Redacción Mundo Deportivo | 21/09/2024
Hoy
en día, en una sociedad totalmente sometida al uso constante de las
redes, el consumo de series o películas en plataformas o de
vídeos virales en TikTok, es difícil aburrirse.
Normalmente, cuando escuchamos la palabra aburrimiento la asociamos a algo
negativo. Nadie quiere estar aburrido. Pero la realidad es que, aunque no lo
creamos, es necesario.
"Si yo no me aburro, no creo. Nadie ha descubierto nada importante en un momento de hiperactivismo feroz. Newton vio la manzana caer, Arquímedes veía los barcos flotar, Platón paseaba por los jardines de Atenas... Para crear, para descubrir, para conectar, para profundizar, para meditar, hace falta ser capaz de aburrirse", sostiene la psiquiatra.
Precisamente, Marian Rojas Estapé señalaba el problema de usar nuestro móvil para contrarrestar ese aburrimiento. Esa 'medicina' puede llegar a ser un error garrafal. "Si yo cada vez que estoy ansioso o estresado cojo mi teléfono, mi pantalla, no me convierto en un gestor de mi vida y no tolero bien la frustración", aclara Marian.
"Si pensamos en los jóvenes, que es parte de la crisis de salud mental, no tienen capacidad de gestionar la frustración porque el teléfono se ha convertido en una máquina dispensadora de afectos, de dopamina. Entonces, cada vez que me siento mal tengo algo. Son chupitos en la habitación, en un minibar donde cada vez que me siento mal tengo una capacidad de sentir algo", añade la especialista.