Gerald F. O’Malley, DO, Grand Strand Regional Medical Center
Rika O’Malley, MD, Albert Einstein Medical Center | Junio 2020
Síntomas de abstinencia
Si la persona que bebe de
manera continua durante un periodo de tiempo interrumpe bruscamente el consumo,
es probable que aparezcan síntomas de abstinencia. Por ejemplo, la abstinencia
puede manifestarse durante la hospitalización (por ejemplo, en cirugías
programadas), dado que los bebedores no pueden obtener alcohol.
Los síntomas de abstinencia
varían de leves a graves. La abstinencia grave del alcohol no tratada puede
resultar mortal.
El síndrome de abstinencia entre leve y moderado comienza por lo general dentro de las 6 horas posteriores a dejar de beber. Los síntomas leves son temblor, dolor de cabeza, debilidad, sudoración y náuseas. Algunos sufren convulsiones (llamadas epilepsia alcohólica o convulsiones relacionadas con el alcohol).
La alucinosis relacionada con el alcohol puede aparecer en los bebedores de alto consumo que dejan la bebida. Oyen voces que parecen acusadoras y amenazantes, lo que les causa aprensión y terror. La alucinosis relacionada con el alcohol puede durar días, y se puede controlar con fármacos antipsicóticos, como la clorpromazina o la tioridazina.
El delirium tremens (DT) es el conjunto de síntomas de abstinencia más grave. Habitualmente, el delirium tremens no comienza de manera inmediata; más bien se manifiesta cerca de las 48-72 horas posteriores a la interrupción del consumo de alcohol. Al principio, la persona está ansiosa. Después, está cada vez más confusa, no duerme bien, tiene pesadillas aterradoras, sudoración excesiva y depresión. La frecuencia del pulso se acelera, la presión arterial aumenta y suele aparecer fiebre. El episodio puede ir en aumento hasta incluir alucinaciones efímeras, ilusiones que originan miedo y agitación, y desorientación con alucinaciones visuales que pueden llegar a ser terroríficas. Los objetos visualizados en la penumbra pueden parecer particularmente aterradores, y aparece una confusión extrema. Su sentido del equilibrio se encuentra afectado, en ocasiones haciéndole pensar que el suelo se mueve, que las paredes se caen o que la habitación está rotando. A medida que progresa el delirio, aparece un temblor persistente en las manos, que a veces se extiende a la cabeza y el resto del cuerpo. La mayoría de las personas sufren una grave falta de coordinación. El delirium tremens puede ser mortal, particularmente si no se trata.
Diagnóstico
·
Autoinforme de intoxicación alcohólica
·
Análisis de sangre
·
Cuestionarios de detección
La intoxicación
aguda por alcohol por lo general es evidente en función de lo que la persona o
sus amigos le cuentan al médico y de los resultados de la exploración física.
Si no está claro por qué la persona actúa de manera anómala, el médico puede
hacer pruebas para descartar otras posibles causas de los síntomas, como hipoglucemia o traumatismos
craneales.
Las pruebas
pueden incluir análisis de sangre para determinar la cantidad de alcohol y el
nivel de azúcar en sangre, análisis de orina para determinadas sustancias
tóxicas, y una tomografía computarizada (TC) craneal. El médico
no puede dar por hecho la intoxicación solo porque el aliento huela a alcohol.
A efectos legales (por
ejemplo, cuando la persona está involucrada en colisiones de vehículos o actúa
de manera anómala en su ámbito laboral), se pueden medir los niveles de alcohol
en sangre o bien estimarlos a través de una muestra de aire espirado.
A las personas con alcoholismo
de larga duración se les puede hacer análisis de sangre para detectar
deficiencias en la función hepática y poner de manifiesto el posible daño
producido en otros órganos. Si los síntomas son muy graves, se puede realizar
una prueba de diagnóstico por la imagen, como una TC, para descartar una lesión
neurológica o una infección.
Detección del trastorno por consumo de alcohol
Algunas personas
ignoran que su ingesta de alcohol puede ser un problema. Otras lo saben, pero
no quieren admitir que tienen un problema con el alcohol. Por ello, los
profesionales de la salud no esperan a que las personas les pidan ayuda. Pueden
sospechar trastorno asociado al consumo de alcohol en aquellas personas cuyo
comportamiento cambia de manera inexplicable o se vuelve autodestructivo.
También pueden sospecharlo cuando ciertos problemas médicos, como la hipertensión o la inflamación de la
mucosa gástrica (gastritis) no responden al tratamiento
habitual.
Algunos médicos investigan y
preguntan periódicamente a sus pacientes acerca del consumo de alcohol para
detectar posibles problemas relacionados con el mismo. Las preguntas pueden
incluir:
·
Como media, ¿cuántos días por semana bebe usted
alcohol?
·
Cuando bebe usted en un día cualquiera, ¿cuántas
bebidas alcohólicas toma?
