ALDARA MARTITEGUI | Madrid | niusdiario.es | 22/05/2022
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Juanjo Fraile es un
empresario del mundo de la comunicación a quien un diagnóstico de cáncer le
hizo empezar a vivir de otra manera.
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En su segundo libro,
‘Inspirarte’ nos invita a vivir más conectados con nuestra verdadera esencia y
menos con nuestro ego.
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Para ello, primero
debemos hacer ese clic y darnos cuenta de que más allá de ‘lo que hago’ hay un
‘quién soy’.
Pocas
veces me dejo llevar por mi intuición para empezar un artículo. Reconozco que
suele ser mi ego quien dirige esas acciones, quien elige escrupulosamente cada
frase, cada palabra y hasta el orden de los párrafos…¡Y eso está bien!,
¡fantástico!, apuesto que eso es
lo que diría Juanjo Fraile: tu ego es
parte de ti, está bien que lo reconozcas como una parte de ti porque te
acompañará hasta que te mueras…¡pero tú no
eres solo tu ego! “Creo que vivir con mi ego es bueno…que se
apodere de mí, eso es lo que no es bueno”, me explica en una conversación de
más de hora y media por Zoom.
Juanjo
Fraile es un empresario del mundo de la comunicación que,
como ven, habla más como un místico que como un hombre de negocios…No le
conocía: Fraile no se mueve en el ámbito del coaching y del desarrollo personal
más ‘popular’. Por eso precisamente me llamó tanto la atención su segundo libro
cuando cayó en mis manos. Inspirarte (Alienta, 2022) no fue
escrito para ser publicado. Pero ahí lo tienen. Cosas de la vida.
Cosas
de la vida…y de la pandemia. Por una jugada del destino, el inicio del
confinamiento le pilló en Santander, donde nació hace casi
50 años. “Me tocó encerrarme con mi familia, maravillosa, allí… fue por una
casualidad del destino absolutamente increíble porque no vivo allí. Entonces,
empiezo -cada día desde el 14 de marzo-, después de mi tiempo de meditación
matinal, a hacer una reflexión para mí en mi cuaderno: de lo que está pasando,
de lo que vivo, de cómo lo experimento, de lo que me llega… y
de mil cosas. Y aguanto 300 días haciéndolo”.
De esas
300 inspiraciones, fueron seleccionadas 264. Se publicaron tal cual, sin
correcciones. Por eso ‘Inspirarte’ es Juanjo Fraile en estado puro
hablando de las cosas que él habla, de su forma de mirar el
mundo, de su forma de vivir tan conectado con su verdadero ser y con su
esencia, pero a la vez tan comprensivo y compasivo con su ego: esa otra parte
de él (y de todos los seres humanos) que es la necesaria expresión de nuestra
esencia en un cuerpo, en un espacio y un tiempo concretos, pero que en absoluto
nos define. El ego tiene que ver con el hacer, con el personaje que interpretamos.
La esencia, tiene que ver con el ser, con quiénes somos en realidad,
con eso que permanece inalterado aunque cambie nuestro nombre, nuestra
profesión, nuestra familia, nuestros amigos…
Pregunta:
Me pregunto de dónde nace este impulso de escribir sobre estas cosas de las que
escribes…
Respuesta: Yo no
soy escritor, vaya por delante. Es mi segundo libro, lo cual no deja de ser
paradójico porque, no siendo escritor, escribir dos libros es extraño (…) En
determinado momento, mi vida cambia. ¿Por qué cambia?, en mi caso
concreto porque tuve un cáncer. Tengo un cáncer. Con el cáncer
viene una bofetada que, bien interpretada, es un regalo y mal interpretada, es
un disgusto. Y la vida, al final, pues incuestionablemente te hace pasar
disgustos para tratar de entenderlos y para que, de nuevo, vuelvas a elegir.
