ARTURO TORRES | Psicología y Mente
A pesar de que el ser humano es una especia animal adaptada a la vida
terrestre, los mares y océanos están muy
presentes en nuestras vidas.
El simple hecho de que la mayoría de la superficie de nuestro planeta esté
cubierta por agua marina hace que debamos adaptarnos a la presencia de estas
grandes superficies líquidas, grandes masas que pueden servirnos para navegar y
para encontrar en ella recursos naturales, pero que en ciertos contextos pueden
ser una amenaza.
En este artículo hablaremos de la
faceta del océano que experimentamos con más sensación de peligro y ansiedad: la talasofobia."
¿Qué es la
talasofobia?.- El concepto de talasofobia hace referencia a un tipo de fobia específica
en la que aquello que produce un miedo
extremo es el océano o el mar. Es decir, que una persona que
experimente esta alteración mental sentirá terror y una gran ansiedad por la
simple exposición a este entorno, a veces incluso aunque no esté cerca de
verdad y simplemente esté mirando un vídeo en el que aparezca esta inmensa masa
de agua.
Al tratarse de una fobia, ese nivel de
malestar debe ser clínicamente significativo (lo cual
significa que hay un deterioro de su calidad de vida claro y evidente que le
impide hacer muchas cosas y frecuentemente le lleva a sufrir) y aparece en
contextos en los que el océano o el mar no supone un peligro razonable u
objetivo.
Evidentemente, si estamos a punto de
caer por la quilla de un barco seguramente sentiremos terror, pero las personas
con talasofobia se sienten de un modo similar simplemente al contemplar el
océano o una masa de agua similar. Como trastorno de ansiedad que es la talasofobia,
sus mecanismos van más allá de la racionalidad."
Síntomas.- Tal y como hemos
visto, la talasofobia es una fobia específica que aparece cuando el sujeto se
expone a estímulos que interpreta como la señal de que cerca hay un océano o un
mar (o cuando ve directamente estas masas de agua). Por lo demás, sus
diferencias con el resto de fobias de este tipo desaparecen, lo cual significa
que los síntomas son los típicos de estos trastornos de ansiedad y que solo
varía aquello que los desencadena.
De manera resumida, se puede decir que
los principales síntomas de la talasofobia son los siguientes: taquicardia, sudores, temblores, pensamientos
catastróficos, crisis de estrés, pérdida de control sobre los
propios movimientos, y una gran sensación de peligro.
A nivel neurobiológico ese estado de
alerta injustificado implica la activación del sistema nervioso simpático, el
cual prepara a la persona para reaccionar ante el más mínimo estímulo y
predispone la reacción conductual de la huida.
A nivel conductual,
la persona tiende a reaccionar de dos maneras: huyendo de manera
descontrolada y casi automática, y evitando la exposición al estímulo fóbico
para prevenir la aparición de estos ataques de ansiedad ante la presencia real
o ficticia del océano.
Causas.- Del mismo modo en
el que ocurre con el resto de fobias, no hay una causa clara que provoque la
talasofobia, sino que más bien hay una multiplicidad de factores que pueden
tener como consecuencia su aparición.
En primer lugar debemos considerar la posibilidad de haber vivido
experiencias traumáticas. Estas son experiencias en las que una huella emocional muy desagradable queda
asociada a una variedad de estímulos que, al ser
percibidos, pueden desencadenar en tiempo real la experimentación de un estado
fisiológico y emocional similar a lo que se sintió en la experiencia traumática
original.
Por ejemplo, haber estado a punto de
morir ahogado, o haber perdido a alguien querido de esta forma, puede
predisponer a la experimentación de este trastorno de ansiedad. Además, hay que
tener en cuenta el aspecto biológico, y más concretamente las predisposiciones genéticas a reaccionar con
grandes cantidades de ansiedad ante situaciones en las que
se siente que hay o va a haber una pérdida del control. En las fobias, uno de
los mecanismos de estrés más habituales tiene que ver con la expectativa de
sufrir una crisis de ansiedad, lo cual genera un efecto bucle de profecía
autocumplida y esa experiencia desagradable que se temía y se esperaba pasa a
ser una realidad."
Diferencias con
otros trastornos de ansiedad similares.- Hay dos fobias que se parecen a la
talasofobia: la batofobia, o miedo a las profundidades, y la hidrofobia,
o miedo al agua. Aunque a la práctica es muy frecuente que los estímulos que
las desencadenan sean casi las mismas, hay matices a tener en cuenta.
La talasofobia se da ante la presencia
real o imaginaria de mares y océanos, es decir, masas de agua que normalmente
se extienden hasta el horizonte, y que podemos
sentir muy cerca a pesar de que nos separen kilómetros de su orilla.
El miedo es a estas masas de agua en sí, independientemente de su profundidad.
En la hidrofobia, en cambio, el miedo
es al agua, la cual puede aparecer muy alejada de los mares y océanos: por
ejemplo, en cuevas, restaurantes, piscinas, grifos, lagos, etc.
En la batofobia lo
que genera terror es la noción de profundidad. Es decir, la
sensación de que hay una masa de materia de estabilidad precaria que nos separa
del fondo de un abismo. Esta experiencia puede aparecer en el mar, pero también
en la nieve, en la arena o incluso en una piscina de bolas.
Tratamiento.- Afortunadamente,
la talasofobia tiene buen pronóstico en la mayoría de las ocasiones, ya que las
fobias específicas responden muy
bien al tratamiento psicológico. Tras varias sesiones y algunas
actividades a realizar de manera autónoma, la mayoría de casos en los que se
dan esta clase de trastornos de ansiedad dan paso a una mejora relativamente
rápida, hasta el punto en el que el nivel de ansiedad causado por el estímulo
fóbico deja de ser clínicamente significativo.
Una de las técnicas que más utilizan
los psicólogos para tratar la talasofobia es la exposición,
que consiste en exponer el sujeto a aquello que le da miedo de manera
controlada, y habiéndose fijado una serie de objetivos. A medida que se van
dando los progresos se incrementa la dificultad de estas experiencias, que en
la mayoría de los casos se producen bajo la supervisión directa del profesional
de la salud mental.
Se puede trabajar usando paisajes reales en los que haya mar u océano, o simulaciones experimentadas mediante gafas de realidad virtual, aunque al principio también es frecuente utilizar solo la imaginación.
Se puede trabajar usando paisajes reales en los que haya mar u océano, o simulaciones experimentadas mediante gafas de realidad virtual, aunque al principio también es frecuente utilizar solo la imaginación.