-El calor no solo nos hace sentirnos más cansados, sino que
nos vuelve más irascibles y saca lo peor de nosotros mismos
Estamos
en plena ola
de calor en toda España, y con el calor nos pasan cosas
raras. Nuestro cuerpo empieza a resentirse cuando los termómetros superan los
40º. No solo nos sentimos más cansados físicamente y dormimos peor,
sino que influye negativamente en nuestro estado de ánimo, volviéndonos más irascibles y,
a veces, sacando lo peor de nosotros mismos. Incluido, aunque parezca mentira,
nuestro instinto
criminal. Veamos algunos de los efectos biológicos y sociológicos de
que el mercurio suba tanto.
Cuando
las altas temperaturas se prolongan en el tiempo, se puede producir una desregulación metabólica en
nuestro organismo, incluso fallos multiorgánicos o muerte
anticipada. El golpe
de calor es el principal problema agudo asociado a estas
condiciones térmicas, pero su mayor impacto se relaciona con el agravamiento de otras
patologías ya existentes, fundamentalmente
cardiovasculares, respiratorias, renales, gastrointestinales e incluso
neurológicas.
Riesgo de deshidratación
El
cuerpo se ve forzado a trabajar más para bajar su temperatura, abre más vasos
sanguíneos cerca de la piel para perder calor y comienza a sudar. Cuando
este sudor se evapora, el calor de la piel desciende. Además, baja la presión arterial, por
lo que el corazón ha de trabajar más para empujar la sangre por todo el cuerpo.
La pérdida de líquido continuada conlleva a una deshidratación que puede
suponer un daño
metabólico en el riñón o una alteración de minerales.
Merma en las funciones cognitivas
Diversos
estudios en los últimos años han demostrado que el calor tiene un amplio efecto
en nuestras funciones
cognitivas. En 2016, un equipo de Harvard demostró cómo estas se reducían durante
una ola de calor de los estudiantes que no disponían de aire acondicionado. El
número de respuestas correctas por minuto en los test realizados fue un 10%
menor y su tiempo de reacción un 13% más lento. Otro estudio demostró que la productividad de
los trabajadores en la oficina descendía
un 9% cuando las temperaturas se acercaban a los 29ºC.
Comportamientos más violentos
Hay
investigaciones que apuntan a que el riesgo de que se produzcan hechos
violentos aumenta a nivel que sube el mercurio. Un estudio publicado en
Science of the Total Environment en 2018, analizaban la influencia de la
temperatura en los feminicidios,
las denuncias a la policía y las llamadas al 016, el teléfono
de atención a las víctimas de violencia de género. Los autores observaron que
el riesgo
de asesinato aumentaba un 40% tres días después de la ola
de calor. Por cada grado por encima del umbral de 34 grados, el riesgo de
muerte creía un 28,8%. Además, las denuncias policiales aumentaban un día después
del episodio extremo y lo hacían en un 1,7% por cada grado
de más.
La hipótesis
más viable que explica la agresión por calor se basa en que las altas
temperaturas aumentan la producción de adrenalina, que podría aumentar la excitación fisiológica y
activar una mayor agresividad bajo ciertas condiciones. Además, el calor
extremo también altera las zonas del cerebro involucradas con la regulación de
las emociones y se relaciona con la ansiedad, el estrés y los trastornos de
estrés postraumático.
Mayor tasa de suicidios
La
temperatura también influye en los comportamientos suicidas. Con mayor nivel de
luz solar y temperaturas altas, la tasa aumenta. Según un estudio publicado en
la revista Nature Climate Change, un aumento de 1 grado centígrado en
la temperatura media mensual provoca un aumento del 0,7% en la tasa de suicidios en
EEUU y hasta 2,1% en México.
Esto se
explica en parte porque el calor altera la serotonina y la dopamina, lo que
termina afectando el sueño y las reacciones emocionales. La falta de sueño por
el calor extremo se asocia a un aumento de las alucinaciones, obsesiones y pensamientos intrusivos.
En ese sentido, pacientes con problemas de salud mental previos podrían ver
amplificados los síntomas que ya presentaban.
Aumento de los delitos
La
mayoría de los estudios que relacionan delincuencia y climatología proceden
de EEUU. La Oficina Nacional de Investigación Económica concluyó que la
comisión de delitos en
general aumenta un
2,2% y los violentos un 5,7% cuando se registran
temperaturas de más de 29,4 grados.
Hay
tres tipos de delitos eminentemente estacionales: los hurtos, que
aumentan mucho en verano, aprovechando las congregaciones de gente y el
deambuleo de turistas en la zona centro de las ciudades; las estafas, siendo
las más típicas las de pisos del alquiler; y los robos en los domicilios, más
frecuentes en verano, que es cuando nos vamos de vacaciones y las casas se
quedan desprotegidas.
A veces
se producen delitos bastante imprevisibles, como el robo de una piscina desmontable en
una parcela de Toledo por parte de dos hombres. Junto a la piscina se llevaron
también todos los elementos necesarios para montarla y utilizarla en otro
lugar: la escalera, la depuradora, el cazamariposas, el filtro de arena, un
arcón y una alargadera de diez metros.
Consecuencias para nuestro coche
El calor no solo nos afecta a nosotros, también tiene incidencia sobre nuestro automóvil. Las altas temperaturas provocan la pérdida de presión en los neumáticos, aumentando las posibilidades de pinchazo o reventón. Además, con el calor intenso de desgastan más, acortando su vida útil y aumentando el consumo de combustible.