BERTRAND REGADER - Psicólogo fundador de “Psicología y Mente”
En la entrevista el psicólogo
canario nos cuenta algunos detalles de su biografía y su profesión.
Nacido en Canarias hace 54 años, Leocadio Martín es
uno de estos psicólogos infatigables que, además de dedicarse a la
docencia, dirige y
coordina una web donde difunde
contenidos relacionados con la salud mental y la psicología positiva. Amante
del running y
de viajar a los lugares más recónditos del planeta, hemos querido reunirnos con
él para profundizar en algunos aspectos de la profesión de psicólogo, así como
para conocer de primera mano sus opiniones y pensamientos.
Leocadio, ¿cómo empezó tu vocación por la psicología?
Diría que sin proponérmelo. Empecé estudiando Químicas, pero me aburría.
Pasé a Psicología casi sin pensarlo, y encontré mi pasión.
Los comienzos fueron muy especiales. Fueron los primeros años en que
apareció el SIDA, y el papel de la psicología comenzaba a ser algo muy
importante para la sociedad. Aterricé en la Atención Domiciliaria a Enfermos con SIDA en
el año 1988. Éramos unos psicólogos clandestinos, hasta para nuestra
familia. Me gusta pensar que es esto lo que ha marcado mi carrera.
Ejerces como psicólogo en Santa Cruz de Tenerife. Cuéntanos:
¿cuáles son los principales inquietudes de tus pacientes? ¿Estás especializado
en algún ámbito concreto de la psicoterapia o la psicología clínica?
Hace ya unos pocos años que decidí parar la consulta de psicoterapia para dedicarme a la formación y a los grupos.
Puedo decir que he trabajado en varias áreas de la psicología clínica, pero principalmente lo he hecho en las adicciones, y todas sus derivaciones.
En la actualidad me gusta decir que estoy dedicado a la promoción del bienestar mental.
¿Qué influencia crees que tiene la crisis económica en la
salud mental de los ciudadanos?
Toda. Nos han quitado muchas “certezas” sobre nuestra vida. Podemos
decir que al ser humano lo han convertido en uno de los perritos de los
experimentos de “indefensión
aprendida”.
También es cierto que, afortunadamente, somos capaces de salir de las
circunstancias más adversas y la resiliencia de las personas está siendo la gran noticia de estos tiempos.
Esta, junto con la conciencia de pertenencia, solidaridad y generosidad, nos
hará salir más fuertes de esta adversidad impuesta y artificial.
¿Cómo valoras la profesión de psicólogo en el contexto
actual? ¿Crees que todavía existe un cierto estigma que hace que mucha gente no
acuda a terapia a pesar de necesitarla?
No creo que exista un estigma más allá del que hay para otras profesiones,
como por ejemplo la medicina. En este momento si la gente no va a la consulta
es, o bien porque no cree necesitarlo o porque su experiencia previa no ha sido
satisfactoria. En los últimos veinticinco años, la psicología ha sido
capaz de hacer ver su papel en multitud de áreas, desde la educativa, la clínica o la psicología
en emergencias.
Quizás la única asignatura pendiente sigue estando en la presencia
adecuada (en número de profesionales), en los ámbitos académicos o sanitarios
públicos. Cuando seamos capaces de hacer entender que nuestro trabajo es
preventivo y puede ahorrar muchos recursos y sufrimientos, quizás las
administraciones lo entiendan y sean capaces de dar a los psicólogos y a los
profesionales de la salud mental el espacio necesario.
Se habla mucho acerca de la Psicología Positiva. ¿Qué crees
que nos puede aportar este enfoque?
Durante muchos años, la psicología se ha ido haciendo un hueco en el
tratamiento de la enfermedad, en clínica. Somos expertos en ayudar a las
personas a cambiar, a modificar conductas y pensamientos.
La psicología
positiva viene a decirnos que
nuestra capacidad como profesionales puede ir mucho más allá. Podemos ayudar a
las personas a cambiar aquello que desean, a conocerse a sí mismas, a no ir en
“modo automático” por la vida.
Identificar fortalezas, aprender a ser conscientes del momento en el que
vivimos, es un campo propio de nuestra disciplina en el cual somos expertos. Y
bien nos valdría que lo entendiésemos así y abandonáramos complejos. Si no, nos
van a pisar el camino, como ya está ocurriendo en algunos casos.
En cuanto a la divulgación sobre temas relacionados con la
psicología… ¿Crees que la gente está mejor informada que antes acerca de las
últimas investigaciones?
El esfuerzo que estamos haciendo, cada vez más, para llegar a “contar
psicología”, creo que es cada vez más importante. En cualquier caso, nos queda
mucho camino por andar. No solo para explicar y hacer llegar las últimas
investigaciones: también las teorías clásicas o modernas que sustentan las diferentes terapias
psicológicas e intervenciones.
La pregunta ¿para qué
sirve la psicología?, todavía tiene recorrido. Pero sí, creo que
estamos consiguiendo que las personas conozcan cada vez mejor lo que hacemos y
lo que podemos hacer.
Se ha hablado mucho últimamente de la tendencia en
psiquiatría de solucionar todos los desajustes mentales mediante fármacos.
Además, se suele decir que desde la psicología clínica existe también la
costumbre de sobrediagnosticar algunos trastornos. ¿Qué hay de cierto en ello y
qué papel crees que debe jugar el psicólogo para evitar esta problemática?
Sin duda, la utilización de fármacos para resolver algunos desajustes
mentales es una tendencia que deviene de un tipo
de sociedad orientada a la solución rápida. A definir a las personas por sus supuestos
trastornos. Esto, en un entorno clínico, puede ser útil, para asegurar una
intervención efectiva o coordinada. Pero está trayendo un efecto indeseable. El
de personas que se identifican con sus trastornos y les cuesta mucho entender
quiénes son más allá de la etiqueta clínica.
El papel de la psicología clínica no se debe quedar en el diagnóstico,
sino en un adecuado programa terapéutico que permita que la persona se
reconozca como tal, y asuma su trastorno como algo que puede manejar, con
ayuda.
Creo que estamos en ese camino. Y afortunadamente bastante distanciados de
las soluciones farmacológicas.
Hemos visto que te mueves como pez en el agua por las redes
sociales. ¿Por qué motivos consideras que es importante que un psicólogo sepa
comunicarse a través de la red?
Sin duda. Estamos en el principio del aprovechamiento de estas
herramientas para dar a conocer nuestra profesión. Cuando yo estudié
psicología, el acceso a documentación científica o divulgativa, era mínimo.
En la actualidad, la posibilidad de tratamientos online, de mostrar nuestras
capacidades, de debatir… a través de estas nuevas formas de comunicación es un
espacio que hará, sin duda, que lleguemos a lugares y a personas que de otra
forma nunca hubiésemos accedido.
Estamos justo a principio de curso académico y son muchos
los jóvenes que están dando sus primeros pasos en las facultades de psicología,
como nuevos estudiantes. ¿Cuál sería el mejor consejo que un psicólogo con
experiencia como tú les podría transmitir?
Pasión. Una única palabra para
definir esta profesión. Es vocacional, lo tengo absolutamente claro. Es
necesario tener la curiosidad por aprender y ayudar a los demás. Esto y
mantener una mente abierta. Podemos entrar en la carrera pensando que queremos
dedicarnos a un área específica y descubrir otra que nos engancha. No cerrar
puertas.
Estamos en el estudio de la mente humana. Y la psicología es un caleidoscopio apasionante, que puede llevarnos por caminos insospechados y maravillosos.