felicítalo
por la misma. Escucha a las personas con mentalidad abierta y respetando sus
argumentos.
Liderazgo. Organiza
una salida grupal con tus amigos, en tu trabajo puedes ofrecerte a llevar a
cabo algo complejo por el bien del grupo. Cuando se acerca una persona nueva a
tu trabajo, a tu familia o a tu grupo de amistades, intenta que esa persona se
sienta bienvenida.
Auto- control. Comienza
con una rutina de ejercicios e intenta mantenerla por un mes, si se te hace muy
difícil tanto tiempo, ponte como meta una semana. Si te han confiado un secreto
importante, que a la vez puede ser un chisme interesante entre tus conocidos,
guarda silencio. Si eres de enojarte fácilmente práctica técnicas de relajación
para poder tener más control sobre tus impulsos.
Prudencia y discreción. No seas
brutalmente honesto, cuando no hay nada lindo que decir a veces es mejor no
decir nada, o si vas a hablar hazlo de una manera cuidadosa de no herir la
susceptibilidad de tu interlocutor. Sé prudente con la alimentación o con
actitudes que puedan resultar autodestructivas.
Humildad, modestia. Evita
hablar tanto de ti y escucha más a los otros. Piensa en alguien que se destaca
en algo y felicítalo, no temas admitir tus errores, busca ayuda cuando lo
necesites. No seas orgulloso con tus afectos ni los alejes por querer tener
razón.
Aprecio de la belleza y la
excelencia. Visita un museo o galería de arte que no
conozcas. Toma un cuaderno y comienza a crear una especie de diario de belleza,
donde podrás poner fotos o recortes de cosas que te colmen o agraden mucho. Al
menos una vez al día, detente para poder disfrutar la belleza de tu entorno,
los árboles perdiéndose entre el cielo azul, las flores, el mar.
Gratitud. ¿Cuántas
veces dices “gracias” al día? Intenta hacerlo más seguido. Escribe tres cosas
buenas que te hayan sucedido en la semana y piensa por qué sucedieron, qué
tuviste tú que ver en ellas para que ocurrieran. Escribe una carta de agradecimiento a alguien a quien aprecies y haya marcado la
diferencia en tu vida.
Optimismo, esperanza. ¿Sientes
esperanza a menudo? La esperanza nos sostiene, empieza a creer en ti y en tus
capacidades. Escribe tus metas para el día, la semana y los próximos meses y
presta atención cómo poco a poco puedes llevarlo a cabo. Reconoce y disputa tus pensamientos negativos.
Espiritualidad, fe, sentido de propósito. Piensa cuál
es el propósito de tu vida, que actividades, deseos, actitudes le dan sentido a
tu vida. Si eres una persona religiosa, reza o medita todos los días.
Conectarte con tu parte más espiritual te hace sentir mejor y más seguro, no
importa si crees en una deidad, el universo o lo que sea, el punto es creer en
algo más grande que uno mismo.
Perdón y misericordia. Evita
quedarte estacando en pequeños rencores, eso solo alimenta el mal humor.
Escribe una carta de perdón, no es necesario que la envíes. ¿Puedes ponerte en
el lugar del otro?
Humor. Haz sonreír a las personas a
tu alrededor, contagia alegría. ¿Te animas a aprender un chiste nuevo, un truco
de magia, algo para alegrar a tu entorno? No te tomes a ti mismo tan en serio,
aprende a reírte de tus errores y tomarte la vida con más alegría.
Pasión y entusiasmo. Intenta
hacer cosas nuevas, ve tras esos sueños, pierde el miedo a que te digan que no.
En vez de darte excusas para ir tras lo que quieras, piensa, ¿por qué no? Haz
cosas que te motiven y te gusten, no todo en la vida es producción, hay que dar
lugar a la creación y a la motivación.