ANDRÉS CAMILO ESPINOSA POVEDA | LA
MENTE ES MARAVILLOSA | 25 / 07/ 2022
¿Cómo descansamos? ¿Qué nos permitimos hacer en nuestro tiempo libre? ¿Qué
pasa con esa sensación de culpa que emerge cuando tenemos la sensación de haber
estado perdiendo el tiempo? En este artículo, vamos a responder a estas y otras
interesantes preguntas.
Puede parecer extraño sentir culpa por
descansar, pero es más común de lo que parece. Tal vez
conozcas la sensación.
Aunque puede parecer que esos sentimientos de culpa son parte de una actitud de perseverancia y motivación por ser mejor, lo cierto es que hacen más mal que bien. Generan un malestar que irónicamente disminuye nuestra productividad.
La culpa es una emoción que se construye socialmente, por lo cual su funcionamiento depende de la cultura y de los valores interiorizados. Eso quiere decir que aquello que nos hace sentir culpables es, en gran parte, lo que nuestro medio social nos indica que debe hacernos sentir culpables.
Las normas que rompemos y que generan culpa pueden ser determinadas por la religión, la ley, la tradición, entre otras. La culpa por descansar también puede estar influenciada por el modelo económico en el que vivimos.
En la actualidad se premian el éxito y la productividad, por lo que es muy fácil sentir culpa en los días libres, al no enfocarlos en hacer algo relacionado con el rendimiento.
El problema de la productividad
En nuestra cultura se resaltan conceptos como la competencia, la productividad, el éxito, y se definen bajo una mirada económica. Así, solemos entender como actividades productivas aquellas que pueden traducirse en ganancias, ya sean directas o indirectas, y el éxito se mide en función de los ingresos. Es un enfoque bastante limitado, lo sabemos, y la propia cultura denuncia ese hecho, pero sigue sucediendo.
¿Puedes identificar alguna de esas ideas? A veces están tan interiorizadas que no nos damos cuenta de que las tenemos, pero están presentes en la publicidad, en las conversaciones cotidianas, en las personas que admiramos y vemos como ejemplo, y en la cultura en general.
Si no es hacer ganancias, es crecimiento personal
Tal vez no nos presionemos por ser productivos desde el punto de vista financiero, pero sí desde la idea del crecimiento personal. Está bien, no tenemos que estar generando dinero todo el tiempo, pero sí tenemos que invertir nuestra energía en actividades que produzcan un supuesto desarrollo propio. Eso suena muy bien, pero veamos cómo agrega presiones inadecuadas.
Leer algo solo porque es divertido, relajante o emocionante a veces se interpreta como una pérdida de tiempo, irónicamente ignorando los beneficios que la literatura de ficción puede traer a nivel social y emocional.
¿Ves cuál es el problema? Nuestra cultura asfixia por su obsesión por mostrar resultados, por demostrar que lo que hacemos con nuestra vida tiene un efecto medible, incluso presumible.
Si haces actividad física, lo mejor es que sea una que te guste; si lees, sea lo que sea que leas, es bueno que lo disfrutes; si inicias un negocio, te irá mejor si además de en el dinero piensas en poner tu corazón en ello.
Y si no quieres hacer nada de eso, también está bien. El descanso es muy productivo en realidad: te trae bienestar, ayuda a tu cuerpo a funcionar correctamente y mejora tu humor. Claro, a esas cosas no le puedes tomar fotos para las redes sociales, ni puedes pavonearte delante de tus compañeros de trabajo. Pero esas cosas son tuyas, son para ti, y eso las hace perfectamente válidas.
Eliminar la culpa
Recuerda que la culpa viene cuando sentimos que hemos transgredido una norma o violado un principio. Para poder descansar sin culpa necesitamos entender que está bien no ser productivo todo el tiempo.