TANIA CARBALLO | ElEspañol.com | 29/09/2024
El término proviene de
la figura mitológica de Eco, una ninfa condenada a repetir solo las últimas
palabras de los demás, incapaz de expresar sus deseos.
El narcisismo es
uno de los conceptos tendencia en este S. XXI; sin embargo, tiene sus
raíces en la mitología griega, con Narciso, quien se enamoró de su propia imagen reflejada en un
estanque. Su definición ha llegado
tan lejos, que ahora el trastorno narcisista de la personalidad (TNP), es una
gran preocupación en la psicología.
Un dato sorprendente teniendo en cuenta que desde que
se conoce el término, una gran parte de la población huye de él. Nadie quiere serlo o tener alguien cerca que lo sea. Esta tendencia de alejamiento ha
conseguido que, ahora, la
preocupación de los expertos sea justamente lo contrario.
El ecoísmo también tiene sus raíces en la mitología griega. El término proviene de la figura mitológica de
Eco, una ninfa condenada a repetir solo las últimas palabras de los demás,
incapaz de expresar sus propios pensamientos o deseos. En la actualidad, se
trata de un patrón que se repite constantemente.
Qué es el ecoismo
El ecoísmo es un término que se utiliza en psicología para describir un patrón de comportamiento caracterizado por la tendencia a minimizar las propias necesidades, deseos y emociones, a menudo con el fin de evitar atraer la atención, sentir vergüenza o causar incomodidad a los demás.
Este comportamiento puede
originarse en la infancia, en entornos donde expresar las
propias necesidades o emociones estaba mal visto. Por ejemplo, un niño que
crece con padres narcisistas o emocionalmente ausentes puede aprender que su
valor depende de no convertirse en una carga.
Realmente, el ecoísmo puede ser
una respuesta adaptativa en un ambiente en el que la
expresión individual es vista como una amenaza o una inconveniencia. Los
ecoístas pueden sentirse incapaces de hacer valer sus propios sentimientos o
necesidades, y en su lugar, se limitan a reflejar lo que los demás quieren o
necesitan.
Las personas
ecoístas tienen una tendencia a reprimir las propias necesidades y deseos,
lo que puede llevar a un profundo sentimiento
de insatisfacción personal. Al priorizar constantemente a los
demás y minimizar sus sentimientos, pueden perder el contacto con lo que
realmente quieren o necesitan.
No solo puede generar problemas de salud como la
depresión, la ansiedad o la baja autoestima, sino que puede interferir con sus relaciones, volviéndolas desequilibradas. Debido a su
inclinación por complacer y evitar el conflicto, las personas ecoístas pueden
atraer a personas con tendencias narcisistas o controladoras, quienes se
aprovechan de su naturaleza sumisa.
El ecoísmo también puede limitar las oportunidades de crecimiento personal y
profesional. Al no expresar sus
opiniones, ideas o deseos, la persona puede pasar desapercibida en su entorno
laboral o social, lo que disminuye las posibilidades de ascenso o
reconocimiento.
Una de las desventajas más claras en el ecoísmo es
que puede generar el sentimiento
contrario, en el que las personas
de su círculo crean que solo quieren llamar la atención e, incluso, están
victimizándose.
Diferencias entre el ecoísmo y el narcisismo
El ecoísmo y el narcisismo son dos conceptos que
representan extremos opuestos. Aunque ambos pueden surgir de contextos
familiares o sociales disfuncionales, se manifiestan de maneras muy diferentes.
El narcisismo se caracteriza por un sentido exagerado de importancia personal, una necesidad constante de admiración hacia uno
mismo y una falta de empatía hacia los demás. Las personas con rasgos
narcisistas suelen buscar ser el centro de atención y tienen una visión
grandiosa de sí mismas, buscando constantemente la validación externa para
mantener su autoestima.
Por otro lado, el ecoísmo se refiere a un patrón de
comportamiento en el que una persona minimiza o reprime sus propias
necesidades, deseos y emociones para evitar el conflicto o para complacer a los demás. En lugar de buscar admiración o reconocimiento,
este patrón está impulsado por el deseo de evitar la atención y mantener una
imagen de sumisión.
La motivación detrás del narcisismo es el deseo de
sentirse superior y especial, mientras que la motivación detrás del ecoísmo es
el temor al rechazo o al conflicto, y la necesidad de mantener la paz y la
aceptación social.