Hoy, Glenn Close no hubiera abordado el papel
de Alex Foster, la vengativa protagonista de Atracción Fatal, y una
de sus interpretaciones más recordadas, de la misma manera. El diagnóstico de
su hermana y su sobrina con trastorno bipolar y desorden esquizoafectivo,
respectivamente, han cambiado su forma de enfrentarse y de tratar con los
enfermos mentales. Por el contrario, el papel de joven bipolar en El lado bueno de las cosas, por
el que Bradley Cooper ganó una nominación al Oscar como mejor actor, ha despertado en él su compromiso para
erradicar el aislamiento y la incomprensión que rodea a quienes padecen este
tipo de trastornos. Ambos son las estrellas que abanderan la iniciativa del
gobierno de Estados Unidos para ayudar a la prevención y el diagnóstico de
estas enfermedades y acabar con el estigma que rodea a quienes lo sufren.
Los dos actores demostraron esa implicación la
semana pasada durante la Conferencia sobre Salud Mental que se desarrolló en la
Casa Blanca. Allí, el presidente de EE UU, Barack Obama, señaló que su
propósito era que las personas afectadas por trastornos mentales sepan que “no
están solos”. El evento se enmarca dentro de la lucha del mandatario por
incrementar el control de las armas de fuego a la que se ha dedicado desde la matanza de Newtown, el pasado 14 de noviembre, perpetrada por Adam Lanza, un joven de 20 años diagnosticado
con trastorno bipolar.
Close y Cooper no son los únicos miembros de
Hollywood que apoyan el programa de la Casa Blanca. Demi Lovato y Cher se
encuentran entre las estrellas que han grabado mensajes de vídeo contando su
relación con las enfermedades mentales y que pueden consultarse en la página
web mentalhealth.gov.
Cooper ya visitó la Casa Blanca para abordar
el asunto de los trastornos psiquiátricos a principios de año. Entonces, se
reunió con el vicepresidente de EE UU, Joe Biden, y contestó a las preguntas de
varios veteranos de guerra afectados por enfermedades mentales. El actor
denunció la incomprensión que rodea a las personas diagnosticadas con
bipolaridad. “Están muy estigmatizados. No es algo fácil de tratar. Se trata de
una condición que si no se diagnostica a tiempo es complicada, por eso espero
que una película como esta pueda hacer que se pueda hablar de manera más
abierta de esta enfermedad”, dijo el intérprete.
El papel de Cooper en esa cinta le hizo ser
consciente del aislamiento social que sufren los enfermos mentales. La
experiencia familiar de Glenn Close le provocó ese mismo efecto poco tiempo antes que a su compañero.
Desde 2009, la actriz está al frente de su fundación, Bring Change 2 Mind, una
ONG dedicada a erradicar la discriminación asociada a los que padecen
trastornos psiquiátricos. Close también es la narradora del documental de la
televisión pública estadounidense que acaba de estrenarse, Un cambio de
mentalidad: Terminado con el estigma de la enfermedad, que se estrenó hace unas
semanas.
“El mundo del entretenimiento debe asumir la
responsabilidad de transmitir con precisión y de manera adecuada este problema”,
declaró la actriz en una entrevista a The Daily News, coincidiendo
con su visita a la Casa Blanca. Close se reprocha que en Atracción
Fatal no se abordara a su personaje como el de una mujer con un
trastorno psiquiátrico. Su proclama ha sido recogida por Hollywood. El Consejo
de Industrias del Entretenimiento (EIC), junto con los Servicios de Salud
Mental de California han puesto en marcha una serie de talleres para ilustrar a
actores, guionistas, productores, estudios de cine y TV y ejecutivos cómo
tratar adecuadamente el tema de los trastornos psiquiátricos. “El retrato
inapropiado de personajes con problemas mentales puede aumentar la confusión
hacia el problema e incrementar la discriminación”, indicó en una entrevista a The Hollywood ReporterBrian Dyak, presidente de EIC.