viernes, 23 de diciembre de 2022

Ana Belén Medialdea, psicóloga: "Ser capaces de enfrentarnos a algo que pensábamos que no podíamos es lo que más aumenta nuestra autoestima" (II)

 

CINTHYA MARTÍNEZ       |     lavozdegalicia.es    |     16/10/2022

(Continúa del artículo anterior)

 —Uno de los ejercicios que propones en el libro es agradecer a todo aquel que nos hizo daño en algún momento. ¿Por qué debo agradecerle si me hizo daño?

—Es una pregunta súper importante y creo que es muy bueno responderlo porque seguramente muchas personas cuando lo vayan a leer digan: «¿Y yo por qué tengo que hacer esto?» Es verdad que dentro de mi modelo de terapia no trabajamos con el pasado a no ser que haya una situación traumática. Alguien que venga a trabajar la autoestima sin un trauma, no se va a ver el pasado. Sí que es cierto que hay muchas veces en las que, cuando estamos trabajando la autoestima, surge mucha sensación de rencor, mucho odio, ante ciertas personas que nos han tratado mal o nos han quitado alguna oportunidad en algún momento de nuestra vida porque nos han considerado poco válidos por cualquier motivo. Este ejercicio nos puede ayudar a poder soltar y poder poner una distancia emocional de ese sentimiento que tenemos hacia esa persona. Cuando yo agradezco ese malestar, por ejemplo, imagínate, a un jefe que me ha despedido y que ha dicho que yo no era apta para mi trabajo y eso ha hecho que yo a lo mejor me cuestionara si de verdad servía para esto u no. El poder trabajar esto y poder soltar en una carta todo lo que le tengo que decir a esa persona e incluso buscar el lado positivo que yo he podido sacar a esa situación es muy importante. Para asumir nuestra responsabilidad como persona, para poner distancia emocional de eso que me hizo daño y para poder sacar también un reforzamiento positivo de una situación que a lo mejor ha sido dura.

—¿Por qué tendemos a dar importancia a lo que los demás digan sobre nosotros?

—Es verdad que como seres sociales que somos, tenemos necesidad de estar en contacto con los demás, necesidad de valoración externa de las demás personas que conviven con nosotros. Incluso a veces, con personas que ni siquiera conocemos. Hemos aprendido a valorarnos como personas a través del otro, no con uno mismo. Y esto es algo que es importante trabajarlo para que nuestra valía no esté condicionada siempre a lo que los demás puedan esperar o valorar de nosotros. Creo que esto también es fundamental tenerlo presente. 

Cuando sabemos valorarnos a través de las críticas positivas que nos hacen los demás, empezamos, sin darnos cuenta, a generar una dependencia emocional en las demás personas. Y si nos rodean personas que nos valoran cosas buenas que hacemos o por cómo somos, perfecto. Pero si nos rodean personas que continuamente nos están juzgando, eso puede ayudarnos a sentir que a lo mejor no valemos. 

—¿Qué relación tiene la autoestima con el miedo?

—El miedo es una emoción que está en la base de todo. El miedo tiene una función muy importante que es la de protegernos de los peligros. Cuando tenemos una autoestima que no es sana, estamos mucho más conectados con el miedo. Tenemos miedo a que no nos valoren, a fallarnos a nosotros mismos. Tenemos mucho miedo a la pérdida, ya sea de reconocimiento o de relaciones. Tener un poco de miedo es sano porque siempre nos va ayudar a mejorar, pero cuando el miedo nos domina, ahí es cuando aparece esa inseguridad. Cuando entra en juego la inseguridad y se activa el miedo, lo que nos hace es querer evitar aquellas cosas que nos generan malestar. ¿Y qué es lo que ocurre? Si yo no me enfrento a mi miedo y lo evito, mi miedo se vuelve más fuerte y más grande. Esto pasa con nuestra inseguridad. Cada vez que nos enfrentamos a algo que nos da miedo y nos damos cuenta de que hemos sido capaces de poder hacerlo, es como si nos estuviéramos dando una inyección de seguridad. Una inyección de autoestima. Porque no hay nada que nos ayude más a aumentar nuestra autoestima que sentirnos capaces. El ver que somos capaces de enfrentarnos a algo que pensábamos que no podíamos. En cambio, cuando no lo hacemos, esa inseguridad y ese miedo crece mucho más. 