·
¿Cuál es el número máximo de bebidas consumidas por
usted en alguna ocasión durante el mes pasado?
Si el médico sospecha un
trastorno por consumo de alcohol, puede hacer preguntas más específicas sobre
las consecuencias del consumo de alcohol, como las siguientes:
·
¿Ha sentido usted alguna vez que debe disminuir su
consumo de bebidas alcohólicas?
·
¿Le molesta que critiquen que está bebiendo?
·
¿En algún momento se ha sentido culpable por beber?
·
¿Alguna vez se ha tomado una copa al despertar (la
primera bebida por la mañana) para estabilizar sus nervios o para deshacerse de
una resaca?
Dos o más respuestas
afirmativas a estas preguntas indican un diagnóstico probable de trastorno de
alcoholismo.
Tratamiento
El tratamiento
puede tener sentido en las situaciones siguientes:
·
Personas que son llevadas a la consulta porque sufren
síntomas relacionados con las concentraciones de alcohol en sangre.
·
Personas que acuden porque padecen síntomas de
abstinencia intolerables. No obstante, las personas que desarrollan síntomas de
abstinencia alcohólica generalmente se tratan a sí mismos bebiendo.
·
Personas que acuden porque no desean continuar
bebiendo.
Tratamiento de urgencia
Se requiere
tratamiento de emergencia cuando aparecen síntomas graves debidos al consumo de
cantidades muy elevadas de alcohol o síntomas entre moderados y graves
relacionados con la abstinencia de alcohol.
No existe un
antídoto específico para la intoxicación aguda:
·
El café y otros remedios caseros no revierten los
efectos del alcohol.
·
Si la persona está en estado de coma o su respiración
se encuentra disminuida, puede requerir intubación de la vía aérea para
prevenir la asfixia por vómitos u otras secreciones y para ayudarla a respirar.
·
Si es necesario, se administran líquidos por vía
intravenosa para prevenir o tratar la deshidratación o la presión arterial baja.
·
A los presuntos bebedores crónicos de alcohol se les
administra tiamina para prevenir la encefalopatía de Wernicke. A menudo, el médico también
añade magnesio a los sueros (que ayuda al organismo a la utilización de la
tiamina) y multivitaminas (para las posibles deficiencias de vitaminas).
·
No existe un antídoto específico para la
intoxicación aguda por alcohol: el café, los líquidos, las vitaminas u otros
remedios no ayudan a las personas a ponerse sobrias. |
El médico a menudo prescribe benzodiazepinas (sedantes leves) durante unos días para tratar los síntomas de abstinencia alcohólica, ya que disminuyen la agitación y ayudan a evitar algunos síntomas de abstinencia, las convulsiones y el delirium tremens. Dado que se puede desarrollar dependencia a las benzodiazepinas, estos medicamentos se utilizan solo durante un periodo corto de tiempo. En ocasiones se administran medicamentos antipsicóticos a las personas con alucinosis relacionada con el alcohol.
El delirium
tremens puede poner en peligro la vida, y se trata enérgicamente para
controlar la fiebre alta y la agitación intensa. Si es posible, se trata en una
unidad de cuidados intensivos. El tratamiento suele consistir en lo siguiente:
·
Dosis altas de benzodiazepinas y barbitúricos
administradas por vía intravenosa
·
Dosis altas de vitaminas (sobre todo de tiamina)
·
Sueros por vía intravenosa
·
Medidas de enfriamiento externo, como una manta de
enfriamiento
·
Medicamentos para controlar la frecuencia cardíaca y la
presión arterial
·
Tratamiento de las complicaciones (como pancreatitis,
neumonía y convulsiones)
Con este tratamiento, el
delirium tremens generalmente comienza a resolverse entre las 12 y las 24 horas
desde su comienzo, pero los casos graves pueden durar de 5 a 7 días. La mayor
parte de las personas no recuerdan lo sucedido durante la abstinencia grave una
vez esta se ha resuelto.
Tras haber resuelto todos los
problemas médicos urgentes, el tratamiento ulterior depende de la gravedad del
consumo de alcohol y de las demás afecciones médicas y psiquiátricas del
paciente. Si no se ha desarrollado dependencia al alcohol, el médico puede
hablar de las consecuencias graves del alcoholismo, recomendando modos de
reducir o interrumpir su consumo, y programando citas de seguimiento para ver
cómo va evolucionando.
A las personas con un consumo
más intenso de alcohol, especialmente aquellas que tienen afecciones médicas y
psiquiátricas coexistentes, se les puede recomendar un programa de
desintoxicación y rehabilitación.
