PSICOLOGÍA | Estudio en niños.
· Un
estudio constata el impacto de una iniciativa sobre el bienestar del paciente.
Ángeles
López | Madrid | El Mundo | 17/09/2012
- Ser policía por un día, ir a la peluquería a ponerse
guapa, montar en globo, nadar con delfines... Son algunos de los más de 2.200
sueños que han visto cumplidos muchos niños con una enfermedad grave o crónica
gracias a la Fundación Pequeño Deseo. Pero, ¿hasta qué punto una iniciativa
como esta sirve? ¿Sus efectos se prolongan en el tiempo? Estas y otras
preguntas han sido contestadas gracias a la realización de un estudio que,
entre otras cosas, muestra que hacer
realidad un deseo tiene un impacto positivo sobre el bienestar de los pequeños hasta siete meses después.
- Guillermo tenía un sueño: pilotar un avión. Y lo hizo, a
pesar de su edad y de su enfermedad. Desde entonces, cada día se pone una
meta... y la cumple. Desde el año 2000 la Fundación Pequeño Deseo se ha
dedicado a generar un poco de felicidad gracias a las aportaciones que hacen
empresas privadas, y que se mantienen en el anonimato. Sin embargo, no había
ninguna herramienta, salvo la percepción subjetiva de sus miembros, para saber cómo afectaba una actividad de este tipo a la
salud de los niños.
- "Presuponíamos que iba a dar resultados positivos
pero no sabíamos hasta qué punto, ni cómo, esta iniciativa podía impactar en
aspectos del tratamiento y en el bienestar psicológico", explica Carmelo
Vázquez, catedrático de Psicopatología de la Universidad Complutense de Madrid
y autor principal del estudio.
- Para llevar a cabo este estudio, realizado en los
hospitales madrileños Ramón y Cajal, La Paz, Niño Jesús y Gregorio Marañón, se
realizaron entrevistas a 100 niños con una edad media de 10 años, la mitad de
ellos había visto cumplido su deseo y el resto lo hizo después de haber
intervenido en este estudio. El 72% de
los niños participantes presentaba un trastorno oncológico, el 13% se había sometido o se iba a someter a un trasplante y el 15%
sufría una patología crónica. Además, en esta investigación también
participaron 38 padres y 85 madres.
- Tras analizar las respuestas, se comprobó que los
niños que ven cumplido su deseo se sienten menos solos, más satisfechos con su
vida, su funcionamiento escolar es mejor y sienten que su vida funciona bien.
Además, cuanto mayor es la intensidad con la que viven la realización de su
deseo, más se mantienen sus efectos positivos a largo plazo.
- "A los siete meses, los niños mantienen altos
los niveles de emociones positivas", afirma Covadonga Chaves, psicóloga y
miembro del equipo de investigación. Y no sólo eso, "el deseo ha generado
un estímulo de lucha y ha sido estímulo de nuevos intereses. Se sienten menos cansados y más autónomos". Pero estos beneficios no se dan sólo en los niños sino
también en sus familias. "Encontramos un aumento significativo de las
emociones de bienestar así como un incremento en fortalezas como vitalidad y
gratitud. Además, los padres informan de que sus hijos son más capaces de
percibir los beneficios de la lucha contra la enfermedad", asegura el
estudio.
- Y aunque Carmelo Vázquez reconoce que iniciativas
como ésta deberían estar generalizadas en todos los hospitales, no resta valor
a los efectos de este proyecto. "Los padres y sus hijos se sienten
arropados no sólo por el hospital y sus profesionales sino por otra gente
externa al centro. Hace que sientan que el mundo es un poco más justo y eso ya
es mucho en familias que viven una situación grave".
Nota.- He
buscado en Internet qué es la Fundación Pequeño Deseo y me he informado que es
una organización de interés social, de ámbito nacional y cuya misión es hacer
realidad los deseos de los niños y niñas con enfermedades crónicas o de mal
pronóstico, con el único objetivo de proporcionarles una alegría que les ayude
a sentirse mejor anímicamente.