—¿Las palabras que nos dedicamos a nosotros mismos también influyen en nuestra autoestima?

—Dentro de cada apartado lo que digo es qué cosas tenemos que empezar a evitar hacer para no destruir nuestra autoestima. Y una de ellas es cuidar nuestro diálogo interior. Porque las palabras son como balas que nos atraviesan y pueden hacer mucho daño. Nos pueden ayudar a sentirnos muy bien, o todo lo contrario. Y tenemos que tener mucho cuidado. No solamente con lo que nos decimos a nosotros mismos, sino también con aquellas cosas que decimos a las personas que queremos. Muchas veces pensamos que diciendo algo que de verdad impacte, la persona va a reaccionar. Pero a veces no es así. Sobre todo cuando alguien tiene un problema de autoestima, y tú le dices: «Venga que como no apruebes, vas a ser un flojo». Realmente, eso puede hacer que esa persona pierda toda la motivación. Esas palabras, ese diálogo interno que muchas veces tenemos con nosotros mismos, no lo tenemos con las personas que queremos. Y de eso se trata: cuidar y poner atención en aquellas cosas que nos estamos diciendo. Si es algo que no le diríamos a alguien que queremos, también tenemos que aplicárnoslo a nosotros mismos. 

—¿Qué es el autocuidado y qué es lo que no ayuda para que este sea posible?

—Estamos muy acostumbrados a cuidarnos de un modo físico. Sabemos que todos los días nos tenemos que lavar los dientes, el cuerpo, tenemos que ir aseados, pero nadie nos ha enseñado a cuidarnos de un modo emocional. Y esto, incluso lo vemos como una pérdida de tiempo. Cuando yo hablo de las pautas de higiene mental, cuando digo que así como hacemos una higiene corporal también tenemos que hacerla mental, las personas me dicen: «Eso está muy bien, pero yo no tengo tiempo». Ya, pero no tener tiempo para eso significa vivir alimentando el estrés y la ansiedad. Y vivir alimentando que nuestra mente vaya recogiendo tantas cosas que llega un punto en que cuando te tienes que centrar en algo importante, no puedes. Porque tienes mucha basura emocional. Pero esto ocurre porque tampoco tenemos un hábito de higiene mental. 

Tenemos que entender que no tener una higiene mental, conlleva a tener una serie de consecuencias. Dentro del libro hablo de algo importante: los cinco innegociables diarios que tenemos que poner en nuestro día a día en marcha para prevenir el estrés. Cuando tengo una baja autoestima tengo mucha más probabilidad de sufrir estrés y ansiedad porque como tengo tanto miedo a equivocarme, a que me abandonen o a lo que otras personas puedan opinar mal de mí, ahí conectamos con los síntomas de la ansiedad y nos genera estrés. A veces intentamos hacer nuestro trabajo, cumplir con las expectativas que tienen sobre nosotros, y no llegamos a todo. Aprender a priorizar nuestra salud también es un gesto de autocuidado. Y como no, conectar con la responsabilidad de empezar a cuidarnos en ese sentido. A veces no tenemos ganas y preferimos dejarlo para otro momento, pero es importante que esto nos lo tomemos en serio. Porque al final, no hay ningún amor que se base en el descuido. Tampoco el amor propio. 

—Supongo que como en todo proceso, también pueden producirse recaídas. 

