"Se puede trabajar y rendir mucho con índices de
felicidad muy altos"
Víctor Vidal Lacosta defiende que el trabajador debe
desempeñar su función en un marco laboral que cuide su salud mental. En en su
libro «El estrés laboral. Análisis y prevención»,
recoge las herramientas
para este fin y no son complicadas ni costosas, «a veces, sólo con escuchar es
suficiente. Ayudar y tener canales que sirvan para este propósito resulta
fundamental».
Pregunta.- Recientemente la OMS aprobaba por primera
vez el
síndrome del trabajador quemado como
enfermedad. ¿Qué significa? | Respuesta.- Yo llevaba más de 20 años hablando del tema. Se da en
cualquier ambiente laboral en el que el estrés crónico sobrepasa al trabajador.
Es una gran noticia que se la considere una enfermedad, porque hasta hace muy
poco estaba minusvalorada e incluso se había vulgarizado la terminología.
P.- ¿Cuáles
son las señales y qué otras patologías puede esconder? |
R.- Contribuye
mucho el estado de estrés crónico, porque no olvidemos que dentro de éste hay
bueno y malo. Cuando aparece la primera sintomatología de alerta, en la que el
organismo se pone en situación, es cuando ya se da el desarrollo de la
enfermedad. Curamos las dolencias, pero no su origen.
P.- ¿Hasta qué
punto sería correcto afirmar que se ha normalizado trabajar con estrés y
menospreciar al que no lo hace?
| R.- Pues sí, es así. Ahí
radica la importancia del tema, parece que se asume como tal y si un trabajador
no lo manifiesta, no hace las cosas con un nivel alto de productividad. Y, todo
lo contrario. Se puede trabajar y rendir mucho con índices de felicidad muy
altos.
P.-¿Por qué? | R.- Hemos tardado muchos años
en darnos cuenta de que el tabaco mataba y nos pasará lo mismo con el estrés.
No olvidemos la terminología: distrés, patológico; estrés, positivo. Debemos
mantener un estado de tensión para la vida, para tener energía y desempeñar
nuestro trabajo, pero el umbral que separa el bueno del malo resulta muy débil.
P.-¿Cómo sería
ese estrés positivo? | R.- Como una tensión emocional normal, que no produce
enfermedad y que nos mantiene en un estado de alerta sano. Necesitamos de la
energía diaria para elevar el cortisol, para estar en un determinado momento
activo. Pero el estrés es como el dolor, hay umbrales individuales; los
“brokers” o corredores de bolsa son gente que necesita mucha atención en su
trabajo, y lo tienen más alto; por el contrario, en el personal administrativo,
es más bajo. Lo que hay que hacer es potenciar los estados de felicidad y los canales
de fuga de estrés, para reducir el distrés, el malo, y poder tener un mayor
éxito laboral.
P.-Si la
felicidad laboral implica productividad, ¿qué conlleva estar quemados? |
R.- No
olvidemos que el estrés crónico tiene la sombra de las bajas eternas, de malas
productividades, de conflictos internos sin resolver en los trabajos, que son
verdaderamente los que más provocan enfermedad. Decía en una conferencia que no
hay patologías, sino que los problemas radican en las situaciones laborales sin
solucionar. Esto genera graves dolencias orgánicas, el 76% de las patologías
actuales tienen relación con el estrés crónico.
P.-¿Qué
enfermedades desencadena el estrés crónico?
| R.-Hay una relación muy
directa con los estados depresivos, con los trastornos de ansiedad, las
alteraciones dermatológicas (dermatitis seborreicas), problemas del sueño,
complicaciones cardiovasculares (infartos, ictus) y las demencias en edades
jóvenes. No debemos olvidar estudios muy cercanos que apuntan al riesgo de
cáncer y los trabajos que relacionan el estrés con dolencias inflamatorias del
sistema intestinal (colitis ulcerosa). A esto, le debemos sumar los problemas
de cognición, de memoria.
P.-¿Qué
recursos laborales se han de cambiar para evitar estas situaciones que penalizan
al que se ríe y premian al que vive «a punto del infarto»? |
R.-Tenemos
que modificar de forma radical esto. La empresa tiene que cuidar el estado
emocional del trabajador y crear departamentos de bienestar del empleado. En
otros países que tienen «departamentos de felicidad» (como recoge en su libro
«El estrés laboral. Análisis y prevención», de Prensas de la Universidad de
Zaragoza) ya han dado este paso y han convertido Recursos Humanos en Asistencia
y Resolución de Conflictos Laborales.