20 MINUTOS - NOTICIA | 12/09/2022
Entre otros fenómenos fascinantes, la era de internet nos ha traído 'El Juego'. Su
premisa es muy sencilla: el objetivo es no pensar en el propio juego, y hacerlo
significa una derrota.
Es fácil ver que, una vez que se conoce su única regla, es extremadamente
complicado y que esforzarse en evitar pensar en 'El Juego' suele lograr justo
el efecto contrario. Algo similar sucede con los pensamientos negativos: tratar
de evitarlos suele conducir a pensar
aún más en ellos.
Dejar de forcejear
En base a esto, el médico de familia y formador de ACT británico Russ
Harris ofrece en su libro La trampa de la felicidad una técnica para evitar de verdad esos pensamientos y sentimientos dolorosos.
Concretamente, Harris explica que
"forcejear" contra los pensamientos negativos a menudo es comparable
a luchar para salir de unas arenas movedizas: cuanto más lo intentamos, más nos hundimos. El
problema está en que hacer esto, resistirse para salir de las arenas movedizas,
es algo intuitivo.
Por eso, esta técnica consiste justo
en lo contrario: es preciso vencer ese instinto primordial de luchar contra ese
pensamiento o sentimiento que nos hace daño y, en su lugar, abrirnos a él
y darle espacio.
Hacer esto, dice el experto, permite que nos centremos mucho más en las
actividades que estamos realizando y que disfrutemos más plenamente de ellas.
Pensamientos con contenido útil
Según el médico, "la
investigación no deja lugar a dudas: cuando respondemos así a nuestros
pensamientos y sentimientos, los síntomas se reducen. Los niveles de ansiedad caen en picado,
los niveles de estrés disminuyen; los síntomas de la depresión se reducen; e
incluso el dolor físico causado por enfermedades como el síndrome de dolor
crónico disminuye".
A esto, además, se añade otro
beneficio de no luchar contra estos pensamientos: que a menudo "contienen información útil.
[...] Nos pueden advertir de problemas de los que debemos ocuparnos, nos
proporcionan evaluaciones sobre la vida que nos ayudan a reconocer si lo que
hacemos nos funciona o no. No podemos usar esta valiosa información de forma
eficaz si estamos ocupados forcejeando con estas experiencias internas, pero sí
podemos hacerlo una vez detenemos el forcejeo", tal y como expresa Harris.