jueves, 22 de junio de 2023

Este es el secreto de la gente feliz: un ritual de paz mental y alegría natural


María del Pilar Díaz     |     Alimente.elconfidencial.com     |    21/01/2023

La amistad es, como dije en un artículo anterior, más duradera que el amor, pero menos intensa; requiere cuidados y mucha atención. Está sujeta a los vientos exteriores, a las vicisitudes y altibajos de la vida.

 

Felicidad es conseguir que lo que uno soñó en sus años de juventud se haga realidad, pero sabiendo moderar las ambiciones.

 

La Real Academia Española describe la felicidad como un “estado de grata satisfacción espiritual y física”. Existen infinidad de canciones a la felicidad, libros con finales felices, vídeos en las redes sociales que nos hacen sonreír, películas que acaban bien y triunfos que celebrar. Nos encanta la felicidad, celebrarla y regodearnos en ella. La buscamos en cada rincón, tal vez como un método para sobrevivir en este mundo caótico o tal vez como meta definitiva en nuestro camino de vida. Pero ¿cómo se consigue ser feliz?

 

La psicóloga Maribel Jiménez, en su libro La cámara secreta del corazón, nos da la clave que hay detrás de la gente feliz. La felicidad no es tener una casa más grande, un mejor trabajo o cinco cifras en la cuenta del banco, la dicha se alcanza cuando aprendemos a vivir en el aquí y en el ahora. Con esta explicación, Jiménez consigue que se nos caiga una venda de los ojos. Estábamos equivocados.

 

Entonces, según Maribel Jiménez, no encontraremos la felicidad en cosas externas o en otras personas, sino en nosotros mismos. Básicamente, “la felicidad está en la paz mental, en el desapego, en la alegría natural, sin una razón particular, en la satisfacción de hacer lo que hemos venido a hacer, poniendo nuestros dones y talentos al servicio de los demás”. Esto significa que, aunque nuestra felicidad no dependa de otras personas, sí será mayor cuando podamos ser útiles y ayudar a los demás, sin apegarnos a ellos.

 

Paz mental y felicidad

 

Por otra parte, la paz mental juega un gran papel en la concepción de felicidad. Como explica Jiménez, la mayoría de las personas siempre están buscando la felicidad para suplir el bienestar que han perdido. Es un comportamiento automático, pero no es la dirección correcta. No seremos más felices por buscar el dinero que nos falta, la casa que no tenemos o la vida que no tenemos. Eso solo nos hará sentirnos desesperados y agitados. La felicidad está dentro de nosotros, en cada día que pasa, “descubrirlo está en cada uno”. 

Las personas infelices se centran en lo que no tienen, las felices se centran en el presente.


Para entenderlo mejor, una persona feliz tiene el foco de su atención en el aquí y el ahora, disfruta de las cosas pequeñas, siente paz y, de esta manera, la alegría natural puede florecer. Por el contrario, una persona infeliz siempre “está enfocándose en lo que le falta, en lo que no tiene y en la queja. Y además se pasa la mayoría del tiempo rememorando el pasado o proyectando sobre el futuro”, explica Jiménez.

 

Una persona feliz siente que está haciendo lo correcto, que todo tiene coherencia, lo que hace y lo que piensa. El individuo que siente felicidad no significa que no tenga dificultades que superar, significa que es coherente con sus acciones, que va a favor de la corriente y que vive en el momento presente. Al final del camino, obtiene sus resultados y sus logros, sin que estos sean el motivo de su infelicidad.

 

Entonces, ¿cómo soy feliz? La clave del ritual

 

Maribel Jiménez lo tiene claro: la práctica de rituales nos ayuda a estar más presentes. “Centrarte en lo que te gusta, en lo que es bueno para ti, en lo que te nutre, en esas cosas simples o en esos pequeños placeres (a veces inesperados, a veces preparados) que te llenan de satisfacción, permiten estar presente, en el aquí y en el ahora”, afirma.

 “El individuo que siente felicidad es coherente con sus acciones y vive en el presente”

Los rituales son momentos de paz, como por ejemplo una meditación o un ejercicio de respiración, pero también un paseo por la naturaleza, un baño por la tarde o una rutina de autocuidado. En el ritual, estás creando un espacio personal, tu momento de paz y de atención plena. Durante estas prácticas personales, se activa el sistema límbico, conectándonos con emociones positivas. Al repetirlo a menudo, conseguiremos poner orden y armonía al día a día, así como alcanzar la paz mental y, con ella, la felicidad.