Celeste López | La
Vanguardia | Madrid
| 04/04/2019
Psiquiatra y autor de ‘Somos lo que
hablamos. El poder terapéutico de hablar y hablarnos’
“En un vuelo desde Nueva York, la señora española que
estaba a mi lado me preguntó si regresaba a la Península. Le contesté que iba a
estar unos días, a lo que respondió, muy seria, ‘mejor, que en España sólo hay
ladrones y terroristas’. Me sorprendieron sus palabras y le pregunté cuántos
ladrones conocía a su alrededor, a lo que respondió que ninguno. Tampoco
conocía en su mundo más cercano, ni siquiera un poco más alejado, a un
terrorista... La mujer se dio cuenta de que la visión que había dado de España
no se ajustaba a la realidad”.
“El
soliloquio te ayuda a gestionar la vida, a enfocar la atención, a
concentrarte...”
Esta anécdota
de Luis Rojas Marcos (Sevilla, 1943) resume de manera nítida una de
las características del prestigioso psiquiatra afincado en Nueva York,
el optimismo, esa mirada positiva de la vida que conduce al que
le escucha a creer en la especie humana. Rojas Marcos está convencido de que
el ser humano es bondadoso por naturaleza, lo que ocurre es que en el
devenir de la vida y según sus experiencias ese potencial, a menudo, se
diluye y se envuelve en negatividad.
Pero es posible
de cambiar para vivir mejor. ¿Cómo? Hablando, porque “hablar, en
cualquiera de sus formas, no sólo añade vitalidad a los años sino
también años a la vida”, asegura Rojas Marcos, que acaba de publicar Somos
lo que hablamos. El poder terapéutico de hablar y hablarnos (Grijalbo),
el libro que, comenta, más le ha costado escribir porque hablar es uno de los
temas que más han influido en su vida personal y profesional.
“Estoy
convencido de que hablar es la actividad humana natural más eficaz a la hora de
proteger la autoestima saludable, gestionar nuestra vida, disfrutar
de la convivencia y las relaciones afectivas y estimular los
dispositivos naturales que facilitan nuestro bienestar físico, mental y
social”, afirma.
Pregunta.-Hablar
como un remedio de la medicina de la calidad de vida. |
Respuesta.-Sí, porque se ha demostrado que tan importante como curar una
enfermedad es estudiar aspectos del ser humano que nos ayude a vivir mejor,
como la actividad física.
P.-¿Usted fue
un niño muy hablador? | R.-Sí, mucho. De hecho, el hablar ha jugado
un papel esencial en mi vida. Especialmente hablar conmigo mismo. El lenguaje
interior me ha ayudado mucho. Yo era un niño hiperactivo, aunque no existía esa
denominación entonces, y esos soliloquios me ayudaron a controlarme. Yo no
sabía qué hacía mal, pero era consciente de que mi actitud no era adecuada. Lo
aprendí con los pellizcos de monja que me daba mi madre, las miradas de mi
padre, con las órdenes de los profesores de sentarme en la última fila porque
molestaba… (Era un desastre, lo suspendía todo). Entendí que debía controlarme
y me lo decía a mí mismo. ¡Me funcionó!
P.-¿Por qué es
tan importante hablarse a uno mismo?
| R.-Porque te ayuda a gestionar
tu vida, a controlarte, a enfocar la atención, a concentrarte en los pasos que
debes dar, a mantener la fuerza de voluntad... Muchos estudios han demostrado
que es una forma de autoguía muy efectiva.
P.-¿Y si mis
soliloquios son negativos y me hunden?
| R.-Deberá aprender a hablarse
con cariño y así vivirá más y mejor. Porque la perspectiva positiva u optimista
de la vida la implementamos en el lenguaje interior.
P.-¿Cómo se
aprende? | R.-Siendo consciente de que el lenguaje
interior es importante en tu vida y como tú te hables así repercutirá en el
lenguaje social.
P.-¿Los niños
que han crecido en un ambiente parlanchín tienen más posibilidades de vivir más
y mejor? | R.-Muchos estudios apuntan a que sí, porque
serán habladores, extrovertidos. Tendrán más relaciones sociales, compartirán
experiencias, estarán más satisfechos, serán más solidarios, más empáticos...
Hablen mucho a los niños, a los adolescentes, a sí mismos. ¡Hablen!.