Tratar de ser perfecto puede obstaculizar los cambios saludables que intentas hacer. Aprende que si te concentras en el progreso, y no en la perfección, estarás en el camino al éxito.
Cuando te propongas lograr una nueva meta, podrías empezar con entusiasmo y determinación. Es posible que estés muy motivado, listo para hacer un cambio y seguro de que te va a ir perfectamente.
Sin embargo, a medida que el tiempo transcurre, la realidad se impone, por lo que alcanzar tu meta comienza a parecer cada vez más difícil. Te esfuerzas al tratar de recuperar la energía y la emoción con la que comenzaste este camino. Cuando no puedes, te resignas a la idea de haber perdido la batalla. La gloria que deseabas lograr no es más que un atisbo, un recuerdo de lo que pudo haber sido que hoy se desvanece.
Lamentablemente, este escenario es demasiado frecuente. Como asesora de bienestar, escucho diferentes versiones de esto una y otra vez. La buena noticia es que sé que no tiene que ser así. Sé que hay un camino más fácil para alcanzar tus metas.
La primera medida es cambiar tu forma de pensar. Al intentar alcanzar metas, muchas personas adoptan una actitud perfeccionista que creen que los conducirá al éxito. No obstante, suele ocurrir lo contrario. De hecho, el perfeccionismo puede entorpecer el logro de tus metas.
Cómo se interpone en tu camino el perfeccionismo
A continuación encontrarás algunas maneras en que, según he visto, el perfeccionismo impide a las personas cumplir sus objetivos de bienestar:
·
Te
hace más lento. Tratar de lograr la
perfección requiere más energía, concentración y tiempo. Cuando te concentras
demasiado en los detalles, las cosas te llevan más tiempo, lo que puede reducir
tu energía y agotarte. Esto hace mucho más difícil lograr un cambio
significativo. Es como intentar conducir un automóvil con el freno de mano
activado.
·
Dificulta
las nuevas ideas y maneras de hacer las cosas. Cuando diriges tu concentración hacia la
perfección, pierdes la capacidad de ver otras posibilidades y estar abierto a
ellas. Imagina el perfeccionismo como un castillo rodeado de un foso con
guardias armados: el castillo probablemente te hace sentir seguro, pero también
impide la entrada de nuevas ideas y soluciones creativas. El perfeccionismo
puede dejarte atascado haciendo lo mismo una y otra vez con el mismo resultado.
·
Lleva
a la autocrítica. Cuando
no logras un objetivo, tu voz crítica interior puede empezar a atacarte, lo que
crea una batalla interminable en tu mente. Ese ataque mental que tú mismo has
impuesto puede hacer que abandones tu objetivo. Peor aún, puede dejarte con la
sensación de que nunca tendrás los recursos o la capacidad para cumplir tus
objetivos.
·
Hace
que tu motivación sea inconstante. Al
enfocarte en la perfección, tiendes a pensar en términos de blanco o negro.
Ganar o perder. Fracasar o tener éxito. No existe un color gris o un término
intermedio. Este tipo de pensamiento puede hacer que tu motivación suba y baje
como una montaña rusa. Por ejemplo, cuando las cosas van bien, podrías sentirte
confiado, exitoso y capaz. Estas emociones positivas pueden alentarte a seguir
adelante. Pero en cuanto las cosas salen mal, empiezas a sentirte desanimado y
con falta de inspiración. Estas emociones negativas tienden a hacerte perder el
entusiasmo, lo que dificulta seguir en curso.
Por qué es fundamental enfocarse en el progreso
Enfocarse en el progreso en vez de en la
perfección puede hacer mucho más fácil y placentero el logro de tus objetivos.
A continuación mencionamos algunos beneficios de enfocarte en el progreso:
·
Te
motiva a continuar. Mirar
hacia atrás y ver el progreso que has logrado a pesar de los desafíos que has
enfrentado puede hacerte más fuerte. Cuando el camino se pone difícil, puedes
recurrir a tus éxitos pasados para impulsarte hacia adelante. Reflejar el
progreso también puede reforzar la idea de que tienes la capacidad de cambiar,
que tus objetivos están a tu alcance. Creer en ti mismo alimenta tu motivación
y puede sostenerte durante momentos desafiantes.
·
Estimula
una disposición mental de aprendizaje y no de fracaso. En el mundo de los negocios, existe un
término que se utiliza para describir el concepto de ver cada error como una
oportunidad para aprender de lo que salió mal en lugar de verlo como una
premisa de ganar o perder. Se denomina «fracasar para avanzar». Prueba aplicar
este concepto en tu vida cotidiana. La palabra "fracaso" se vuelve
obsoleta porque solo existen experiencias de aprendizaje en el camino al logro
de tus objetivos. Cuando te concentras en lo que has aprendido, tienes menos
presión y más espacio para experimentar con nuevos enfoques para ver lo que
funciona y lo que no. El camino para obtener tu objetivo se convierte en una
alegre aventura.
·
Te
da más motivos para celebrar. Cuando
te concentras en el progreso, tus ojos están abiertos a cada logro y éxito, sin
importar cuán pequeño sea. Con esta concientización, es posible que celebres
cada hito. Disfrutas el próximo paso porque te entusiasma lo que te depara el
futuro.
·
Esto
es sostenible. El perfeccionismo no es
sostenible porque la vida cambia continuamente. Siempre habrá nuevas pruebas y
adversidades que te desviarán de tu objetivo. Debes ser mentalmente ágil y
flexible para controlar todos los desafíos que te presenta la vida. Al
concentrarte en el progreso, puedes superar obstáculos con más facilidad porque
sabes que habrá altibajos. Sabes que no tienes que ser perfecto. Sabes que el
camino hacia el éxito no es una línea recta. Este conocimiento te mantiene en
el camino al éxito.
Próximos pasos
La próxima vez que te encuentres tratando de ser perfecto, y te culpes por cada paso en falso, prueba una perspectiva diferente. Cambia tu foco de atención de la perfección al progreso y celebra tus éxitos.
Luego, tómate un tiempo para reflexionar sobre lo que sucedió cuando cambiaste de enfoque. ¿Te sentiste más alegre? ¿Te permitió que te resultara más sencillo seguir adelante? ¿Te ayudó a motivarte? Estas son preguntas importantes que debes hacerte, ya que la información que recopiles puede ser de ayuda para que alcances tus metas.
Experimentos
1.
Identifica
una o dos medidas que puedas tomar para resolver un problema que tengas.
2.
Vuelve
a plantearte un fracaso pasado y velo como un progreso.
3.
Establece
objetivos realistas.