P: Y
elegiste interpretar el cáncer como un regalo…
R: Cuando
vino ese momento delicado, yo lo único que sabía hacer era analizar entornos y,
con ese análisis y esa información, tratar de buscar la mejor opción. Y en ese
momento se cruzaron dos cosas: esas habilidades que se supone que tengo por mi
trabajo, y otra, en la que llevaba mucho tiempo -en un plano más discreto- trabajando
o estudiando…Desde que tengo 17 años soy monitor de control mental, de PNL
[programación neurolingüística] ¿y qué sucede?, que en ese
momento chungo vital, las herramientas que tienes, no son las de trabajo.
Las del trabajo te sirven para gestionar, pero no para profundizar en la
solución del conflicto. Lo que decido entonces es vivir mi vida de otra manera.
Básicamente este es el prefacio.
P: En
tus inspiraciones hablas del EGO y de la esencia…las reflexiones que compartes
son una invitación constante a darnos cuenta de estas dos dimensiones que hay
en todos nosotros: el cuerpo y la mente serían el ego, el hacer. El alma, el
espíritu, sería la esencia, el ser que hay más allá del hacer,
¿correcto?
R: Al
final, hay una trilogía maravillosa en la vida que tiene que ver con tu cuerpo
como templo, que es tierra y se convertirá en tierra porque al final un ser
humano vive necesariamente de la tierra; por tanto eres lo que comes, lo que
respiras y todo está en la tierra, no hay nada que pueda venir de otro sitio,
por tanto tu cuerpo es un compañero de viaje que de alguna forma has de cuidar,
cada uno como considere oportuno. Creo que hay un segundo
plano que es el de la mente, el de las ideas, el de la imaginación, el de la
percepción, el de las creencias, donde indudablemente cada uno tenemos la
oportunidad -con las armas que nos han dado- de interpretar lo que está
sucediendo y reaccionar a lo que está sucediendo (…) El tercer
plano es el que tiene que ver con tu alma, con esa parte intangible, no visible,
no perceptible a través de los sentidos, que llamamos la mayoría de las veces
intuición… y que es muy difícil de diferenciar de las vocecitas
que provoca tu mente.
P: ¿Qué
ocurre cuando uno se da cuenta de que existe esa parte, de que uno es mucho más
que el EGO?
R: Creo
que el viaje de darse cuenta es un viaje maravilloso…¿Y darse cuenta de qué?
Darse cuenta, o trabajar en darse cuenta de quién eres, ¿quién eres?, ¿qué
haces aquí?, ¿para qué?, ¿por qué?…pero darse cuenta desde la
esencia, no desde la mente; desde la intuición, no desde la mente…y ahí,
cualquier herramienta que utilices para hacerlo me parece maravillosa: todas.
Me da igual que sea la religión, que las técnicas americanas, que las
orientales, que las hawaianas, africanas, de nativos indios de américa…todas me
parecen bien porque no dejan de ser el sendero que has de caminar para tratar de
descubrir la mística de quién eres, quién eres de verdad…
P: Si
alguien me pregunta quién soy, ¡adivina qué contesto!…nada que ver con mi ser.
R: Si
te preguntan quién eres, esa respuesta me la vas a dar desde la mente, desde un
ángulo en el que me vas a hablar de tu profesión, de tu actividad, de tu
historia, lo cual no deja de ser paradójico, porque eso es lo que
haces, no lo que eres.
P: Esta manera de
vivir, siendo consciente de esta distinción, ¿te ha ayudado a vivir tu cáncer
de otra manera?
R: Yo
he entendido el cáncer y, al entender el cáncer, me relaciono con el
cáncer: primero lo observo, después lo acepto y, después, lo cuestiono…Pero
la cuestión es ¿quién hace esto?, ¿quién lo está haciendo?... y quien lo está haciendo
no es el hacer, es el ser.
P:
Vivir ciegos a que somos algo más que lo que hacemos, que el personaje que
interpretamos, que el EGO, es como pasar de puntillas por la vida…
R: Hay
algo místico, espiritual, que es lo que no percibo por los sentidos y que me regala la
oportunidad de estar aquí y ahora y de darme cuenta de que estoy consciente
aquí y ahora e interpretar todas las creencias que tengo, todo
lo que veo a mi alrededor desde un ángulo nuevo. ¡Desde un ángulo que teníamos
al nacer! pero fuimos perdiendo como consecuencia del ‘matrix’, como yo le
llamo, que es esa sociedad que nos acaba construyendo unas reglas de juego que
aceptamos. Si yo acepto las reglas del juego sin ser consciente de ellas…¡está
bien, es fantástico!, pero lo que me estoy perdiendo en este viaje es darme
cuenta de que eso que existe y que está ahí, no es lo único. No es lo único de
mi vida…
P:
¿Dónde está el despertar?
