María del Pilar Díaz | Alimente.elconfidencial.com |
21/01/2023
La amistad
es, como dije en un artículo anterior, más duradera que el amor, pero menos
intensa; requiere cuidados y mucha atención. Está sujeta a los vientos
exteriores, a las vicisitudes y altibajos de la vida.
Felicidad
es conseguir que lo que uno soñó en sus años de juventud se haga realidad, pero
sabiendo moderar las ambiciones.
La Real Academia Española describe la felicidad como un
“estado de grata satisfacción espiritual y física”. Existen infinidad de canciones a la felicidad, libros con finales felices, vídeos en las redes
sociales que nos hacen sonreír, películas que acaban bien y triunfos que
celebrar. Nos encanta la felicidad, celebrarla y regodearnos en ella. La
buscamos en cada rincón, tal vez como un método para sobrevivir en este mundo
caótico o tal vez como meta definitiva en nuestro camino de vida. Pero ¿cómo se consigue
ser feliz?
La psicóloga Maribel Jiménez, en su libro La cámara
secreta del corazón, nos da la clave que hay detrás de la gente
feliz. La felicidad no es tener una casa más grande, un mejor trabajo o cinco
cifras en la cuenta del banco, la dicha se alcanza cuando aprendemos a vivir en el
aquí y en el ahora. Con esta explicación, Jiménez consigue
que se nos caiga una venda de los ojos. Estábamos equivocados.
Entonces, según Maribel Jiménez, no encontraremos
la felicidad en cosas externas o en otras personas, sino en nosotros mismos. Básicamente,
“la felicidad está en la paz mental, en el desapego,
en la alegría natural, sin una razón particular, en la
satisfacción de hacer lo que hemos venido a hacer, poniendo
nuestros dones y talentos al servicio de los demás”. Esto
significa que, aunque nuestra felicidad no dependa de otras personas, sí será
mayor cuando podamos ser útiles y ayudar a los demás, sin apegarnos a ellos.
Paz mental y felicidad
Por otra parte, la paz mental juega un gran papel en la concepción de felicidad. Como explica Jiménez, la mayoría de las personas siempre están buscando la felicidad para suplir el bienestar que han perdido. Es un comportamiento automático, pero no es la dirección correcta. No seremos más felices por buscar el dinero que nos falta, la casa que no tenemos o la vida que no tenemos. Eso solo nos hará sentirnos desesperados y agitados. La felicidad está dentro de nosotros, en cada día que pasa, “descubrirlo está en cada uno”.
Las personas infelices se centran en lo que no tienen, las felices se centran en el presente.
Para entenderlo mejor, una persona
feliz tiene el foco de su atención en el aquí y el ahora, disfruta de las cosas
pequeñas, siente paz y, de esta manera, la alegría natural
puede florecer. Por el contrario, una persona infeliz siempre “está enfocándose en lo
que le falta, en lo que no tiene y en la queja. Y además se
pasa la mayoría del tiempo rememorando el pasado o proyectando sobre el
futuro”, explica Jiménez.
Una persona feliz siente que está
haciendo lo correcto, que todo tiene coherencia, lo que hace y lo que piensa. El individuo que siente
felicidad no significa que no tenga dificultades que superar,
significa que es coherente con sus acciones, que va a favor de la corriente y
que vive en el momento presente. Al final del camino, obtiene sus resultados y
sus logros, sin que estos sean el motivo de su infelicidad.
Entonces, ¿cómo soy feliz? La clave del
ritual
Maribel Jiménez lo
tiene claro: la práctica de rituales nos ayuda a estar más presentes. “Centrarte
en lo que te gusta, en lo que es bueno para ti, en lo que te nutre, en esas
cosas simples o en esos pequeños placeres (a veces inesperados, a veces
preparados) que te llenan de satisfacción, permiten estar presente, en el aquí
y en el ahora”, afirma.
“El individuo que
siente felicidad es coherente con sus acciones y vive en el presente”
Los rituales son momentos de paz, como
por ejemplo una meditación o un ejercicio de respiración, pero también un paseo
por la naturaleza, un baño por la tarde o una rutina de autocuidado. En el ritual, estás creando un espacio personal, tu momento de paz y de
atención plena. Durante estas prácticas personales, se activa el sistema
límbico, conectándonos con emociones positivas. Al repetirlo a menudo,
conseguiremos poner orden y armonía al día a día, así como alcanzar la paz mental y,
con ella, la felicidad.