sábado, 21 de agosto de 2021

Síndrome de Rett: "Nunca he podido hablar con mi hermana"

VICTORIA SCOTT     |     Especial para la BBC     |     09/08/2021  

Los hermanos, por lo general, disfrutan de un vínculo inquebrantable por haber crecido juntos y compartido las mismas experiencias. Ese es el caso de la autora Victoria Scott y su hermana Clare.

Sin embargo, Clare no puede hablar, escribir o hacer señas dado que padece el síndrome de Rett, y por ello ambas se han estado comunicando sin palabras durante más de cuatro décadas.

Estamos alrededor del año 1989 y mis compañeros me intimidan en la escuela. No quiero hablar con mis padres porque me da vergüenza, pero sé que Clare no me juzgará.

Después de apagar las luces, me meto en la cama con ella. Nos acostamos nariz con nariz y ella escucha mientras yo descargo todas mis preocupaciones y, cuando termino, su respiración rítmica y superficial hace que me quede dormida.

Pasamos muchas noches así durante la infancia. Eran completamente unilaterales, porque Clare no puede hablar. 

Tiene síndrome de Rett, un complejo trastorno neurológico que la ha dejado profundamente discapacitada.

Cuando nació no había ninguna señal que anticipara su condición, pero un gen defectuoso le robó las habilidades que había desarrollado cuando era pequeñita y ahora necesita atención las 24 horas del día. 

¿Qué es el síndrome de RETT?     

Es un raro desorden genético neurológico que afecta el desarrollo del cerebro y da lugar a una severa discapacidad mental y física.Afecta mayormente a las niñas. Está presente desde el momento de la concepción pero se suele detectar recién cuando el niño o niña comienza a involucionar, alrededor del primer año de edad.Aunque actualmente no tiene cura, se están estudiando tratamientos potenciales.

Fuentes: Clínica Mayo, NHS 

Diagnosticada en la década de 1980, Clare fue una de las primeras niñas de Reino Unido en recibir esa etiqueta por parte de médicos que no tenían mucha experiencia para tratar su caso.

Esto significó que mis padres recibieron dos piezas de información vagas y aterradoras.

En primer lugar, les dijeron que llevaran a Clare a casa y "la mantuvieran feliz", dando a entender que seguramente moriría pronto.

Gracias al cielo, esa profecía no se ha cumplido. Clare tiene ahora 41 años y vive en un acogedor bungaló residencial dirigido por una organización benéfica.

Nuestra madre, Yvonne, abandonó su carrera para cuidar de ella, pero a medida que Clare crecía y sus necesidades se volvían más complejas, ni siquiera eso era suficiente.

Cuidar de Clare requiere un pueblo.

La otra cosa que les dijeron a mis padres fue que, muy probablemente, Clare siempre tendría el nivel de comprensión de un bebé.

Siempre dudé de esa suposición. 

Los ojos de Clare son sabios, cálidos y expresivos. Se iluminan cuando escucha su música favorita, Kylie, y se conmueve cuando escucha The Snowman.

Sus ojos bailan cuando ve a su sobrina y a su sobrino y brillan cuando ve a un hombre que le gusta (incluido mi esposo, a quien no me importa compartir).

También se agudizan cuando siente dolor, se estrechan cuando está asustada y se entorpecen cuando está cansada.

Luego están sus manos, que por el síndrome de Rett se retuercen diariamente desde la infancia.

Son indicadores de su estado de ánimo: frenéticos cuando está emocionada, lánguidas cuando está relajada, rígidas cuando se siente incómoda.

A pesar de su incapacidad para comunicarse mediante la palabra hablada o escrita, estos movimientos involuntarios nos dicen mucho. 

En los últimos años, el desarrollo de la tecnología de la mirada, donde una persona puede construir palabras y oraciones concentrándose en la pantalla de una computadora, ha transformado la vida de muchas personas con Rett, brindando acceso a un mundo interno que alguna vez se pensó que se había perdido para siempre.

Las familias han descubierto que sus hijos comprenden más de lo que los médicos supusieron originalmente, lo que ha provocado un cambio profundo para todos los involucrados.

Un padre, cuya hija tiene síndrome de Rett, me dijo que sus primeras palabras a través de la mirada fueron: "Te amo".

Lamentablemente, Clare no ha dominado la tecnología, principalmente porque sus necesidades de atención médica han sido abrumadoras en los últimos años.

Fue hospitalizada con neumonía y sepsis en 2019 y la covid-19 significó que fue retirada a la fuerza del mundo exterior para mantenerla protegida.

Sin embargo, no estamos perdiendo las esperanzas, porque la esperanza es el motor que nos sigue impulsando hacia adelante. 

