domingo, 3 de septiembre de 2023

Cómo encontrar un equilibrio cuando nos invade la incertidumbre e impotencia


ANA GÁNDARA     |  vogue.es   |    01/03/2022

 

Por un lado, nos invaden el miedo y la ansiedad por un futuro incierto. Por el otro, no podemos evitar que la vida siga

¿Cuál es la cantidad de acontecimientos históricos (negativos) que puede vivir el ser humano sin que ello haga mella en su salud mental? Estamos agotados, estresados, sobreinformados y con un pico altísimo de trastornos de depresión y ansiedad diagnosticados (según un estudio publicado en la revista científica The Lancet, la cifra aumentó en 129 millones de casos -un 25%- solo en 2020). Con la explosión del conflicto en Ucrania, nos hemos encontrado con sentimientos de incertidumbre, impotencia o incluso miedo, pero también sin saber cómo reaccionar, hasta qué punto podemos seguir con nuestras vidas con (relativa) normalidad y cómo gestionar un cierto equilibrio entre mantenernos informados sobre lo que está ocurriendo -y qué podemos hacer al respecto-, y cuidar de ese bienestar mental cada vez más frágil. 

 

Gestionar la impotencia

 

“Es posible y necesario encontrar un término medio -explica el equipo de TherapyChat-. Es importante informarnos y tomar conciencia de lo que ocurre a nuestro alrededor; en este caso, las miradas de todo el mundo se encuentran en lo que ocurre en el conflicto bélico, y todo ello tendrá un efecto en todos los países, pero también en nuestras emociones. De nada servirá tener una sociedad informada pero incapaz de gestionar sus propias emociones, teniendo así un efecto negativo en la salud mental de todos”, desarrollan. 

 

Del mismo modo, nos recuerdan que “la mayor parte de los aspectos que sucedan estos días y las decisiones que se tomen no estarán en nuestra mano, por lo que debemos intentar no sobrecargarnos con la responsabilidad y, por tanto, la culpa de algo que no está en nuestro control y sí, por ejemplo, focalizarnos en qué manera podemos ayudar, ya que nuestros actos sí permanecen bajo nuestro control y nos ayudan a resolver nuestras emociones ante el conflicto, como buscar la opción de donar a una ONG de ayuda humanitaria”. En la misma línea va la respuesta de María Magdalena Orosan, psicóloga sanitaria de Psicopartner, quien hace hincapié en que “la forma de solidarizarse no es abandonándose o machacándose a uno mismo, con esto no hacemos ningún favor a los demás. Hay formas más constructivas y menos dañinas de ayudar a las personas. Si tenemos amigos o conocidos ucranianos, es importante, trasladarles que estamos ahí, para escucharles o sostenerles en momentos difíciles. La clave está en preguntar un simple ‘¿cómo estás?’ para que sea la propia persona la que pueda expresarnos cómo se siente y si necesita algo de nosotros, sin forzarlo".

 

Encontrar el equilibrio

Como explica Orosan, “hay que tener en cuenta que es una situación de miedo e incertidumbre sobre la que prácticamente no tenemos control, y el ser humano necesita saber y tener seguridad para estar tranquilo. Cuando no sabemos qué puede ocurrir, nuestro organismo permanece en estado de alerta, en modo lucha o huida, como mecanismo de defensa ante el peligro”. Y en este aspecto, mantenernos informados puede ser de ayuda, en el sentido de que “no podemos prohibirnos sentir o pensar en lo que está ocurriendo en la actualidad. La Teoría del proceso irónico de Wegner nos dice que, cuanto más intentamos suprimir o luchar contra nuestros pensamientos y emociones, más presentes e intensos se hacen”, señalan desde TherapyChat. Pero al mismo tiempo, la vida continúa y tampoco tiene sentido aislarse de la misma, hallando ese equilibrio entre estar al tanto de la actualidad, aportar nuestro granito de arena y, a la vez, no descuidar nuestra salud mental. Para ello, desde la plataforma de psicología recomiendan tres pautas:

  1. Lo más importante en estas situaciones es dar cabida a esta preocupación, es decir, permitirnos hablar sobre este tema, expresar nuestros miedos, pensamientos y sensaciones para poder liberarnos de la preocupación y la incertidumbre.
  2. A continuación, una vez expresado lo que sentimos, es importante mantener nuestras rutinas y actividades cotidianas, no parar nuestro reloj y ser conscientes de que es probable que entretanto surgirán pensamientos relacionados con el conflicto en Ucrania; pero si previamente hemos dado cabida a expresarlos, no aparecerán de manera tan ansiosa o preocupante.
  3. Finalmente, será importante saber parar y practicar el autocuidado. La información nos llega por muchas vías y de manera descontrolada, en la televisión, las redes sociales, periódicos e incluso en anuncios en plataformas de reproducción de música. Si detectamos que recibir tanta información nos está afectando, practiquemos la desconexión de la información y la reconexión con nosotros mismos. Salgamos a dar un paseo, practiquemos algún deporte o simplemente sentémonos a leer un libro. A veces es importante desconectar para reconectar con aquello que nos hace bien.