Desintoxicación y rehabilitación
En la primera fase, se retira completamente el alcohol, y se trata cualquier síntoma de abstinencia. A continuación, las personas con trastorno por consumo de alcohol tienen que aprender la manera de modificar su conducta. Sin ayuda, la mayoría de los bebedores problemáticos recaen en pocos días o semanas. los programas de rehabilitación, que combinan psicoterapia con supervisión médica, pueden resultar útiles. Se advierte de la dificultad que supone la interrupción del consumo y también se enseñan alternativas para aumentar la motivación para dejar de beber y evitar las situaciones que puedan desencadenar el consumo. El tratamiento se adapta a cada individuo. Estos programas también incluyen el apoyo de la familia y de los amigos. Los grupos de autoayuda, como el de Alcohólicos Anónimos, también pueden ayudar.
En ocasiones, determinados medicamentos (disulfiram, naltrexona, acamprosato y clonidina) pueden ayudar a las personas con trastorno por consumo de alcohol a evitar el consumo de alcohol. No obstante, los medicamentos por lo general solo ayudan a las personas motivadas y que cooperan, y los fármacos se utilizan como parte de un régimen de asesoramiento psicoterapéutico intensivo y permanente. Los resultados son variables.
El disulfiram disuade
de consumir alcohol porque interfiere con el metabolismo del alcohol, haciendo
que se produzca acetaldehído (una sustancia que resulta de la degradación del
alcohol) en la sangre. El acetaldehído hace que la persona se sienta enferma.
Cuando han tanscurrido entre 5 y 15 minutos desde que la persona que ha
tomado disulfiram bebe alcohol, la acumulación de acetaldehído causa
·
Enrojecimiento facial
·
Dolor de cabeza (cefalea) palpitante
·
Aumento de la frecuencia cardíaca
·
Respiración rápida
·
Sudoración
Pueden aparecer náuseas y
vómitos entre 30 y 60 minutos más tarde. Estas reacciones incómodas y
potencialmente peligrosas duran entre 1 y 3 horas.
El malestar que
se produce al consumir alcohol después de tomar disulfiram es tan
intenso que pocas personas se arriesgan a tomar ni siquiera la pequeña cantidad
que llevan algunos preparados de venta sin receta médica contra la tos y el
catarro o algunos alimentos.
El disulfiram debe
tomarse todos los días a fin de que sea eficaz para dejar de beber.
Las personas
siguientes no deberían tomar disulfiram:
·
Mujeres embarazadas
·
Las personas que tienen una enfermedad grave
como insuficiencia cardíaca
·
Personas de edad avanzada
La naltrexona altera los efectos del alcohol sobre ciertos productos químicos sintetizados por el cerebro (endorfinas) que pueden estar asociados con el ansia de alcohol y su consumo. Este fármaco es efectivo en la mayoría de los que lo consumen de manera continuada. Se puede administrar en una inyección mensual, de acción prolongada. La naltrexona, a diferencia del disulfiram, no hace que la gente se sienta enferma. Por lo tanto, una persona que toma naltrexona puede continuar bebiendo. Las personas que tienen hepatitis o determinadas enfermedades del hígado no deben tomar naltrexona.
La clonidina es un fármaco que tiene efecto sobre ciertas partes del cerebro y que se indica normalmente para tratar la presión arterial elevada, pero puede contribuir a aliviar algunos de los efectos de la abstinencia de alcohol.
Alcohólicos Anónimos: un camino hacia la recuperación
No existe ningún
planteamiento que haya sido tan beneficioso para tantas personas con
trastorno por consumo de alcohol como Alcohólicos Anónimos (AA). AA es una
asociación internacional de personas que desean dejar de consumir alcohol.
No hay que pagar derechos ni cuotas. El programa funciona de acuerdo con
«los doce pasos», que ofrecen al bebedor problemático un nuevo modo de vivir
sin alcohol. Los miembros de la asociación suelen trabajar con un padrino
(un miembro asociado que está absteniéndose del alcohol) que sirve de guía y
de apoyo. AA opera dentro de un contexto espiritual, pero no tiene
afiliación con ninguna ideología o doctrina religiosa. Sin embargo, para
quienes desean un enfoque más secular existen organizaciones alternativas
que también persiguen la recuperación de la sobriedad. AA también ayuda a sus
miembros en otros sentidos. Les procura un lugar donde la persona en
recuperación puede entablar relaciones sociales lejos del bar, con amigos no
bebedores, quienes siempre están disponibles para prestar apoyo cuando
vuelve a surgir la necesidad imperiosa de beber. En las reuniones, las
personas con trastorno por consumo de alcohol oyen las confesiones que hacen
otras personas a todo el grupo con respecto a cómo están luchando día a día
para evitar tomar una copa. Al suministrar medios para ayudar a los demás,
AA permite que la persona genere una autoconfianza y autoestima que antes
solo encontraba bebiendo alcohol. La mayor parte de las zonas metropolitanas
tienen muchas reuniones de AA disponibles día y noche, 7 días a la semana.
Se anima a las personas con trastorno por consumo de alcohol a probar en
varias reuniones diferentes para que asista a aquellas en las que se sienta
más cómodo. |