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– 15/02/2016
El diario El
Mundo ha realizado una radiografía de cómo
se trata la depresión en nuestro país. La mayor parte de las personas
que acuden a Atención Primaria con síntomas depresivos no llegan a ser
atendidos por un especialista (psiquiatra o psicólogo) a no ser que
sus síntomas no mejoren con medicamentos. El último trabajo que aporta
evidencia científica sobre la eficacia de los distintos tratamientos para la
depresión se publicó la pasada semanas en la revista Annals of Internal Medicine y se trata de una
revisión de todos los estudios que se han publicado sobre el tema, comparando
una estrategia terapéutica con otra. El informe, realizado por miembros del
Colegio Americano de Médicos, señala que la terapia
cognitivo conductual debería
ser un tratamiento alternativo a los antidepresivos de segunda generación para tratar la depresión
leve.
“La terapia cognitivo conductual es una
aproximación razonable para el inicio del tratamiento y debería considerarse
encarecidamente como una alternativa a los fármacos, y después de que el médico
discuta con el paciente sobre los efectos secundarios, el coste, la
accesibilidad y las preferencias de éste”, afirma el estudio. Pero en
España dos de cada tres pacientes cuando tienen síntomas de depresión o de
ansiedad van al médico de Atención
Primaria y
reciben antidepresivos exclusivamente porque no hay un tratamiento psicológico
a nivel primario como
asegura al diario El Mundo, Antonio Cano, catedrático en Psicología y
presidente de la Sociedad
Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés. Salvo si ha pasado por urgencias o tiene ideas
suicidas no se suele derivar a la persona al nivel secundario por lo que la
mayoría no son diagnosticados por un especialista.
“Aunque se aumenten los psicólogos en la sanidad
pública, la demanda aumenta a tal velocidad que veo difícil poder satisfacerla”,
explica Jerónimo Saiz, jefe del Servicio de Psiquiatría, del Hospital
Universitario Ramón y Cajal de Madrid,
quien señala el valor de los resultados de esta revisión. “Los problemas de
salud mental no están suficientemente reconocidos ni atendidos, eso es una
realidad”, añade. Miguel Gutiérrez Fraile, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría, explica que el estudio que publica Annals of
Internal Medicine tiene algunos problemas que hay que detallar. “El primero es
que no distingue la graduación en la gravedad del episodio depresivo. Hay
pruebas que apuntan a que cada una de las alternativas terapéuticas
tienen diferente eficacia en función de la gravedad del episodio depresivo.
Por ejemplo, los antidepresivos parecen no ser más eficaces que el
placebo en la depresión leve, pero las psicoterapias son ineficaces en los
extremos más graves de la depresión. La misma guía propone a las
psicoterapias como primera elección en el tratamiento de la depresión leve o
moderada y sugiere la combinación de ambas estrategias (fármacos y
psicoterapia) siempre que sea posible”, puntualiza.
Entre un 10 y un 60% de los
pacientes no mejora con antidepresivos, tienen depresión resistente al
tratamiento farmacológico.
“Sabemos que el coste de tratar a los pacientes resistentes representa el 40%
del coste total de la depresión. Desde hace 10 años, se están desarrollando
unidades de depresión resistente, y la novedad es que hay técnicas de
psicoterapia eficaces para estos pacientes: la terapia cognitiva conductual y
las técnicas biológicas, como la estimulación
magnética transcraneal repetitiva”,
afirma Gabriel Rubio, jefe del Sección
de Psiquiatría del Hospital 12 de Octubre, también en Madrid. La eficacia de los antidepresivos está en el
50% y la de la terapia cognitiva conductual es similar, quizás un poco
mayor, pero con la diferencia de que no tiene efectos secundarios por lo que se
le puede dar a embarazadas, no hay riesgo de caídas accidentales, accidentes de
tráfico o laborales.
La necesidad de psicólogos es algo que denuncian
desde Atención Primaria, Psiquiatría y Psicología. Un ejemplo que evidencia la
carencia de estos especialistas es el número de plazas PIR (plazas ofertadas
por el sistema sanitario para formación de especialistas) que se ofrece
anualmente y que son menos de 100 frente a las 3.000 de las plazas MIR para
médicos. “Las guías NICE, la referencia en Reino Unido sobre lo que dice
la evidencia científica, recomiendan que para la depresión leve y
moderada se comience por técnicas cognitivo conductuales y reservar los
antidepresivos para los casos más graves. Ellos lo tratan así desde
2007 y ahora se están planteando duplicar todo lo que están haciendo, con más
recursos. Porque aunque destinen más psicólogos y traten a más pacientes,
ahorrarán más de lo que invierten porque evitarán bajas por depresión,
accidentes de tráfico o laborales, caídas, etc.”, concluye Cano.