El ayuntamiento subraya que se
trata de una medida “preventiva” que durará un año.
En Barcelona ya es imposible abrir, desde
ayer, un club de cannabis. Así lo decidió el miércoles la comisión de gobierno
del Ayuntamiento de Barcelona y el anuncio ya ha salido publicado en el Boletín
Oficial de la Provincia. El primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de
Barcelona, Joaquim Forn, ha anunciado esta mañana que se trata de una medida
“preventiva” contra estos clubes que tiene por objetivo “evitar que terminen
por convertirse en un problema grave”.
Para abrir un club de cannabis es necesario
constituirse como asociación, aprobar unos estatutos y, simplemente, comunicarlo
al Ayuntamiento. Se trata de locales privados exclusivos para sus socios, no de
pública concurrencia. Actualmente hay 160 asociaciones que ya han dado todos
estos pasos. A partir de ahora, el Ayuntamiento ya no aceptará nuevos
comunicados de apertura y tampoco permitirá que se amplíen los ya existentes.
La medida durará un año y, durante este tiempo, el Gobierno hablará con
“médicos y expertos” para redactar
una regulación que endurecerá las exigencias de ventilación de estos espacios y
obligará que se estén a cierta distancia de centros escolares o sanitarios.
Además, la
Guardia Urbana incrementará las inspecciones a estos clubes para asegurarse que
cumplen con la normativa: es decir que no vendan de manera legal, que no se
anuncien, que no sean en realidad locales de pública concurrencia y que no
puedan acreditar el origen de sus plantaciones. Forn ha evitado criticar a las
administraciones que, a diferencia del Ayuntamiento, tienen competencias para
abordar este fenómeno. Las federaciones donde se agrupan estos clubes ya hace
tiempo que exigen una regulación.
Cada vez son
más los visitantes que aprovechan su estancia en la capital catalana —que
ya se considera la Holanda del sur— para comprar unos gramos de marihuana. Para
conseguirlo, basta con meterse en Internet, hacerse socio de alguno de los
clubes existentes y pedir la mercancía por teléfono o por correo electrónico,
como comprobó este diario. También es posible encontrar a alguno de los
empleados de los locales que reparten publicidad por la calle y que se encargan
de acompañar al interesado hasta el local para hacerle socio y venderle la
marihuana.