sábado, 13 de julio de 2024

"Lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino" Carl Jung

MARIANA ALVEZ GUERRA     |     Uruguay   |   Psicología Positiva    |   11/07/2024 

Carl Jung fue uno de los fieles discípulos de Freud, pero sus discrepancias en cuanto a ciertas miradas los alejaron y fue la inspiración para que Jung desarrollara su propia corriente psicológica conocida como Psicología Analítica. 

Desde esta perspectiva, se habla de la existencia de un inconsciente colectivo donde habitarían varios arquetipos (patrones de comportamiento, imágenes universales, conocimiento humano heredado de nuestros ancestros), así como un inconciente personal donde viven los conflictos de cada persona. Esto con el tiempo irá evolucionando en cada uno hasta construir su identidad. 

De acuerdo a la Psicología Analítica, el arquetipo de la sombra representa el lado más oscuro de nuestra personalidad, rasgos como celos, agresividad, culpa, avaricia, soberbia, lo que no nos agrada reconocer como propio y los escondemos de nosotros mismos.

La sombra es más destructiva y peligrosa cuando más la reprimimos y la negamos. Y ella siempre busca la forma de expresarse. Es entonces cuando “se proyecta”, depositamos esa oscuridad en los demás y ellos nos sirven como espejos. Sino la trabajamos a través del autoconocimiento, solo podemos verla a través de las acciones y rasgos de los demás, fuera de nosotros mismos. 

Lo que criticamos o juzgamos exageradamente de otros puede llegar a pertenecernos. Nuestras emociones reprimidas tienen fuerza y siempre encuentran alguna forma de manifestarse, ya sea a través de patologías psicológicas o somáticas.

Haciendo conciente lo inconsciente, poniendo sobre la mesa quiénes somos en toda nuestra complejidad, nos ayuda a integrar esa parte que aunque no nos guste, también es nuestra y parte de nuestra historia. 

Conocernos permitirá poder expresar esa oscuridad de una manera más saludable, lo que llamamos sublimar. Si una persona posee mucho odio por situaciones injustas que ha recibido en su vida, puede transformar toda esa potente energía psíquica en construir posibilidades para salir del lugar de donde está de una forma material o simbólica, podría usar ese enojo para defender causas sociales o defender a quienes viven situaciones de vulnerabilidad. 

En la consulta psicológica, debemos ayudar a las personas a reconocer y mencionar aquellas cosas que no le agradan de sí mismo, ponerlas sobre la mesa y pensar estrategias que posibiliten maneras saludables de expresar esa oscuridad propia. La palabra conciencia es clave, ¿cómo podemos cambiar aquello que ni siquiera reconocemos en nosotros?

Como decía Jung, uno no se ilumina imaginando figuras de luz, sino haciendo consciente la oscuridad, es decir, confrontando la sombra. Una aceptación radical comienza también integrando “nuestra sombra” en la personalidad y trabajar con ella, descuidarla nos puede desequilibrar. 

Esto nos beneficia ya que favorece nuestra individuación, nos ayuda a alcanzar el bienestar porque entramos en paz con nosotros mismos, ayuda a la libertad personal. 

Así que no temas mirar el abismo, ve a lo profundo de tu ser y en esa oscuridad podrás traer la luz y transmutar aquello que te hace humano y acercarte un poco más a lo divino.