Escrito por Edith Sánchez
Los rasgos de las personas emocionalmente
fuertes no tienen nada que ver con la dureza del carácter, la inflexibilidad o
la tendencia a imponerse a los demás. Todo lo contrario. La fortaleza
emocional no se expresa a través de gestos de fuerza, sino, principalmente, de
resistencia y autocontrol.
Por eso, todos los rasgos de las personas emocionalmente fuertes están
relacionados con el concepto de moderación y equilibrio. Venimos al mundo sin lo uno y sin lo otro, aunque con la
potencialidad para desarrollar ambos. De cada quien depende lograrlo.
“La fortaleza crece en
proporción a la carga”.- Thomas Wentworth Higgison -
Ahora bien, el autocontrol es la palabra clave. Este no tiene nada que ver con la represión,
sino con la habilidad para tramitar lo que sentimos, de modo
que no se desborde y nos lleve a actuar de manera que nos hagamos daño a
nosotros mismos o a los demás. Los rasgos de las personas emocionalmente
fuertes nos hablan de autocontrol. Estos son siete de ellos.
1. No buscan llamar la atención
Uno de los rasgos de las personas
emocionalmente fuertes es que se validan a sí mismas. Esto quiere decir que
no dependen de la opinión de los demás para pensar o sentir que lo suyo es
válido o adecuado. Se guían por su propio criterio.
Por el contrario, una de las características de fragilidad emocional es esa excesiva dependencia de lo que piensen los demás.
Esto significa que no se le otorga valor a lo propio, por sí mismo, y que son
los demás quienes tienen el control sobre la vida de uno.
2. La reafirmación, uno de los rasgos de las personas
emocionalmente fuertes
Este rasgo se encuentra estrechamente
relacionado con el anterior. Uno de los rasgos de la fortaleza emocional
es la capacidad para afrontar el rechazo y tramitarlo sin que haga daño,
deje huellas o condicione las actuaciones.
Por supuesto, a todo el mundo le duele
el rechazo de otros. Sin embargo, cuando esto origina un miedo excesivo,
terminamos diciendo “sí” cuando queríamos decir “no”, por temor a que nos
excluyan o nos cuestionen. Hay fortaleza emocional cuando enfrentamos ese miedo y lo gestionamos adecuadamente.
3. Hacen lo que desean
Hacer lo que uno desea no
significa actuar arbitraria y caprichosamente, como un niño. El querer infantil es
diferente al deseo adulto. En el primer caso es el resultado de un impulso, en
el segundo, un fruto del autoconocimiento y el autocontrol.
Una persona emocionalmente
fuerte es capaz de decidir qué desea, después de un proceso de reflexión. También tiene la
voluntad suficiente como para ir tras ello y no cejar en su empeño por
lograrlo.
4. No buscan perjudicar a los demás
El deseo de dañar a otros solo
nace cuando dentro de nosotros hay algo que está desestructurado o mal resuelto. Los seres humanos, en
todas las circunstancias, necesitamos de los demás. Somos seres
interdependientes.
Una persona saludable emocionalmente
sabe esto y por eso ve a los otros como iguales. Los respeta y los valora, tanto como
desea ser valorado y respetado. Sabe que la cooperación y la
comprensión son vías para llegar a una vida más plena.
5. Eligen a sus amistades
Uno de los rasgos de las personas
emocionalmente fuertes es que son selectivas con las personas que dejan entrar
a sus vidas. Saben que no se le pueden abrir las puertas del corazón, de par en
par, a todo el mundo.
También comprenden que una parte del
bienestar depende de la calidad de relaciones que establezcan con los demás.
Por eso rechazan los vínculos abusivos, conflictivos o desgastantes.
Buscan, básicamente, relaciones humanas sanas.
6. No temen al cambio
No tenerle miedo al cambio es
una señal inequívoca de fortaleza emocional. Si somos, o nos
sentimos, frágiles, lo normal es que busquemos rutinas rígidas como una manera
de protegernos. Sentimos que esto nos da seguridad, aunque nos prive de una
vida más plena.
Cuando nos percibimos como
personas emocionalmente fuertes, se aviva el deseo de explorar, de cambiar. Por eso buscamos nuevas
experiencias. Lo nuevo siempre genera algo de temor, pero también es la única
forma de avanzar en muchos momentos de la vida.
7. No son influenciables
Alguien que es fuerte emocionalmente cuestiona
la información que recibe. Antes de aceptarla, la digiere y la evalúa. Le tiene sin cuidado
seguir tendencias o aferrarse a las modas, físicas o mentales, del momento.
Esto, por supuesto, exige suficiente confianza
en uno mismo. Pero, sobre todo, exige comprender que cada uno de nosotros, y solo cada
uno de nosotros, sabe lo que es bueno para sí mismo. Por eso lo masivo o
mayoritario es tema de examen.
Estos son solo algunos rasgos de las personas emocionalmente fuertes. Una manera didáctica de ilustrar una realidad que es mucho más compleja. Lo importante no es si cumples o no con estas características, sino que tomes esta información como punto de referencia para cuestionarte positivamente.