—La autoestima es la relación que tenemos con nosotros mismos. Como cualquier otra relación, tenemos que cuidarla. Trabajar la autoestima no es, por ejemplo, voy a leer un libro, voy a poner en práctica esto que me dicen, voy a hacer los ejercicios o ir a terapia a trabajar la autoestima y ya me voy a olvidar. No, esto no es un título que nos dan y decimos «ya tenemos autoestima». Es un trabajo que tenemos que hacer de forma diaria. Al igual que tenemos que cuidar nuestra relación de pareja, de amistad, o cualquier otro tipo de relación. La relación que tenemos con nosotros mismos también hay que cuidarla. Si empezamos a abandonarnos, a no poner límites, a no respetarnos, y lo hacemos de una forma continuada en el tiempo, volveremos a tener un problema de autoestima. Por eso, dentro del libro, yo a esto lo nombro como intolerancias. Qué cosas podemos hacer que son intolerantes para nuestra autoestima. Tenemos que tener en cuenta que en el momento que nos tomemos alguna ración de esas intolerancias, que no nos ayudan a tener una autoestima sana, nos vamos a sentir mal. No quiere decir que tengamos un problema, sino que hay algo que nos está sentando mal. Saber identificar esto es muy importante porque la información es poder y si no tenemos la información, no podemos responsabilizarnos. Pero cuando ya la tenemos, sí podemos ser más responsables para evitar generarnos un problema mayor. 

Ana Belén Medialdea, psicóloga: "Ser capaces de enfrentarnos a algo que pensábamos que no podíamos es lo que más aumenta nuestra autoestima" (I)


CINTHYA MARTÍNEZ       |     lavozdegalicia.es     |     16/10/2022 

Ana Belén Medialdea es psicóloga especializada en el enfoque de terapia breve.

La experta advierte que muchos problemas relacionados con el estrés, la ansiedad, la dependencia emocional o la autoexigencia «son, en el fondo, fruto de una baja autoestima»

Ana Belén Medialdea es psicóloga especializada en el enfoque de terapia breve estratégica. «Un modelo que surgió en Palo Alto, California. Se diferencia de la psicología tradicional y de otros modelos como el cognitivo conductual o el psicoanálisis en que, más que usar el origen y las causas del problema (como pueden hacer los modelos antes mencionados), analiza cómo se está manteniendo y funciona el problema», apunta.

A día de hoy es vicecoordinadora del grupo de trabajo de terapia breve estratégica del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid y dirige su propio centro de psicología. Acaba de publicar Las 5 estaciones de la autoestima (Zenith, 2022), una guía con consejos, casos, narraciones cortas y ejercicios para cultivar el amor propio y establecer límites. Pero  «La buena noticia es que la autoestima no se hereda, sino que se construye», añade. 

 —¿Qué es la autoestima? Se suele relacionar mucho con el aspecto físico. 

—Es algo que me suele pasar mucho. Cuando viene una persona a consulta y desconoce que el problema es la autoestima. Te empiezan a hablar y te dicen: «Yo no tengo problemas de autoestima porque yo me miro al espejo y me veo estupendamente bien». Es muy importante entender que una autoestima sana no es mirarnos al espejo y vernos bien, como muchas personas creen. Tener una autoestima sana significa vivir nuestra vida cuidándonos y respetándonos, nos guste o no lo que veamos en el espejo. Para mí es el concepto, la relación y el respeto que tenemos sobre nuestra propia persona. Y esto es muy importante, porque cuando tenemos una relación que no es sana con nosotros mismos, eso va a influir en que no vamos a tener una relación sana con los demás. 

—¿Qué es más importante para la autoestima, cómo te sientas con tu físico o cómo te sientas con tu interior?

—La autoestima va mucho más allá que el físico. Tiene más que ver con el respeto que tenemos hacia nuestro cuerpo. También significa valorarme a mí como persona independientemente del físico que tenga y de los éxitos o no que considero que tengo, de mi economía o de si tengo muchas personas alrededor. Para resumirlo, yo diría que tener autoestima significa vivir cuidándonos, respetándonos, decir «no» cuando no queremos, poner límites para protegernos y vivir con la libertad de no depender de las opiniones de los demás para saber cuánto valemos como personas… creo que todo eso lo resume bastante bien. 

 —¿Cómo saber si tenemos una baja autoestima?

