Redacción de La Vanguardia | Barcelona |
13/02/2022
La OMS ha apuntado que los adictos a los videojuegos
priorizan jugar sobre cualquier cosa y no lo pueden controlar.
Muchos jóvenes, en su mayoría adolescentes, juegan demasiadas
horas a videojuegos. Sienten una necesidad imperiosa de sentarse durante
horas con la videoconsola. Tantas que pueden acabar derivando en un problema.
Ahora, la Organización Mundial de la Salud ya reconoce desde este viernes la
adicción a los videojuegos como un desorden mental tras haberla dentro de su
clasificación en vigor de enfermedades.
La OMS también ha empezado a reconocer el "uso
peligroso de videojuegos" como uno de los factores que considera que
influyen en el estado de salud, dentro de los usos peligrosos de sustancias, en
la misma categoría que los juegos de azar pero también la falta de ejercicio
físico o los hábitos de alimentación inapropiados.
Fornite y Fifa son algunos de los videojuegos que más
enganchan
Una definición
de adicción a los videojuegos pulida desde 2019
La nueva lista de enfermedades CIE–11 se confeccionó
originalmente en la Asamblea Mundial de la Salud que se celebró en mayo de
2019 con la vista puesta a que los países miembros la empezaran a utilizar
desde 2022. Entonces ya se incluía la adicción a videojuegos como una
enfermedad mental. Desde entonces, los países que la adoptaron con
anterioridad y los grupos científicos han recomendado nuevas modificaciones
para perfeccionar la versión última que se publicó el pasado viernes.
·
La
falta de control sobre juego, tanto el momento en que se produce, la
duración o el contexto
·
El
aumento de la prioridad sobre el resto de actividades vitales
·
La
continuación o intensificación del juego a pesar de las consecuencias negativas
en la persona.