martes, 29 de abril de 2014

Ancianos "enganchados" a las pastillas para dormir.

CANADÁ | Iniciativa para dejarlas

MARIA VALERIO | Madrid |El Mundo | 15/04/2014
Alivian el insomnio, sí, pero también aumentan el deterioro cognitivo, provocan pérdidas de memoria y pueden estar detrás de algunas caídas. Los problemas de las benzodiacepinas -uno de los tratamientos más populares para conciliar el sueño- son bien conocidos, sin embargo, se calcula que entre el 5% y el 32% de las personas mayores de 65 años recurre a estas pastillas. Una innovadora iniciativa canadiense acaba de demostrar que cuando los pacientes conocen bien el perfil de seguridad de estos medicamentos son capaces de desengancharse.

Se calcula que las benzodiacepinas (fármacos como el zolpidem, comercializado en España como Stilnox) son responsables de casi el 25% de las prescripciones innecesarias en la tercera edad, según datos de una iniciativa denominada Choosing Wisely que apuesta por desmedicalizar a la población. Y a pesar de que los riesgos de estos fármacos (desde caídas a declive cognitivo o adicción e inclusomayor mortalidad) son bien conocidos en la literatura médica, un 50% de los médicos sigue recetándoselos a sus pacientes mayores.

Un sencillo experimento realizado en Canadá por la Universidad de Montreal con más de 300 personas de 65 a 95 años ha demostrado que los pacientes son capaces de desengancharse de las pastillas para dormir cuando están bien informados. El perfil de los participantes era el de muchas personas mayores habituales en la farmacia, polimedicados (más de 10 pastillas diarias para diversas patologías) y enganchados a los somníferos desde hacía una década. El trabajo se acaba de publicar en la revista JAMA Internal Medicine.

La mitad de ellos recibió información en su farmacia habitual (con varias páginas de material didáctico en el que se abordaban los riesgos de estos medicamentos). Pasados sólo seis meses, un 27% de ellos había dejado las pastillas para dormir, frente a sólo el 5% en los ancianos que no había participado en las charlas informativas con el farmacéutico. Además, otro 11% de las personas en el grupo donde se llevó a cabo la intervención redujeron la dosis diaria de benzodiacepinas.

Según la Sociedad Americana de Geriatría, los somníferos se encuentran en una lista de 53 medicamentos que deberían evitarse en las personas mayores. Además, ya el año pasado, la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA) recomendó que se redujese a la mitad la dosis de zolpidem en mujeres, porque el fármaco tiene en ellas un efecto mucho más potente debido a su inferior peso corporal.

"Los resultados son increíbles", asegura la doctora Cara Tannerbaum, una de las autoras del estudio. "Muchos ancianos están enganchados a los somníferos durante años, pero hemos demostrado que empoderando al paciente se puede poner la seguridad de su medicación en sus propias manos. Sólo porque tomes unas pastillas durante mucho tiempo no significa que no puedas dejarlas".

Tannerbaum reconoce que en el futuro habrá que seguir indagando en algunas de las cuestiones que surgieron al analizar los datos de los participantes. Algunos de ellos, admite, relataron que fueron sus propios médicos quienes les desanimaron a dejar las pastillas ("muchos especialistas siguen valorando los beneficios de estos fármacos por encima de sus beneficios"). "En otros casos, las benzodiacepinas fueron sustituidas por otro tipo de hipnóticos igualmente peligrosos", añaden.


A su juicio, es importante destacar que no se puede infravalorar la capacidad de los pacientes para tomar decisiones informadas en lo que respecta a su propia salud. "Y en una época de pacientes polimedicados, con terapias cada vez más caras, la información directa al consumidor se está demostrando una buena estrategia para subrayar el riesgo del sobretratamiento y reducir los riesgos de algunos fármacos", concluyen.



Las claves genéticas del cerebro vulnerable a la esquizofrenia

INVESTIGACIÓN | Análisis de ADN
·        Ciertas mutaciones genéticas generan un daño cognitivo similar al de la esquizofrenia
·        Los resultados de este estudio servirán para conocer mejor la esquizofrenia y el autismo
·        También apuntan hacia la posibilidad de hacer un estudio genético para el diagnóstico

ÁNGELES LÓPEZ | Madrid | El Mundo | 20/12/2013

En Islandia, por ley desde 1998, se recoge toda la información genética de sus ciudadanos. Se trata de hacer un seguimiento global del componente genético de las enfermedades para evaluar la carga hereditaria de las mismas. La empresa farmacéutica que está llevando a cabo estos estudios genéticos,  es la responsable de un trabajo que ahora publica la revista Nature en el que se han podido identificar las variaciones en el ADN que predicen qué cerebros son vulnerables a sufrir esquizofrenia.