Hay algo más que nos impulsa. Casi cuatro décadas después del diagnóstico de Clare, ahora sabemos qué gen causa Rett -MECP2- y se espera que científicos estadounidenses lancen el próximo año el primer ensayo en humanos de terapia génica para tratar esta condición. 

Esto implica inyectar un virus modificado en el receptor que porta una versión correcta del gen defectuoso.

Los ensayos de esta terapia en ratones han demostrado que puede ser posible una reversión completa del síndrome de Rett.

Es una perspectiva extraordinaria, absolutamente asombroso que la condición de Clare pueda, potencialmente, revertirse en la edad adulta.

Parece ciencia ficción, aunque pronto podría convertirse en un hecho científico.

Sin embargo, tengo algunas preocupaciones importantes. Me preocupa cómo se sentiría Clare al respecto y si estaría asustada. Además, la terapia génica es nueva y arriesgada. ¿Y si sale mal?

También hemos discutido la posibilidad de la terapia génica en familia, pero aún no hemos llegado a ninguna conclusión.

Tomar una decisión tan enorme como esta en nombre de mi hermana, sin poder consultarla, es una gran responsabilidad.

Aunque la investigación apunta a ganancias potencialmente increíbles, la terapia génica también conlleva algunos riesgos importantes, incluidos la posibilidad de desarrollar cáncer o un problema del sistema inmunológico, e incluso el riesgo de muerte.

¿Qué derecho tenemos a tomar esta decisión por ella? Pero también, ¿tenemos derecho a negarle esta oportunidad?. 

Fueron estas preguntas las que me inspiraron a escribir mi primera novela, "Patience", que explora cómo una familia afronta la decisión de inscribir a su hija en un ensayo de terapia génica experimental.

Quería examinar la ética y las emociones que rodean a semejante decisión.

La novela se cuenta desde la perspectiva de la madre, el padre y la hermana de Patience y, fundamentalmente, de la propia Patience.

No puede comunicarse y su familia no sabe que ella comprende.

La propia Clare ha tenido una vida en la que otras personas han tomado decisiones sobre su vida y su salud sin que nadie la consultase, y yo quería poder exponer esa experiencia. 

Volvamos una vez más a esas noches de infancia. En esos momentos, cuando éramos solo nosotras dos, juro que experimenté telepatía.

Con nuestras caras mejilla con mejilla, he sentido que las palabras caían en cascada dentro de mí, cálidas y sabias.

Podrías decir que fue el cumplimiento de un deseo, que estaba proyectando mis propias palabras sobre ella, y esa es la explicación más probable. 

Pero también creo en el poder del amor humano para cruzar barreras, para influir en cosas más allá de los dominios de la comprensión científica.

Tal vez Clare me esté "hablando", tal vez no, pero alguna evidencia es irrefutable. Sé por sus sonrisas y su risa que ella sabe quién soy, que recuerda nuestro vínculo y que disfruta de mi compañía.

Recientemente, vi a Clare en persona por primera vez en 18 meses, el tiempo más largo que hemos estado separadas.

Una vez que me sequé las lágrimas, tomé su mano y le di un abrazo y ambas nos aseguramos la una a la otra que todavía estábamos viviendo y respirando.

Luego le mostré una copia de la novela que sabía que había estado escribiendo, pero probablemente, como casi todos (incluyéndome a mí), nunca creí que la vería impresa.

Intercambiamos una mirada significativa y una sonrisa, y eso significó mucho para mí. 

5 retos para ejercitar tu pensamiento elástico


REDACCIÓN     |     BBC News Mundo     |     10/07/2021

"Aquellos que no pueden cambiar de opinión no pueden cambiar nada", dijo el dramaturgo, crítico y polemista irlandés George Bernard Shaw.

Y el cambio no solamente es indispensable sino también inevitable, pues la vida no es estática ni inmutable, sino más bien fluida.

Por eso, conviene tener una mente elástica, o lo que los expertos llaman flexibilidad cognitiva, esa capacidad de adaptar nuestros comportamientos pensamientos y sentimientos de acuerdo con las circunstancias. 

Pocas veces hemos requerido de ella de una manera tan dramática y urgente como el período que estamos viviendo desde principios de 2020; ante la pandemia mundial, los gobiernos, las instituciones, las empresas y la gente se vieron forzados a hacer las adaptaciones necesarias y creativas para enfrentar una situación incierta y en rápida evolución.

Las respuestas a la pandemia, desde la negación y el mantenimiento del status quo hasta la acción rápida y decisiva para reducir la propagación del virus, proporcionaron un ejemplo vivo de la razón por la cual la elasticidad mental es vital. 

Pero desde mucho antes de la aparición de covid en nuestras vidas, su importancia era ampliamente reconocida: varias investigaciones sobre el desarrollo y la vida útil muestran que la flexibilidad promueve el rendimiento académico, el éxito laboral, la transición exitosa a la edad adulta y hasta en la vejez puede mitigar los efectos del deterioro cognitivo. 

