JUDITH DEL RIO | lavanguardia.com | 04/06/2025
El también escritor invita a mirar hacia dentro y optar por el autocuidado para conectar con quienes realmente somos
A día de hoy nos cuentan en cualquier sitio y nos invitan
a encontrar la felicidad. Ese estado emocional de bienestar y satisfacción que
surge cuando una persona se siente en armonía con su vida, sus relaciones y su
entorno. Una sensación en la que se supone que debemos sentir plenitud, alegría
y dicha.
El experto en crecimiento personal Borja Vilaseca habla
sobre la felicidad en su última reflexión en su canal de Youtube, donde llama
la atención sobre un pequeño detalle: si sabemos en qué consiste la felicidad,
¿cómo es que casi nadie admite ser feliz?
Para comenzar, el experto destaca que la sociedad parte
de la base de que existe un “error” importante: la “filosofía dominante”
actual. “La felicidad está cimentada en ese error fundamental, esencial, que es
que la felicidad está fuera de nosotros mismos; es algo que hemos de conseguir,
hemos de lograr”, sentencia Vilaseca.
Por culpa de esta premisa, la sociedad sigue una
dirección que le ha llevado a basar su concepto de felicidad en algo que nada
tiene que ver, que como indica el experto, es el hedonismo. “La búsqueda
constante, incesante de placer, euforia, gratificación inmediata”, define.
“Este es el gran error que ha colonizado el inconsciente colectivo. Que la
felicidad está afuera, que no está aquí y ahora, que no tiene que ver con lo
que somos, por lo que inconscientemente sentimos que somos infelices”.
Con este foco puesto fuera de nosotros mismos, Vilaseca
explica que todo lleva a lo mismo: creer que se necesitan alcanzar objetivos,
lograr ambiciones en cuestiones de dinero o amor… Todo, para llegar a ese punto
de felicidad absoluta que nos describe la sociedad. “Cuanto más buscamos hacia
afuera, más nos alejamos de donde realmente existe la felicidad, que es en
nuestro interior. Es una paradoja”.
Sin embargo, como bien explica el experto, esta felicidad
es falsa. No se trata únicamente de eso; tampoco de pequeños momentos de
alegría intensa, sino de una sensación más profunda y duradera de plenitud. La
felicidad implica también la aceptación de uno mismo y la capacidad de
enfrentar las dificultades sin perder el equilibrio emocional.
Vilaseca, también por experiencia personal, afirma que más
del 90% de los seres humanos no son genuinamente felices. “Sienten un
vacío en su interior, ansiedad, estrés crónico, están profundamente
desconectados de sí mismos y su verdadera esencia”, lamenta. Sin darnos cuenta,
nos alejamos de la verdadera felicidad, con un gancho: conseguimos objetivos y
metas, lo que hace que nos impulse a imponernos más y más, dando un paso cada
vez más alejado. Todo, sin sentirnos felices.
“Vivimos en una cultura totalmente infeliz, pero
obsesionada con la felicidad. Nos hemos desconectado de nuestra esencia.
Estamos en un encarcelamiento mental”, afirma el experto. “No eres feliz a
pesar que tienes más de lo que necesitas para ser feliz. No sabes cómo, porque
miras hacia fuera en lugar de mirar hacia dentro”.
La felicidad, en definitiva, no se basa en tener una vida
perfecta, sino en cómo interpretamos y respondemos a lo que nos sucede. En este
sentido, la felicidad no es un destino fijo, sino un proceso continuo de
crecimiento, gratitud y conexión con aquello que le da sentido a nuestra
existencia.