LUCÍA FERNÁNDEZ |
libertad digital.com | 16/03/2025
Cuando una persona
se enfada, se activa la amígdala en el cerebro, un núcleo que puede afectar al conjunto
del sistema nervioso y al organismo.
Cuando alguien se
encuentra en medio de una discusión o conflicto, es habitual que la frustración
y el enfado le lleven a gritar a la persona que tiene enfrente. Sin embargo, no
todo el mundo reacciona de esta forma cuando se enfada.
¿Cuál es la verdadera razón
por la que alguien grita durante una discusión?
Según el psicólogo
clínico José Martín Del Pliego, que ha abordado en múltiples ocasiones el tema
del enfado, cuando alguien grita con frecuencia se debe a que la emoción
desencadenante es muy intensa. Por ello, el grito actúa como una vía de
alivio para la persona.
Sin embargo, por
mucho que gritar pueda ser una vía de escape, puede generar muchos problemas.
Por ejemplo, el psicólogo experto en relaciones John Gottman afirma que los gritos pueden ser uno de
los "cuatro jinetes del Apocalipsis" que destruyen las
relaciones amorosas, junto con la crítica, el desprecio y la indiferencia.
Por esta razón,
otros muchos expertos, como la psicóloga Susan David, de la Universidad de
Harvard, recomiendan gestionar las emociones de manera
efectiva con el objetivo de evitar reacciones impulsivas como el grito hacia la
otra persona.
¿Por qué nos enfadamos?
Cuando una persona
se enfada, se activa la amígdala en el cerebro. Situada en la parte interna del
lóbulo temporal medial, posee conexiones con la gran mayoría del encéfalo y es
un núcleo que puede afectar al conjunto del sistema nervioso y a la
funcionalidad del organismo.
La amígdala es
responsable de las respuestas emocionales, lo que provoca la liberación de adrenalina y
cortisol. Esto prepara al cuerpo para una reacción de lucha o huida, elevando la
frecuencia cardíaca, la presión arterial y la tensión muscular.
Al mismo tiempo, la
corteza prefrontal –encargada del control de impulsos y la toma de decisiones–
puede verse inhibida, provocando reacciones de manera impulsiva, sin que la persona tome
el tiempo necesario para elegir la respuesta adecuada.
¿Y por qué gritamos?
En este momento, las personas comienzan a gritar durante un enfado o
enfrentamiento. Las personas que suelen tener esta actitud, suelen tener unas
características concretas.
En primer
lugar, dificultad a la hora de regular las emociones, falta de control o una
estrategia de imposición. Esta última surge como una forma de dominar o
controlar la situación, imponiendo su voluntad sobre la otra persona.
Además, muchas
personas que tienen baja autoestima gritan en
situaciones de enfado. Esto se debe a la necesidad de validación y la falta de
control emocional que a menudo sufren las personas con más inseguridades.
Por otro lado,
existen ciertos rasgos psicológicos comunes entre las personas con
tendencia a gritar, como la impulsividad, la baja tolerancia a la frustración y las dificultades
en la gestión emocional.
El entorno familiar, un
factor crucial
Cabe destacar que
el entorno familiar y educativo de las personas juega un papel indispensable a
la hora de gestionar las emociones, como el enfado. En un entorno donde se ha
normalizado y enseñado a los niños que gritar es una reacción habitual al enfadarse, al
crecer, repetirán estos patrones de expresión emocional.