ANABEL PALOMARES
| TRENDENCIAS.COM |
19/06/2024
El psicólogo Albert Mehrabian afirmaba ya en los años 70 que la
verdadera importancia del mensaje no está en el mensaje en sí, sino en
cómo lo decimos, el tono de voz y las expresiones faciales que usamos al
hablar. Los estudios de Mehrabian hacen referencia al mensaje verbal, al mensaje
vocal/paralingüístico y al mensaje corporal y facial del que te hablábamos
antes.
La pregunta ahora es por qué es tan importante. En base a esta teoría, hay
una frase que las personas emocionalmente inteligentes se dicen para ganar
respeto y fortalecer sus relaciones. Es brillante y simple, y solo tiene nueve palabras: “No es lo
que dices, es cómo lo dices”.
La importancia del lenguaje no verbal
para ganar respeto
Mehrabian y Wiener investigaron cómo una persona juzga los sentimientos de otra
cuando lo que esta decía no guarda consistencia con el tono de voz empleado.
Pretendían averiguar con ese estudio si el contenido o las palabras que usaba
el emisor, eran más o menos importantes que el tono de voz utilizado. Las
conclusiones fueron clarísimas: cuando
lo que se dice con palabras no coincide con el tono de voz, la actitud
percibida se basa principalmente en el componente tonal.
En este otro estudio, Mehrabian y Ferris analizaron la importancia que la imagen tiene en
la comunicación, es decir, si influye que lo que decimos y nuestros gestos
coincidan a la hora de que el receptor capte nuestro mensaje. De nuevo las
conclusiones fueron favorables: a
mayor coincidencia de mensaje y expresión corporal, mayor precisión en las
respuestas.
Existen investigaciones más recientes que respaldan esta teoría, como la
de Robin Dunbar, profesor de la Universidad de
Oxford, que dirigió un estudio
en el que se estimó que el
80% de la información sobre las relaciones sociales está contenida en señales
no verbales. "Las palabras que usamos son solo los
ladrillos que crean conversaciones", afirmaba Dunbar, "y son las
conversaciones, no las palabras, las que crean la construcción de nuestras
relaciones".
Dicen que sólo el 7% del potencial de la comunicación recae en el lenguaje
verbal. El 93% restante se reparte en un 55% del lenguaje corporal y en un 38%
en el lenguaje paraverbal o uso de la voz. Es la llamada “regla del 55-38-7 de la comunicación”, aunque si atendemos a los datos anteriores, no es
del todo correcta. Me explico.
En la comunicación interpersonal, las palabras son las que darán la
información de nuestras emociones a nuestro interlocutor. Pero cuando lo que
decimos y cómo lo decimos no coincide, es decir, cuando nuestro lenguaje verbal y nuestro lenguaje
no verbal entran en conflicto, confiamos más en el canal no verbal.
De ahí la importancia de que tanto el mensaje como el lenguaje usado vayan de
la mano.
No es lo que dices, es cómo lo dices
Si nos basamos en todas las investigaciones anteriores de “no es lo que dices, es cómo lo dices”, es
la clave para que nuestra comunicación mejore, ganemos respeto y fortalezcamos
nuestras relaciones. Te pongo un ejemplo. Comienzas a
hablar con tu pareja. Empezáis a discutir y tu expresión corporal muestra ansiedad.
Quieres establecer unos límites con tu pareja, pero la discusión comienza a
dominarte y la técnica del banco de niebla se te escapa de las manos. Si en ese momento
paramos y recordamos que no es lo que decimos sino cómo lo decimos,
conseguiremos pensar no solo lo que necesitamos comunicar, sino cómo lo vamos a
comunicar para que nuestra pareja entienda la importancia de esos límites.
Otro ejemplo para entenderlo. Quieres un aumento. Sabes que te lo mereces.
Tu trabajo es excelente, estás cumpliendo con los objetivos marcados y hasta
vas un paso más allá gracias a tu cultura del esfuerzo. Pero cuando estás delante de tus jefes comienzas a ponerte
nerviosa. Dejas de mostrar confianza y pasas a ser un amasijo de nervios. Piensa que lo
importante “no es lo que dices, es cómo lo dices”. La actitud de confianza, el
tono usado, firme y seguro, son tanto o más importantes que el “merezco un aumento
de sueldo”.
Si recordamos la frase “no es lo que dices, es cómo lo dices” y la tenemos presente en nuestra manera de comunicarnos con otras personas, no solo mostraremos que somos emocionalmente inteligentes, conseguiremos ganarnos el respeto de nuestro interlocutor y fortalecer nuestras relaciones. Sean las que sean. Palabra de la ciencia.