Los investigadores utilizaron los datos genéticos de personas con una edad entre los 18 y 65 años y buscaron variaciones genéticas que están asociadas con la esquizofrenia y/o autismo, en total identificaron 26 mutaciones del ADN vinculados a estos trastornos. Posteriormente compararon los resultados de diferentes pruebas de imagen, cognitivas y psicológicas de personas con estas mutaciones y que sufrían alguna de estas enfermedades con los de otras que tenían estos cambios en su ADN pero no habían desarrollado ni autismo ni esquizofrenia, con personas con otras marcadores genéticos asociados a otros problemas y con voluntarios sanos y sin variaciones genéticas conocidas.
De esta manera, y a través de las múltiples pruebas realizadas, comprobaron que las personas con mutaciones pero sin enfermedad presentaban un nivel neurocognitivo inferior al de una persona sin estas variantes genéticas y similar al de individuos con esquizofrenia, como dificultades en el aprendizaje, peor memoria espacial o reducciones de la materia blanca del lóbulo temporal, entre otras alteraciones.

"Uno de los resultados más importantes de este trabajo es que hemos podido identificar ciertas variantes genéticas que se relacionan con una alteración cognitica que precede a la enfermedad y que quizás contribuye a los síntomas. Antes se creía que el daño en la función cognitiva de estos pacientes era consecuencia de la esquizofrenia, pero este trabajo demuestra que hay diferencias en la estructura cerebral antes de que el trastorno aparezca", asegura a EL MUNDO Hreinn Stefansson, jefe del departamento de enfermedades del sistema nervioso central de la empresa deCODE y principal autor de este trabajo.

Intervención precoz
En el mundo, hay al menos 26 millones de personas que viven con esquizofrenia y el doble de ciudadanos que se ven afectados indirectamente por esta enfermedad. Su naturaleza crónica hace que la vida de las personas que la sufren se vea mermada y que este trastorno esté entre las 10 causas de discapacidad global. Identificar precozmente a las personas que pueden desarrollar esta patología podría permitir establecer intervenciones en la infancia y evitar la exposición a ciertos factores de riesgo que favorecen la enfermedad en personas de riesgo.
Los hallazgos que se están logrando sobre las variaciones en el ADN implicadas en estas enfermedades "hacen que, en un futuro cercano, el diagnóstico diferencial de estos trastornos se realice con arrays[análisis genéticos] que midan estas variaciones y, con ellas, el riesgo no sólo de desarrollar esquizofrenia o autismo sino de una maduración anómala del cerebro. Estas mutaciones son muy buenos predictores del funcionamiento cognitivo y unos test de este tipo son cada vez más baratos, ahora estarán en torno a los 400 euros", afirma Celso Arango, jefe de Servicio de Psiquiatría del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y director del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam).
Conociendo qué personas portan estas variantes genéticas, señala este especialista, se puede realizar una intervención precoz para mejorar el nivel cognitivo a través de, por ejemplo, un programa educativo específico. "También se podría intentar evitar la exposición a ciertos factores de riesgo no genéticos a los que el cerebro de estas personas es más vulnerable, como es elconsumo de cannabis", apunta Arango quien señala que Stefansson es uno de los mayores investigadores sobre este tema con el que participó hace tres años en un estudio que permitió conocer los genes de la esquizofrenia.

Una nueva clasificación

Por su parte, Julio Sanjuan, jefe del Grupo de Investigación en Psiquiatría y Enfermedades Neurodegenerativas del Instituto de Investigación Sanitaria, explica que "las implicaciones de estos resultados en un futuro serán poder ir dilucidando una nueva forma de clasificación de los trastornos mentales basada en los factores etiopatogénicos y no en solo en la agrupación de síntomas, que es lo que tenemos ahora. Es un cambio de paradigma, porque antes se hablaba de herencia genética, pero este estudio confirma que hay formas genéticas no hereditarias".

En la misma línea se expresa Jerónimo Saiz, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, quien considera que "es un estudio interesante y trascendente que nos ayudará a comprender mejor las bases de la esquizofrenia, de cómo y cuándo se produce. Se trata de un paso hacia el conocimiento que viene de la suma de otros muchos realizados anteriormente y que han venido de la mano de la secuenciación del genoma".

Por último, Sanjuan, que también es responsable del programa de Esquizofrenia del Cibersam, señala que desde este centro hay en marcha varios proyectos que están estudiando, a partir de una muestra de ADN de 4.000 pacientes y controles, la eficacia de diferentes formas de intervención precoz y tratan de "identificar el mejor tratamiento para cada paciente. Las guías clínicas dan la misma pauta para todo el mundo y esto no debe ser así, hay que tender a una medicina personalizada, adaptada a las particularidades genéticas y psicológicas de cada persona, al igual que está pasando en Oncología".