jueves, 1 de septiembre de 2022

Síndrome del nido vacío: la tristeza de verles volar

Sonia Castro      |   iepp.es       |      12/08/2022
 
Llevaste durante nueve meses a uno o más bebés dentro ti, cuando nacieron los alimentaste desde el minuto uno, has sentido sus éxitos tuyos toda la vida, has sufrido sus fracasos incluso más que ellos, esos días de rutina que parecía que nunca iban a acabar se han terminado, tu hijo, ese bebé al que enseñaste a caminar y hablar ha decidido seguir su vida físicamente lejos de ti, lo llaman ley de vida” pero tú no puedes evitar sentirte triste y que algo ha cambiado para siempre, piensas que con nadie estará mejor que con mamá y/o papá, que necesitas tanto de él como él de ti. Si tienes estos sentimientos y pensamientos, probablemente estés experimentando el síndrome del nido vacío.
 
Qué es
 
El síndrome del nido vacío en psicología es el conjunto de pensamientos y emociones que experimentan los padres cuando sus hijos se van de casa, es una respuesta emocional ante la ausencia del hijo adulto que abandona el hogar.

Cada persona puede vivir el síndrome del nido vacío de acuerdo a sus características de la personalidad, por lo general los padres sienten que los hijos ya no lo necesitan, aparecen sentimientos de tristeza, sensación de soledad, vacío, aburrimiento, poca autorrealización, recuerdos de cuando sus hijos eran niños, sensación de pérdida del sentido de la propia vida.

El síndrome del nido vacío (SNV) no deja de ser un duelo, incluye sus etapas de negación, ira, negociación, depresión y finalmente aceptación.

¿Por qué sucede?

Por una sensación de soledad: los padres o madres que experimentan el síndrome del nido vacío han pasado como mínimo los últimos 18 años en un hogar con niños, si se van esto les hace sentirse solos.

Por falta de autorrealización: hay padres o madres que han dedicado toda su vida a sus hijos, sobre todo pasa en mujeres, que se han olvidado de otros roles de su vida, ser pareja, trabajadora, mujer, amiga... ha existido una dependencia hacia sus hijos y si estos se marchan puede aparecer el síndrome, a veces puede incluso, si no se controla la tristeza, puede desembocar en un trastorno depresivo.

Por problemas en la pareja: puede que tras la marcha de los hijos de casa, la pareja se de cuenta que no saben convivir o que ya no les queda nada en común esto les hace echar mucho más en falta y generar tristeza.
 
¿Cómo manejar la situación?
 
Cuando algunas especies de aves, como las golondrinas o los pájaros carpinteros hacen los nidos a sus polluelos, lo hacen en una rama o en un lugar alto para que sus progenitores puedan oír si están en peligro y acudir a socorrerlos cuanto antes, entienden que no saben volar y que sin ellos podrían morir fácil, pero una vez que aprenden a volar dejan sus nidos para no volver nunca, les dejan marchar. Si tu hijo ha aprendido a volar, está preparado para irse, necesitó de ti mucho tiempo y en muchas situaciones pero ya no, y aceptarlo es un gran paso. La mejor forma es verlo como que vosotros los empujasteis a que se fueran, les ayudasteis a construir un futuro para la supervivencia.
 
A continuación una serie de recomendaciones para ayudarte en este duelo:
  • Alégrate: Si hemos hecho las cosas bien, nuestros hijos se independizan, alégrate de que tenga la fuerza y la autonomía para comenzar sin ti.
  • Prepárate para el momento: el día que abandonen el hogar llegará, tarde o temprano y ayudará mucho educar a tus hijos en la independencia, en la cultura del esfuerzo y en la supervivencia, además de prepararte a ti emocionalmente para ese acontecimiento.
  • Reconoce tu pena: es normal que les eches de menos y que esto te produzca dolor, no quites valor a tus emociones.
  • Mantén el contacto: puedes continuar teniendo una relación cercana con ellos, mediante visitas, llamadas, mensajes, videollamadas.. Cuando un hijo se va de casa no se tiene por que perder el vínculo afectivo tanto es así que incluso escuchamos a muchos jóvenes que se van de casa que reconocen que irse de su hogar refuerza la relación con sus padres, se vuelve una relación diferente, mucho más madura.
  • Aprovecha el momento para hacer lo que te gusta y potenciar tus fortalezas: en muchas ocasiones, las ocupaciones, el cuidado de la familia, no te han dejado tiempo para hacer actividades que te agradan y que encuentras placenteras, ahora puede ser ese momento, incluso para viajar, esto te ayudará a sentirte bien y evitarás los sentimientos de soledad.
  • Céntrate en tu relación de pareja: mejora la comunicación, vuelve a hacer todo lo que hacíais en la época en la que todavía no tenías hijos.
  • Alégrate por ellos: es fundamental que vean que les apoyas en sus nuevos proyectos y que pueden acudir a ti si lo necesitan, eso les ayudará mucho y a ti también, a sentir que no se ha perdido tu función de madre/padre.
  • Busca apoyo: acude a un profesional que te ayude a gestionar la tristeza, a proponerte metas y a cumplir con otros roles.