viernes, 5 de marzo de 2021

La depresión, el dolor que se vuelve sombra


RAQUEL ALDANA      |   Mejorconsalud.as.com     |     11/09/2020

 

Una de las señales más comunes de la depresión es la pérdida de placer con lo que se hace. Aquellas actividades con las que disfrutábamos dejan de interesarnos.
 

La depresión se presenta a menudo como un dolor que se vuelve sombra para quien lo experimenta. En ese estado, parece como si una bufanda apretara y ahogara al que se ve atrapado por ella. Cegando las ilusiones y precipitando una gran oscuridad, los síntomas de este trastorno se hacen notar.

 

Entre las señales más evidentes figuran la tristeza, la irritabilidad, la apatía, la pérdida del interés por el entorno o la incapacidad para obtener placer con algo. También son habituales la falta de apetito, los sentimientos de culpa, la dificultad para concentrarse o tomar decisiones, las ideas recurrentes de muerte o los planes o intentos suicidas...

Esto durante un tiempo prolongado y de forma repetida cada día es lo que vive una persona con depresión.

 

Tener depresión no es sinónimo de estar en una cama llorando.

Tendemos a pensar que las personas que padecen depresión están todo el día en la cama llorando. Sin embargo, el bajo estado de ánimo es solo una pequeña parte de cómo se manifiesta este trastorno.

 

De hecho, más allá de mostrar tristeza, hay quienes se comportan de manera autoritaria, con excesiva irritabilidad, insensibilidad, agresividad, etc. Así, a veces detrás de un malhumor constante e intenso se esconden otras emociones a las que asimismo es importante prestar atención.

 

Sin embargo, como se indica en el Manual Estadístico y Diagnóstico de los Trastornos Mentales, la presencia de un episodio de depresión mayor implica más condiciones que la mera melancolía o el carácter irascible. Eso quiere decir que, si bien uno de estos dos síntomas es necesario, no es suficiente por sí solo para realizar un juicio clínico acertado.

 

A todos nos puede pasar

Un día comienzas a darte cuenta de que te cuesta levantarte de la cama, de que lo haces ya no tiene el sentido que antes le atribuías. Empiezas a notar que nada te anima o te entusiasma y que la desesperanza te acompaña con frecuencia.

 

Entonces, de alguna manera, comienzas a verte vencido por las circunstancias que te rodean. Todo te agobia y te produce agotamiento. Hasta te cuesta percibir algo más allá que ese sufrimiento que se ha vuelto una sombra.

 

Hay días en los que te levantas peor y otros en los que mejor. Parece que la inestabilidad emocional tiene tu nombre. No te comprendes, solo sientes una profunda desgana, una tremenda pena que te precipita a la oscuridad más profunda.

 

Tampoco aciertas a saber qué está pasando, no conoces el bienestar, te sientes vacío. No consigues evitar el no encontrarte bien cuando sales de casa, cuando alguien se dirige a ti o cuando tienes que enfrentarte a un nuevo proyecto.


Pero es posible abordar todo este dolor 

Necesitamos del apoyo de un profesional que nos ayude a entender las propias emociones, que dé coherencia al estado en el que nos hallamos y que nos oriente para superarlo. Una herida así precisa de

terapia psicológica para sanarse, pues se trata de curar los pensamientos que nos invaden.

 

Cuando también aparece la ansiedad

En ocasiones los síntomas depresivos se entremezclan con otros de temor e inquietud, dando origen a un cuadro mixto que llega a resultar aún más confuso para los afectados.

 

Así, la ansiedad se caracteriza en sí misma por el miedo, el pánico, el nerviosismo, la evitación, la sobreactivación, la tensión muscular, la hipervigilancia y la percepción de amenaza y peligro.

 

En este espacio común concurren, entonces, signos como la preocupación, los problemas de concentración, el insomnio, la fatiga, la agitación psicomotora, los sentimientos de inferioridad o la baja autoestima.

 

Comprender el pozo de la depresión 

Una de las metáforas más acertadas es la del perro negro. Se simboliza la depresión como un can de este color que cada vez se hace más grande y se convierte en una sombra que maneja la vida de aquellos a los que acompaña.

 

Se hizo una grabación de esta metáfora, realizada por la Organización Mundial de la Salud, que refleja de manera gráfica las situaciones tan cotidianas como dolorosas que millones de personas atraviesan cada día.

 

Quizás te veas identificado con lo descrito en este artículo o pienses que necesitas ayuda. Si es así, el primer paso es consultar con un especialista y compartirlo con la gente que te quiere.

 

Un tratamiento adecuado te permitirá reestructurar los pensamientos con los que funcionas y hacer cambios en el entorno más próximo en el que te desenvuelves.

 

Abordar los síntomas depresivos puede marcar un antes y un después en el bienestar de cada individuo.