—Creo que es importante tener claras las señales que nos pueden alertar de que tenemos una baja autoestima. Yo para eso le digo a las personas que se hagan preguntas. Porque más que decir: «Voy a ver qué sintomatología tengo», yo les propongo que hagan preguntas. Como por ejemplo: ¿Me cuesta decir lo que siento o lo que pienso? ¿Me culpabilizo cuando no hago lo que se espera de mí? ¿Siento que me justifico mucho, y pido perdón por cosas que a lo mejor no he hecho con mala intención? ¿Me exijo más de lo que realmente puedo? ¿Me paraliza el miedo a cometer errores? ¿Me importa mucho la opinión que tengan los demás de mí? ¿Cuándo alguien dice algo sobre mí intento adaptarme a lo que esa persona me pide y cambiarlo? Si a la mayoría de estas preguntas me he respondido con un sí, aquí tendríamos que revisarnos nuestra autoestima. Quiere decir que hay unas señales que nos están diciendo que hay algo que no está funcionando bien. Quiere decir que tú como persona no te estás respetando, te estás dejando para otro momento. 

 —Y si contesto que sí a la mayoría de estas preguntas y me doy cuenta de que tengo una baja autoestima, ¿qué hago?

—Creo que es algo muy importante porque en la mayoría de los libros de autoestima que yo he leído siempre te echan mucho la responsabilidad hacia el contexto donde hemos crecido, la infancia que hemos podido tener. Es verdad que eso influye a la hora de tener una autoestima sana. Pero si ahora, nuestro «yo» adulto, acabamos de responder a todas estas preguntas y la mayoría con un sí, es el momento, primero, de pedir ayuda si no puedo yo sola y después, acudir a un psicólogo para poder trabajar esa autoestima.

Por ejemplo, si yo me callo lo que pienso y no le digo que no a una compañera de trabajo que me está pidiendo que la ayude en algo, porque no tengo tiempo o porque ya estoy harta de ayudarle… Si no se lo digo por miedo a herirla, me estoy fallando a mí misma. No me estoy respetando. Con lo cual, eso implica que si lo sigo haciendo en el tiempo, cada vez que esta persona me diga que le ayude en algo, cada vez me va a costar más decirle que no.

Cuando respondemos a estas preguntas con un «sí», tenemos que ver qué es lo que estamos haciendo que no nos está ayudando para poder dejarlo de hacer. Esto sí lo podemos leer en un libro, que nos ayuda a tomar conciencia. Si puedo dejar de hacerlas, fenomenal. Pero si lo intento pero no puedo, será el momento de pedir ayuda. Porque necesito algo más específico para mí. 

Preguntas que nos podemos hacer a nosotros mismos para saber si tenemos baja autoestima, según Ana Belén: 

§  ¿Me cuesta decir lo que siento o lo que pienso?

§  ¿Me culpabilizo cuando no hago lo que se espera de mí?

§  ¿Siento que me justifico mucho, y pido perdón por cosas que a lo mejor no he hecho con mala intención?

§  ¿Me exijo más de lo que realmente puedo?

§  ¿Me paraliza el miedo a cometer errores?

§  ¿Me importa mucho la opinión que tengan los demás de mí?

§  ¿Cuándo alguien dice algo sobre mí intento adaptarme a lo que esa persona me pide y cambiarlo.

—Se suele decir mucho: «Soy así, pero no voy a cambiar».

—Es importante saber cuáles son esas creencias o esas etiquetas que nos hemos puesto o que nos han impuesto a lo largo de nuestra vida y que generan estos autoengaños. Un autoengaño surge cuando yo acabo creyéndome algo que no es cierto. Es algo que simplemente yo he creído y como me lo creo, actúo como tal. 

Si yo creo que soy una mala conductora y no conduzco, eso no puedo comprobarlo porque no me estoy exponiendo. Y sí creo que soy una mala conductora y voy a conducir y me pongo muy nerviosa y casi me choco, eso va a reforzar mi creencia de que soy una mala conductora y que me puedo autoengañar. Es muy importante tomar conciencia de cuáles son esas creencias que nos están limitando y que están construyendo un autoengaño disfuncional, que son aquellos que nos impiden afrontar ciertas cosas que realmente queremos afrontar o que necesitamos afrontar para tener más calidad de vida. 

(Sigue en el siguiente artículo…)