Una prueba

Todo indica entonces que vale la pena tener una mente elástica. Pero, ¿cómo sabes si la tienes?

"Cuando tu cerebro no puede predecir algo, o cuando tienes que asimilar nueva información que no predijiste, tu cerebro puede actualizarse -eso es lo que llamamos aprendizaje- o puede ignorar los datos de los sentidos y simplemente insistir con su propia predicción", le explicó a BBC Ideas la neurocientífica y psicóloga Lisa Feldman Barrett.

"Hay una demostración muy conocida de flexibilidad llamada la prueba de Stroop", señaló el psicólogo Volker Patent. 

En ella, te muestran los nombres de los colores escritos con tintas que no coordinan... y tienes que apretar los botones que correspondan lo que te dice la palabra, no su apariencia.

"La idea detrás de eso es que para poder hacerlo tienes que cambiar diferentes piezas de información en tu mente. En términos simples, lo que sucede es que cuando escaneas el color de la palabra, los procesos automáticos de lectura de la palabra interfieren con la capacidad para indicar el color en voz alta. Cuanto más difícil le resulte a una persona, generalmente menos flexible cognitivamente es". 

Ser psicológicamente flexible te permite utilizar de la manera más óptima los recursos que tienes disponibles para lidiar con el estrés, por ejemplo. 

Quienes sufren de inflexibilidad psicológica tienden a usar una gama muy estrecha de sus recursos para poder adaptarse, explica Patent.

"La idea en la flexibilidad psicológica es sacar a las personas de un estado de lo que los psicólogos llaman languidecer, a uno en el que puedan lograr más de su potencial.

"Lo que impide que cambien sus vidas de un estado de baja satisfacción a uno de mayor satisfacción a menudo tiene que ver con la inflexibilidad en la forma en que abordan el problema que enfrentan". 

Para la doctora Feldman Barrett, hay una lección muy profunda.

"Puedes tomar más control sobre tu entorno. No eres sólo un receptor pasivo de lo que el mundo te da".

A la una, a las dos y a las...

La idea es ser proactivo: dedicar el tiempo a cultivar experiencias y buscar nueva información. "Son oportunidades para exponerse a errores de predicción para que tu cerebro pueda resolver problemas de manera más flexible en el futuro".

"Exponerte a cosas que no conoces, y tal vez incluso ideas que no te gustan, puede hacerte sentir mal en el momento, pero resulta ser una muy buena inversión para tu bienestar", asegura la experta.

Para empezar: 

1. Elige una idea en la que no crees

Yo llamo a esto 'la idea del día'.

No me refiero a ir pretender. Me refiero a sinceramente tratar de imaginar cómo alguien que piensa de manera diferente a ti, pero alguien que respetas, podría aceptar esta idea y tratar de convencerte de ello. 

2. Reflexiona sobre tus errores

Cuando nos equivocamos a menudo tratamos de olvidarlo.

Pues en este ejercicio vas a pensar en cuando te equivocaste. Recuerda una época en la que estabas equivocado -entre más equivocado más importante era, mejor- y concéntrate en ella.

Date cuenta de que no siempre tienes razón.

Una de las barreras para el pensamiento elástico es nuestra tendencia a pensar siempre que estamos en lo correcto y a seguir avanzando en la misma dirección.

Este ejercicio te ayudará a liberarte de eso. 

3. Prueba comidas nuevas

Este es divertido.

Elije un restaurante al azar o uno al que normalmente no irías y pide algo que normalmente no pedirías.

Asegúrate de que no es el plato más popular, más bien, el menos popular.

O compra ingredientes que no has probado, aprende a cocinarlos y pruébalos.

Los estudios indican que si te estiras de una manera tan simple como ésta aumenta tu creatividad e imaginación.

4. Habla con extraños

Tus padres te enseñaron "No hables con extraños".

Pues tu cuarto ejercicio es desobedecerlos.

De hecho, habla con personas lo más diferentes posible de ti, personas que creen de una manera distinta, o simplemente personas al azar y trata de entender cómo piensan.

Y cuanto más estés expuesto a la forma en que otras personas piensan, más amplio será tu propio pensamiento. 

5. Ve arte

No me refiero a un Rembrandt, me refiero al arte que es diferente, incluso si no te gusta.

Mira una exposición que te exponga a un arte diferente del tipo que normalmente ves (lo puedes hacer online). Eso te ayudará a pensar de otra manera.

La investigación muestra que si haces ejercicios como estos cinco, tu mente será más elástica, te será más fácil adaptarte al cambio y hasta podrías ser tú quien lo cambie todo, señala Mlodinow. 

Este artículo fue adaptado de los videos de BBC Ideas "Five ways to be more elastic in your thinking" y "The benefits of flexible thinking".