JUAN ARMANDO CORBIN | Psicología y Mente
¿Qué clases de Trastorno Bipolar existen y en qué se diferencian?
El trastorno bipolar es un trastorno grave y complejo que presenta una gran variedad de síntomas. Existen distintos tipos de este trastorno y su sintomatología también puede presentarse junto a otras psicopatologías como la esquizofrenia.
En el artículo de hoy vamos a repasar los distintos tipos de trastorno bipolar y sus características, pues el diagnóstico de esta enfermedad mental puede ser complicado para los profesionales de la salud mental.
Un
trastorno que ha sido excesivamente diagnosticado
Algunos
expertos llevan tiempo avisando de que el trastorno bipolar está siendo
excesivamente diagnosticado. Por eso, la Facultad de Medicina de la Universidad
de Brown, en el estado de Rhode Island, decidió estudiar este fenómeno, el de
la sobrediagnosticación. Sus conclusiones fueron
claras: alrededor del 50% de los casos diagnosticados de Trastorno Bipolar
podrían ser equivocados.
La
investigación se realizó con el análisis de los datos aportados por entrevistas
tomadas a 800 pacientes psiquiátricos usando un test de diagnóstico integral
la Entrevista Clínica Estructurada para los Trastornos DSM.
¿Pero cuáles son las causas de esta sobrediagnosticación? Los investigadores
piensan que existe una mayor propensión especialistas a diagnosticar trastorno
bipolar frente a otros desórdenes más estigmatizadores y para los cuales no hay
un tratamiento claro.
Por otro lado, existe otra hipótesis que afirma que la culpa se encuentra en la publicidad agresiva por parte de las empresas farmacéuticas, pues tienen un gran interés en la comercialización de los fármacos usados en los tratamientos de esta patología. Algo que también ocurre con el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Síntomas del Trastorno Bipolar
Los
síntomas primarios del trastorno bipolar son los cambios impredecibles del
estado de ánimo, y los más característicos
son los síntomas del estado de manía y del estado depresivo.
Síntomas
de la fase de manía
Los
síntomas de la manía incluyen excitación excesiva, percepción de
grandeza, irritabilidad, falta de sueño, aumento notable de energía,
alto impulso sexual y verborrea. Durante la fase de manía los
individuos puede abusar de drogas, llevar a cabo conductas de riesgo y tomar
decisiones perjudiciales y negativas para ellos, como dejar el trabajo.
Síntomas
de la fase depresiva
Los
síntomas de la fase depresiva incluyen tristeza, ansiedad,
irritabilidad, pérdida de energía, llanto incontrolable, cambios en el apetito que
llevan a una pérdida o aumento de peso, necesidad excesiva de dormir,
dificultad para tomar decisiones y pensamientos suicidas.
Además, los síntomas maníacos y depresivos pueden aparecer juntos. Cuando esto ocurre recibe el nombre de “episodio mixto”.
Tipos
de Trastorno Bipolar
Existen
distintos tipos de trastorno bipolar caracterizados
por diferentes grados de los síntomas depresivos o maníacos. Los cinco tipos
del trastorno bipolar son: ciclotimia, trastorno bipolar de tipo I, trastorno
bipolar de tipo II, trastorno bipolar no especificado y trastorno bipolar de
ciclado rápido.
Ciclotimia
La ciclotimia es
una variante del trastorno bipolar pero sus síntomas son menos graves, es decir, que las personas que sufren este
trastorno presentan fases leves de depresión e hipomanía. Esta última, la
hipomanía, es una alteración psicológica que puede ser entendida como una
versión débil, menos
acentuada, de la manía, y de hecho no suele
poner en riesgo la integridad física de la persona que la desarrolla, algo que
sí ocurre con la manía propia del trastorno bipolar.
Los
individuos son diagnosticados tras persistir los síntomas durante al menos dos
años.
Trastorno
Bipolar de tipo I
Una
persona afectada por el trastorno bipolar de tipo I ha tenido
al menos un episodio de manía durante su vida, pues este tipo de trastorno bipolar se caracteriza por la presencia de
episodios de manía o, en algunos casos, mixtos, y no necesariamente el sujeto
ha sufrido una fase depresiva. Ahora bien, aproximadamente el 90 % de los casos
el paciente cursa ambas fases (manía y depresión).
Trastorno
Bipolar de tipo II
El trastorno
bipolar de tipo II se diagnostica cuando el sujeto ha sufrido uno o
más episodios de depresión mayor y al menos un episodio de hipomanía. En ocasiones, el trastorno bipolar de tipo II
puede confundirse con la depresión mayor, por lo que es imprescindible hacer un
diagnóstico correcto para una mejor recuperación del paciente.
Trastorno
Bipolar no especificado
Puede
ser que el trastorno bipolar no pueda clasificarse dentro de los tres
anteriores (ciclotimia, tipo I y tipo II) por diferentes motivos. Por ejemplo,
cuando los episodios de hipomanía son recurrentes. Hay situaciones en las que
el psicólogo o psiquiatra ha llegado a la conclusión de que hay un trastorno
bipolar, pero es incapaz de determinar si es primario, debido a una enfermedad
médica o por haber sido inducido por una sustancia.
Los
subtipos de trastorno bipolar más frecuentes son los siguientes:
·
Alternancia
muy rápida (en días) entre síntomas maníacos y síntomas depresivos que no cumplen el criterio de duración
mínima para un episodio maníaco o un episodio depresivo mayor.
·
Episodios
hipomaníacos recidivantes sin
síntomas depresivos intercurrentes.
·
Un
episodio maníaco o mixto superpuesto a un trastorno delirante, una esquizofrenia residual o un trastorno
psicótico no especificado.
Trastorno
Bipolar de ciclo rápido
Los
individuos con trastorno bipolar de ciclo rápido experimentan cuatro o más
episodios de manía o depresión en el periodo de un año. Alrededor del 10% al 20% de los pacientes con este trastorno
sufren el tipo “ciclado rápido”.
Creencias
erróneas sobre el Trastorno Bipolar
A
pesar de que el trastorno bipolar es bastante conocido por la población, al
menos en cuanto al nombre se refiere, existe una gran desinformación
sobre esta psicopatología. Muchas personas piensan que este
trastorno se caracteriza por cambios de humor repentinos en el mismo día o por
altibajos emocionales.
En realidad, el trastorno bipolar es un trastorno serio que, igual que la esquizofrenia o el trastorno paranoide, requiere de la administración de fármacos y una vigilancia en los hábitos de vida de los pacientes para evitar recaídas.