VALERIA SABATER | La Mente es Maravillosa | 1/05/2021
La personalidad divertida no es ingenua o despreocupada. Ha aprendido a mirar la vida desde otra óptica, una más relajada donde hacer incluso el día a día mucho más fácil a los demás. Todos podríamos adoptar alguna de sus características.
La
vida es corta y a veces excesivamente complicada. Uno no sabe qué va a pasar
mañana y cuando cree tenerlo todo bajo control, llega el destino -siempre
caprichoso- y lo desbarata. ¿Qué hacer ante este panorama tan caótico a veces?
Los científicos lo tienen claro: un
modo de ganar en salud psicológica es desarrollando una personalidad divertida.
No
es broma, tampoco una ironía. Poner
algunas pinceladas de sentido del humor en nuestro carácter mejora el ánimo.
Adoptar cierta flexibilidad
mental,
aplicar un poco de ironía a los días grises y unas gotas de ese entusiasmo que
contagia a los demás de alegría y positividad, lejos de hacer daño, sienta
realmente bien.
Sin
embargo, ¿cómo hacerlo? ¿Qué hacer si tenemos una personalidad algo taciturna,
introvertida o incluso poco social? ¿Cómo desarrollar un carácter algo más
distendido? Lo cierto es que puede costar, pero todos nos beneficiaríamos si adoptáramos un
enfoque más relajado, chispeante y divertido. Veamos cómo.
¿Cómo
es la personalidad divertida?
La personalidad divertida no es
ingenua, no se toma las cosas en broma ni es tendente a caer en el chiste
fácil. En realidad, estamos hablando de un perfil tan interesante como
reluciente.
Para
empezar, la persona alegre, luminosa en su carácter y original en su trato, siempre
evidencia una destacada brillantez intelectual. Es decir, en buena parte de los casos, el sentido
del humor va de la mano de una buena inteligencia.
No
es fácil encontrar a hombres y mujeres que hagan uso de ese delicado, pero
certero sentido del humor que lejos de caer en la burla o la crítica, alegran verdaderamente el
corazón.
Tener
a alguien cerca con estas características revierte en nuestro bienestar. Ahora
bien, pero ¿qué características definen su personalidad? ¿Si quisiéramos aplicar o imitar alguna de sus
rasgos ¿en qué deberíamos fijarnos?
Estas son las líneas de carácter
que perfilan a las personas divertidas.
Para descubrir a la personalidad
divertida podemos hacer un mapeo a través de la teoría de los 5 grandes rasgos
según Goldberg. Este modelo o taxonomía de los rasgos de la personalidad humana
nos pueden servir para comprender un poco más a dicho perfil.
·
Son personas extrovertidas, con mucha energía, disfrutan
de la conexión social y son, por lo
general, muy auténticos en todo lo que hacen, dicen y sienten. No tienen
vergüenza, son espontáneos y muy hábiles para aprovechar el aquí y ahora de
manera distendida.
·
Evidencian además una buena
estabilidad emocional. Lejos de caer en
el neuroticismo o sentir en exceso el peso de la ansiedad o la
preocupación, por lo general, manejan bastante bien estos estados.
·
Tienen una mente muy
abierta, disfrutan aprendiendo cosas
nuevas, son inteligentes, creativos y se deleitan al
conectar con diferentes puntos de vista.
·
Son diligentes,
disciplinados, correctos y muy educados. La idea de que la diversión es
sinónimo de caos no encaja en la personalidad divertida. Cuando la diversión va de la mano del
bienestar hay orden y equilibrio.
·
La amabilidad es otra de
sus características. Son empáticos y solidarios.
En
este caso, jamás hacen uso del humor que hace daño o denigra.
Cómo desarrollar un carácter más “divertido" para ganar en salud psicológica
Somos
conscientes de que ser divertidos, chispeantes y hábiles para sacar sonrisas en los demás es un arte que
no todos podemos disponer. Sin embargo, la personalidad divertida alberga múltiples fortalezas
psicológicas que todos podemos integrar para sentirnos
mejor.
No es difícil, no supone variar
nuestro carácter, sino albergar recursos y habilidades que nos permitirán
sentirnos mucho mejor y afrontar de manera más hábil el estrés cotidiano.
Cómo desarrollar las fortalezas psicológicas de la personalidad divertida
Sentido del humor, creatividad e inteligencia siempre van de la
mano. De
hecho, trabajos como los realizados en la
Universidad de Tel Aviv destacan cómo mejoran los entornos de trabajo cuando se
trabaja en los empleados su creatividad y también el sentido del humor. Una
cosa revierte en la otra y a la inversa.
·
Por tanto, un primer camino para desarrollar una
personalidad divertida es aplicando la flexibilidad mental. Ser
capaces de ver la realidad desde múltiples prismas, ser originales a la hora de
pensar, decidir y crear nos beneficiará de infinitas maneras.
·
Otra forma de ganar en
unos rasgos más abiertos y distendidos es centrarse en el aquí y ahora. Lo que importa está en el presente, el
pasado alimenta la tristeza y el rencor y la mirada que
solo se focaliza en el futuro, tiembla de ansiedad y preocupación. Centrémonos
en el ahora.
·
Cambiar el diálogo interno, ser
amable con uno mismo, aplicar un filtro más distendido. Ser
positivos no va de ser ingenuo, sino de saber qué merece nuestra atención y qué
no, en comprender que lo que preocupa debe resolverse y lo que no tiene
solución, se acepta.
·
Intentar dar lo mejor de
uno mismo a los demás. Aprender
a sacar sonrisas a los demás, a dejar de preocuparse por lo que dirán.
Se vive mucho mejor siendo auténtico, buscando la conexión y no la distancia.
Para concluir, bien es cierto que
nadie puede cambiar su forma de ser de hoy para mañana. Sin embargo, facilitar
esos cambios que revierten en el bienestar psicológico siempre es una buena
idea. Hacerlo no duele, sino todo lo contrario…