ABC | Madrid
| 19/04/2020
El confinamiento, «una gran
sorpresa»
Apoyo psicológico para quien lo
requiera
El
Gobierno permitirá que los
niños salgan a la calle «con condiciones» a partir del 27 de abril, una medida que el Defensor del
Menor considera acertada porque el sector infantil «está empezando a somatizar,
a estar tristes». Así lo ha explicado el psicólogo y Defensor del Menor de la
Comunidad de Madrid, Javier Urra, en declaraciones a Europa Press Televisión,
señalando que «lo lógico es que salgan los niños de 6-7 años porque están en un
estadio evolutivo» y comienzan «a somatizar, a estar tristes».
«Es una pauta melancólica que a veces es el inicio de
lo que puede ser una depresión que cursa de una manera sorprendente», ha
subrayado, al mismo tiempo que ha manifestado que «hay niños que empiezan a
tener síntomas de que podrían estar afectados en la salud mental, que también
es parte de la salud». Asimismo, Urra cree que la medida se ha propuesto «justo
cuando había que hacerla», porque «hay que anteponer la seguridad de los
ciudadanos».
En
cuanto a los
adolescentes que de momento no podrán salir, el Defensor del Menor ha asegurado
que «están
dando una prueba de madurez» y que, aunque no pueden salir con sus amigos,
«se mantienen conectados por la red».
Por otro lado, Urra considera que los hijos «están
evaluando a los padres muy de cerca» y que se «adaptarán» cuando tengan que
separarse de ellos y volver a la escuela porque «viven el presente».
El confinamiento, «una gran
sorpresa»
La población
española lleva confinada más de un mes, desde el pasado 14 de marzo cuando se decretó el
estado de alarma, prorrogándose hasta ahora en dos ocasiones y a la espera de
una tercera prórroga que será sometida a votación este miércoles en el Congreso
de los Diputados.
Según
el psicólogo, esto supuso «una gran sorpresa» en la ciudadanía y una «obediencia
debida» porque
«entendemos que es bueno para nuestra salud y para la de otras personas, ya que
algunos están muriendo». Después del «shock», hay una «adaptación, quizás una
tristeza que da paso a una ira que lleva a pensar que esto se pudo evitar», y
más tarde surge «una gran angustia, una gran ansiedad por pensar en cuándo
venceremos esta situación y convivir con la incertidumbre económica y laboral».
«Y mientras tanto, está la convivencia en el día a
día, a veces con otras personas, a veces en la soledad», lo que tiene «grandes
dificultades, por ejemplo, para los ludópatas, alcohólicos o personas con otras
adicciones, los niños con autismo, con trastorno por déficit de atención o
hiperactividad», ha explicado.
Sin
embargo, ha señalado que «el
verdadero peligro nos va a llegar a la salida», ya que «va a haber desesperanza
y obsesión con el miedo». Por ello, señala que hay que ir generando
«antídotos», como «acostumbrarse a convivir con mascarillas, con guantes, con
dificultades», ya que esta situación va a «cambiar la forma de relacionarse».
Asimismo,
ha asegurado que también «está sirviendo como lección para saber que somos
vulnerables, que el mundo no tiene fronteras y para mirar mucho al interior,
que es lo
esencial en la vida».
«El confinamiento no es la peor de las situaciones, aunque no es la elegida.
Como dijo Cervantes en 'El Quijote', si hay algo que el ser humano precisa es
la libertad», ha expresado.
Apoyo psicológico para quien lo
requiera
Urra ha informado de que el Ministerio de Sanidad, en
colaboración con el Consejo General de la psicología, «está dando apoyo
psicológico con un equipo de 44 psicólogos que están atendiendo primero a los
sanitarios, médicos, enfermeros y otros profesionales; y después a la
ciudadanía en general, a través de los colegios profesionales».
«Es mucho más que escuchar, es hacer que la gente no
entre en pensamientos de rumiación, generar un pensamiento alternativo de
esperanza», ha explicado.
Por último, el psicólogo ha señalado que los aplausos
de las 20:00 horas son «buenos para los ciudadanos», y ha hecho un llamamiento
a «comunicarse» para que, sobre todo las personas que están sufriendo el duelo
por perder a un ser querido y no poder velarlo, «puedan llorar y transmitir sus
sensaciones».