ABC.es Familia | Madrid
| 1/10/ 2019
La sobreprotección de los padres de
hoy día puede tener consecuencias negativas en el desarrollo normal de los
hijos, que se convierten en niños con poca tolerancia al fracaso y la
frustración
«Padres
helicóptero», «madres tigre»,
«papás aspiradora»… Estos términos suenan cada vez más en el ámbito educativo
para hacer alusión a esos padres sobreprotectores que, según numerosas
investigaciones, generan más consecuencias negativas que beneficios a sus
hijos. El hiperparentismo es un fenómeno cada vez más común y que nos da una
idea de cómo se está abordando la educación de nuestros menores en el siglo
XXI.
Muchas de las actitudes rebeldes o intransigentes
apreciadas hoy en adolescentes tienen su reflejo en una infancia
sobreprotegida, en la que los papás y mamás modernos se han sentido culpables
por no prestarles suficiente atención, por pasar demasiado tiempo trabajando o
no conseguir siempre lo mejor para ellos. Continuos remordimientos de
conciencia que vuelcan sobre los niños con una dosis extra de atención y
protección, poco recomendada para su crecimiento y normal desarrollo.
El
filósofo y pedagogo español Gregorio Luri califica esta búsqueda
incesante de la felicidad de los hijos por parte de los padres como un grave
error. Afirma que «la vida es compleja, con incertidumbres y
bastante azar» y critica que «se les oculte esta realidad a los niños con el
fin de procurarles un tipo de felicidad que luego se vuelve en su contra».