VALERIA
SABATER | La Mente es Maravillosa |
04/05/2020
Razones por la que la empatía es
más necesaria que nunca en tiempos de pandemia
Una oportunidad de crecimiento
global
En
momentos de emergencia y de crisis humanitaria, hay un nutriente que no puede
faltar: la empatía genuina y efectiva. Es la energía que crea puentes entre las
personas permitiendo que fluya la compasión y ese interés activo capaz de
generar cambios positivos.
La
empatía es más necesaria que nunca en tiempos de pandemia.
No debería faltar en ningún escenario, público o privado. Debería estar
presente en cada persona, en cada mente que tenga como objetivo atender a
otros, liderar un país o simplemente, estar en casa salvaguardando a los demás
y a sí mismo para frenar las infecciones. Jamás ha sido tan primordial
despertar esta dimensión psicológica.
Ahora bien, algo que sabemos bien los psicólogos es
que tal valía en nuestra condición humana no siempre se aplica de manera
efectiva. Pensemos en ello.
No
es lo mismo sentir el dolor o las necesidades ajenas que comprenderlas y
decidir ser útil. Entre sentir y actuar hay un gran
abismo que no todos se atreven a sortear para crear puentes, para movilizar
energías y recursos por el bien común.
Al fin y al cabo, ese es el auténtico propósito de
la empatía: favorecer la supervivencia y el bienestar del grupo al conectar con
las emociones del otro y generar una conducta capaz de promover el bien ajeno.
Tan simple, pero tan difícil a veces.
Como
bien señala Daniel Goleman, “no importa lo
inteligente que uno sea, sin una empatía útil y activa nadie llegará muy
lejos”.
Razones por la que la empatía es
más necesaria que nunca en tiempos de pandemia
En momentos de crisis y dificultad, la empatía puede
actuar como catalizador. Es un medio para que fluya la armonía entre los
grupos, la identificación de necesidades y esa colaboración activa donde ser
parte del grupo y no arquitecto del conflicto.
Queremos
personas que sumen y que no dividan, necesitamos
corazones y mentes orientadas a generar soluciones y no a permanecer en una
posición pasiva donde limitarse a ver qué hacen mal los demás.
Analicemos con detalle por qué la empatía es más
necesaria que nunca en tiempos de pandemia.
Empatía para comprender las necesidades de quien
tenemos cerca
En la actual crisis sanitaria, hay algo más decisivo
que limitarnos a evitar ser contagiados. Habrá quien se limite en exclusiva a
cuidar de su salud y la de su familia, sin embargo, en la actual situación debemos
ser capaces de ir más allá.
Necesitamos
redes de apoyo vecinales, esas que identifiquen por ejemplo al anciano del
quinto que vive solo,
a esa pareja mayor del tercero que necesita que alguien les haga la compra. La
empatía emocional es útil, nos permite sentir la realidad del otro, pero lo que
debemos trabajar también es la empatía cognitiva esa que entiende las
necesidades reales, que va más allá de la emoción y da el
paso para actuar, para generar soluciones.
Nuestros profesionales de primera línea también
necesitan nuestra empatía
Tenemos
claro que nuestros
sanitarios se definen básicamente por ese
sentido de empatía auténtico para con sus pacientes. Eso
es innegable. Sin embargo, si la empatía es más necesaria que nunca en tiempos
de pandemia es porque en los últimos días, estamos viendo actuaciones
claramente sancionables hacia este y otros colectivos.
Hay
personas que pintan mensajes amenazadores en los coches de nuestros médicos. Vecinos
que dejan notas en la puerta de estos médicos, enfermeras o trabajadores de
supermercado exigiéndoles que se busquen otro alojamiento durante la pandemia.
No es lo adecuado. Estos comportamientos generan miedo, desazón y desconsuelo
en estas personas que lo están dando todo por nosotros.
Si
no somos capaces de cuidar a quienes nos cuidan no avanzaremos como humanidad.
Necesitamos líderes hábiles en empatía compasiva
Daniel
Goleman nos explicaba en su libro Focus que “hay un tercer
tipo de empatía esencial en el ámbito del liderazgo, tanto empresarial, como
político, se trata de la empatía compasiva”.
En este caso, se moviliza un ejercicio emocional, cognitivo y conductual en la
que se muestra una preocupación genuina por los demás.
Caen
los egoísmos, los intereses y las falsedades para activar una compasión que
valora al ser humano por encima de cualquier cosa. Ello se
traduce en acciones, en compromisos reales y efectivos a partir de esa cercanía
auténtica para con las personas.
Una oportunidad de crecimiento
global
La
empatía es más necesaria que nunca en tiempos de pandemia. Tenemos
una oportunidad real para ejercitarla, para tener en cuenta lo que nos revelan
múltiples estudios como el llevado a cabo en
la Universidad de Manchester, Reino Unido por
parte de la doctor Karen Tristen.
Según este trabajo, la empatía activa,
esa que brindamos a través del apoyo social, crea lazos más fuertes, felices y
revierte en la esperanza de vida.
Pocas
veces habíamos necesitado tanto de esta dimensión. Es quizá un
momento idóneo para que la aprendan nuestros hijos,
para que germine en las comunidades de vecinos, en los pequeños pueblos, en las
grandes ciudades y por supuesto, a nivel internacional. Necesitamos de la ayuda
y la compasión cercana y también remota.
Esa
que nos pueda ofrecer un amigo, un hermano, un médico y también, ese
investigador que desde un país a miles de kilómetros del nuestro, se esfuerza
por dar con una vacuna. Reflexionemos
sobre ello y aprovechemos esta oportunidad.