HÉCTOR FARRÉS | La Vanguardia | 12/06/2024
Es fundamental
hacer un trabajo consciente para sanar las heridas del pasado y así poder
construir relaciones más saludables en el presente,
Es curioso observar cómo a menudo el círculo social se
compone de gente con características muy parecidas. Esto puede no ser lo más
beneficioso, pero es algo que sucede bastante. Según la famosa psiquiatra Marian Rojas
Estapé,
este fenómeno tiene una explicación y está más relacionado con nuestras
experiencias y heridas emocionales de lo que pensamos.
Rojas Estapé, conocida por llenar auditorios y arrasar
con sus libros, nos cuenta que todos llevamos en
la mochila de la vida nuestras vivencias y cicatrices emocionales. “Todos
nosotros traemos nuestras vivencias, nuestra historia, nuestras heridas
emocionales, que hacen que ante ciertas personas nos sintamos cómodos o nos
sintamos alejados”, comenta. Es decir, nos acercamos a personas que nos
resultan familiares, ya sea para bien o para mal.
Se suele buscar lo que se ha vivido en casa
La experta asegura que de pequeños aprendemos a ver ciertas conductas como normales solo porque las vivimos en casa. “Todos nosotros tenemos en nuestra infancia cosas que hemos vivido que las validamos en la infancia como buenas, porque lo conocido en casa siempre es bueno”.
Con el tiempo, sin embargo, esto va cambiando: “Cuando
nos vamos haciendo mayores, nos vamos dando cuenta de que algunas de estas
cosas son negativas, nos perjudican o, incluso, son profundamente tóxicas”. Así
que, sin darnos cuenta, seguimos buscando esos patrones en la gente que
conocemos.
Pero claro, ahí está el problema. A veces, lo que
consideramos “normal” puede ser bastante perjudicial. “A veces no hemos hecho
un trabajo para superar eso y, entonces, repetimos esos patrones, repetimos
vincularnos con personas que no nos convienen, porque eso que vivimos durante
nuestra infancia no lo tenemos bien sanado”, señala. Es como si lleváramos un
radar interno que nos guía hacia lo familiar, aunque eso no siempre sea lo
mejor para nosotros.
El mensaje de
Rojas Estapé es claro: necesitamos trabajar en nuestras heridas del pasado para
dejar de tropezar con la misma piedra. Suena sencillo, pero es un proceso que
requiere tiempo y esfuerzo. Sin embargo, la buena noticia es que al reconocer
estos patrones, podemos empezar a cambiarlos. Y es ahí donde empieza la
verdadera transformación.