R: No
está en nada místico: despertar es darte cuenta y, en el instante
en que te das cuenta, sientes que de repente todas las reglas de juego que
existen ahí fuera ¡están fantástico!, pero tú no eres eso; esa
es la única diferencia. Esto no va de que de repente mi cuerpo astral se eleva
y veo la sala y la habitación; no va de lamer un sapo, ni de leer 36 libros de
autoayuda, ni escuchar 200 vídeos de coaching….
P: Si
tuvieras que dar una recomendación a la gente para ayudarles a ‘darse
cuenta’...
R: Yo…¿qué
recomendaría a la gente?; Mira: date cuenta primero de que estás vivo…¡qué
tontería!, ¿no? No, date cuenta de que estás vivo porque perfectamente podrás
no estarlo en los próximos minutos. Segundo: date cuenta de que en la mayoría
de los casos hay más partes de tu cuerpo que no te duelen que las que te
duelen…yo no voy a decir que no te duelan, no, pero hay más partes que no te
duelen que las que te duelen; date cuenta de que la mayoría de los días puedes
comer; date cuenta de que todos los días puedes ir al baño a
hacer pis, a hacer caca…¡fíjate qué tontería!...prueba a no hacerlo; date
cuenta de que probablemente tangas una cama donde dormir; date cuenta de que
tienes agua que beber; date cuenta de que alrededor tuyo hay gente que te
quiere o por lo menos que está a gusto contigo; date cuenta de que,
probablemente tengas un trabajo y, si no lo tienes, lo vas a tener en breve o
estás estudiando; date cuenta de que puedes salir a la calle y respirar aire,
puedes caminar y mirar lo que hay a tu alrededor…¡y todo eso está hecho para
ti!
P: Esto
que dices tiene mucho que ver con lo que escribes en tu primer libro, La
magia de la gratitud
R: Primero está el
darte cuenta de lo que hay…y segundo, agradécelo. Hay una
cuestión neurológica ahí y es que es imposible neurológica y físicamente -que
es el plano en el que estamos- es imposible estar agradecido y pasarlo mal a la
vez…entonces, si yo ahora estoy agobiado, no pasa nada, no pasa nada, quiero
dejar de estar agobiado: voy a tratar de traer a mi consciencia algo de lo que
estar agradecido. Y ahí es donde se acabó el agobio.
P:
Volviendo al título de ti libro, Inspirarte
R: Hay
determinados instantes a lo largo de tu vida en lo que algo transparente, no
perceptible por los sentidos convencionales, te inspira a hacer cosas. Ese es
el título del libro. Inspirarte tiene que ver con una
palabra maravillosa que es inspirar. Inspirar significa que obtengo vida
de manera consciente y automática, pero a la vez es de las pocas palabras que
simultáneamente genera lo contrario, que es que comparto con los demás, que
tengo la capacidad de influir en los demás ¡y de influir
sin mente!…es diferente inspirar que manipular…La realidad es que cuando tú
inspiras a los demás, no lo haces de manera consciente, no existe voluntad de
hacer, lo que existe es voluntad de compartir, de abrir aquello que tienes
dentro y que te ha dado vida. Eso nada más que lo tiene el
ser humano, ninguna otra especie de este mundo tiene esa capacidad…el libro se
llama Inspirarte porque,
lo que a mí me ha dado vida durante un tiempo, escrito, pretende ser un mensaje
que no sé a quién llegará…
P: Y
ese mensaje es…
R: Que
la incertidumbre es maravillosa, que el cambio es maravilloso, siempre y cuando lo
veas desde ese apreciar este regalo maravilloso que es la vida,
que es finita. La vida dura hasta que te mueres. Cuando mueres dejas de
'hacer', pero nadie dice que dejes de 'ser'…