La cuestión es, por tanto, encontrar un balance dentro de una situación que, por su propia naturaleza, nos resulta surrealista. Como resume María Magdalena Orosan, se trata de una paradoja en la que “estamos sometidos a información en masa, los avances tecnológicos nos permiten estar actualizados sobre lo último cada segundo, todo esto mientras comenzamos el día tomando un café o vamos en transporte público a nuestro trabajo. Es una mezcla entre la cotidianidad y lo extraordinario, entre la aparente y relativa ‘calma’, porque no está ocurriendo en nuestro entorno más cercano, y angustia por pensar que pueda llegar a afectarnos. Vemos cómo personas como nosotros, con las que podemos identificarnos, tienen que huir de sus casas, pierden a sus seres queridos… El equilibrio, como su propio nombre indica, es estar entre ambas vertientes, siendo consciente de lo que ocurre a nivel mundial, pero intentando seguir permaneciendo dentro de nosotros mismos y en nuestro entorno más cercano”.

Gestiona la información

Tal como recuerda la psicóloga sanitaria, “desgraciadamente, no por tener más información vamos a poder cambiar el panorama mundial, con esto quiero decir que, a pesar de la importancia de estar bien informado de lo que sucede, un exceso de información podría dañarnos, porque alimentaría nuestra frustración por no poder intervenir y nuestro miedo por la magnitud de la situación”. Por ello, debemos tratar de evitar la sobreinformación, así como el gesto de revisar de forma casi compulsiva la actualidad. Desde TherapyChat recomiendan “aprender a interpretar la información que recibimos, razonarla y analizarla como lo que es: información proporcionada por distintas opiniones y conjeturas sobre lo que puede o no ocurrir. La ansiedad, el miedo y la incertidumbre se apoderan de nosotros cuando adoptamos la información que recibimos en estos casos como totalmente cierta y no nos paramos a pensar en que muchas de las previsiones negativas que algunos medios arrojan pueden no ser ciertas”.

Una forma de evitar sentirnos abrumados por la cantidad de información que estamos recibiendo es limitar el acceso a la misma. Por ejemplo, desde TherapyChat aconsejan decidir el formato en que vamos a consumirla: “Si vemos que el impacto que están teniendo las imágenes de las redes sociales, vídeos o noticias es muy negativo en nuestro bienestar y tranquilidad, una opción para el autocuidado sería informarnos a través de los periódicos o revistas que, por norma general, ofrecerán menos imágenes que en los medios interactivos”.

Cómo desbloquearnos

“Si te encuentras bloqueado, necesitas un respiro de toda la información que estás recibiendo. Descansa, desconecta y, poco a poco, retoma las conversaciones, debates e información a través de los medios”, aconsejan desde TherapyChat. Recuerda que estar al borde de un ataque de nervios no ayudará a nadie. Y si bien es verdad que estas reacciones no están solo en nuestra mente, sí podemos hacer algo para controlar en la medida de lo posible la forma en la que responde nuestro cuerpo: “Cuando sentimos miedo, se activa nuestra amígdala. A partir de aquí, se pone en marcha el sistema nervioso autónomo parasimpático, encargado del equilibrio, para resolver la situación que nos genera el miedo. Cuando no es posible resolverla, se activa la rama simpática para poner en marcha estrategias de afrontamiento más costosas. Si aún así, el organismo percibe que es imposible la lucha o huida, se vuelve a activar la rama parasimpática, generando una respuesta de paralización. Es importante intentar no anticiparse a los acontecimientos y procurar centrarse en resolver situaciones que se nos planteen a corto plazo, para, de esta manera, evitar una sobrecarga de estrés, que puede llevar al agotamiento físico”, explica Orosan. Para aprender a gestionar o redirigir ese cúmulo de emociones, desde TherapyChat comparten algunos consejos.

  1. Transforma esas emociones y redirígelas a otras más adaptativas. Es común que las personas intenten evitar sentir estas emociones, sinembargo vivirlas y aprender a gestionarlas tiene como resultado el transformarlas en otras más manejables, como por ejemplo el enfado o la aceptación. Para poder gestionarlas bien es recomendable expresarlas y permitirnos vivirlas a través de conductas como el llanto.
  2. Flexibilizar y aceptar. Muchas situaciones en nuestra vida van a ser inevitables y muchas otras no van a poder solucionarse o cambiar en la dirección que nos gustaría. Flexibilizar nuestros deseos y aprender a aceptar un resultado negativo o no deseado es algo complejo, pero en muchos casos es necesario para ayudarnos a gestionar el miedo y la incertidumbre.
  3. Apoyarnos en nuestros seres queridos. Comunicarnos y encontrar apoyo y compañía en familiares, compañeros o amigos es una pieza clave a la hora de gestionar el miedo y la incertidumbre. Muchas veces encontraremos que esos sentimientos son compartidos y nos sentiremos reconfortados y comprendidos.
  4. Cuestionar la información que recibimos y recordar que una afirmación no siempre es una verdad tajante. Tomar como ciertas todas las afirmaciones e información que recibimos puede abrumarnos y agobiarnos más. Parémonos a pensar y cuestionar la información que recibimos, ya que encontraremos que gran parte de ella es parcialmente cierta o probable.