Patricia Ramírez | ABC (El lunes empiezo - blog) |
06/02/2022
El amor es uno de los
estados más bonitos de los que podemos disfrutar, tanto el amor en pareja como el
amor a cualquier persona, experiencia o cosa. Días como el
de San Valentín llevan a muchas parejas a
discusiones tontas y a decepciones. Uno entiende el día como algo comercial y
absurdo, mientras que la otra persona puede que espere un regalo significativo.
También el tipo de regalo puede ser un conflicto. Hay personas que valoran que
un regalo consista en pensar en el otro, en tener un detalle hecho a mano, como
una carta bonita, y la otra parte puede que espere algo más material. Todo es
cuestión de valores.
¿Por
qué hay parejas que solo disfrutan el amor cuando está el materialismo de por
medio? ¿O cuando ocurren grandes acontecimientos como una escapada o una cena
en un restaurante de moda?
Cuidar del amor en situaciones concretas y puntuales puede ser algo romántico,
sorpresivo y sencillo.
Sencillo en el sentido en el que ser romántico o tener
un detalle en un día señalado es fácil. Incluso aunque te rompas la cabeza con
cómo sorprender ese día en concreto. Pero solo es un día. Cuidar del amor
cotidiano, a veces tan banalizado justo por su cotidianidad, es más complicado.
¿En qué momento dejamos de darle valor a los detalles diarios, a todo lo que la
persona hace por nosotros, a su forma de ser, a aquello que tanto admirabas?
El amor cotidiano, el amor
amable, sereno, es una fuente de bienestar emocional. Tenemos que procurar
vivir con armonía, con respeto, en un ambiente que invite a estar a gusto con
la pareja y que dé lugar a apreciar lo bonito de la relación. ¿Cómo podemos
cuidarlo?
·
Principalmente eligiendo dónde poner nuestro foco de
atención. Cuando estamos más pendientes de lo que nos separa de
la pareja que de aquello que nos une, no podemos disfrutar de lo cotidiano,
porque lo cotidiano se convierte en discusiones, malas caras, desplantes,
indiferencia.
·
Cuidando las formas. La
manera de hablar a la pareja, el tono, el volumen, la educación, el cuidado, la
prudencia. Trata a tu pareja con el mismo respeto con el que tratas a tus
amigos.
·
Teniendo detalles.
Una nota bonita, un mensaje de amor, una muestra de cariño. Coger la mano,
acariciar, hacer un favor a tu pareja, cocinar su plato favorito, favorecer que
descanse, que esté a gusto…
·
Cuidado con la dejadez,
mata cualquier muestra de admiración y de amor. Cuidado con la rutina, con
dejar de cuidarte por fuera y por dentro, con dejar de tener conversaciones
interesantes, dejar de aprender juntos, de enriquecer a la persona que tienes
al lado y dejar de enriquecerte tú.
·
Revisando los valores.
Las parejas cambian a lo largo del proyecto común. Las distintas amistades, el
trabajo, los proyectos nuevos, aficiones, intereses, todo va cambiando a la
persona. A veces también se cambian valores y creencias. Es enriquecedor poder
compartir tus cambios, hablar con ellos con la pareja desde la serenidad,
transmitiendo cómo te sientes, lo que ha cambiado, qué te enriquece, qué te da
sentido.
·
Viviendo el presente en pareja.
Hay que darle valor a todos los ratitos que se pasan juntos en el día a día. El
momento que compartes en el sofá, en el café del desayuno, si hacéis deporte
juntos, una peli en el cine, cogerse de la mano. Estar presentes es poner
atención plena en todos esos momentos para darnos cuenta de lo valiosos que
son. Y se pueden verbalizar en alto “qué a gusto estamos aquí juntos en el
sillón, es mi momento de paz contigo”.
·
Valorando los momentos de
superación conjuntos y los acuerdos conseguidos.
Es importante dar valor a la solución de problemas en pareja, cómo se superan
los conflictos. Todas las parejas tienen conflictos, desavenencias, ideas
distintas. No se trata de no tener conflictos, sino de aprender a resolverlos
para que os unan. Desde el respeto, la empatía, la comprensión honesta de la
otra postura. Se necesita escuchar con interés qué siente la otra persona, qué
piensa. Ponte en su lugar, valida cómo se siente, aunque no lo compartas. Haz
que se sienta bien incluso pensando distinto a ti.
·
Sintiendo admiración por tu
pareja. Sentirse admirado es un símbolo de amor. Significa
que tu pareja te ve especial, que te elige, que eres valiosa para ella. Hazle
saber qué admiras al igual que le haces saber que le amas.
El amor cotidiano es el amor con el que convivimos día
tras día. Si no eres capaz de apreciarlo, de sentirlo, te estás perdiendo
la esencia del amor. Un regalo caro es una
sorpresa. Pero el verdadero regalo es tener al lado a una persona que confía en
ti, que te admira, que te elige, que forma parte de tu proyecto de vida. Y si
no cuidamos los detalles a diario, se pierde la esencia del amor, la semilla que
llevó a que tú ahora tengas la relación que tienes.