viernes, 19 de junio de 2015

Ocho formas de superar pensamientos indeseables.

MARIANA ALVEZ | 04/04/2015
Les comparto este artículo de Alberto Rubín Martín. Licenciado en Psicología y Máster en Psicología de las Organizaciones y del Trabajo http://lifeder.com/
Tener pensamientos recurrentes indeseables, es una de las experiencias más irritantes e incómodas.
Pueden ser pensamientos relacionados con alguna relación personal, dinero o cualquier situación del trabajo y el problema es que son difíciles de controlar.
La forma más intuitiva de tratar con esos pensamientos es intentar suprimirlos, aunque como han demostrado muchos estudios, ese método no funciona y de hecho, hace que persistan aún más.
¿Entonces qué alternativas se pueden utilizar para evitar estos pensamientos? Voy a comentar algunos:
1-Distracción centrada
La tendencia natural al intentar evitar un pensamiento es pensar en otra cosa, distraerse; buscamos cosas en las que centrar nuestra atención.
La distracción funciona, aunque solo si te centras en una cosa específica en lugar de dejar vagar la mente. De hecho, dejar vagar la mente está asociado con infelicidad.
Por tanto, concéntrate en una película, un libro, una canción, un deporte, cualquier tarea doméstica, etc.
2-Evita el estrés
Otro método para evitar pensamientos persistentes es estar muy ocupados. Se cree que las prisas no dejarán espacio para pensar en lo que no queremos.
Cuando esto se ha comprobado científicamente, ha resultado que los pensamientos indeseables vuelven incluso más fuertes.
Se trata de estar ocupado, pero no bajo presión y con estrés.
3-Aplaza el pensamiento
Mientras que tratar de suprimir un pensamiento, hace que vuelva más fuerte, posponerlo puede funcionar.
Cuando se pide a las personas que pospongan sus pensamientos ansiosos a un periodo designado de 30 minutos, funciona como forma de dejar de lado los pensamientos indeseables.
Por tanto, un método que se puede usar es designar un periodo de tiempo para pensar en todas las preocupaciones. 
4-Terapia paradójica
Este método se basa en intentar concentrarte y buscar el pensamiento repetitivo en lugar de suprimirlo.
Parece paradójico que centrarse en un pensamiento ayude a dejarlo ir, aunque varias investigaciones demuestran que esto puede funcionar. Esta técnica está basada en el principio de la exposición: exponerse de forma repetida a un estímulo guía a su control y a la habituación ante el mismo.
Funciona especialmente para los pensamientos obsesivos y para el comportamiento compulsivo.
5-Aceptación
Existe evidencia de que intentar aceptar pensamientos indeseables en lugar de combatirlos, puede funcionar.
Se trata de “observar” los pensamientos, no tratar de discutirlos o evitaros, sino contemplarlos y dejarlos ir.
6-Meditación
La meditación produce una actitud de compasión y de ausencia de juicios. Además, también es una forma adecuada para superar los pensamientos repetitivos.
7-Autoafirmaciones
Una autoafirmación es algo que te dices a ti mismo y que está enfocado en tus rasgos positivos. Por ejemplo, “valgo mucho y me merezco ser feliz”, “lo voy a hacer bien”, “estoy relajado y no tengo preocupaciones”.
La autoafirmaciones se usan para fomentar creencias y rasgos positivos. Entre otros beneficios, los más importantes son que aumentan la autoestima y el autocontrol.
También puede ayudar para pensar en algo positivo y constructivo en lugar de en los pensamientos repetitivos.
8-Escribir
Ha sido demostrado muchas veces que escribir sobre los pensamientos, experiencias y sentimientos tiene beneficios para la salud. Además, ayuda a reducir pensamientos recurrentes indeseables.
Puedes escribir un diario en el que comentas tus experiencias diarias, los problemas que te van surgiendo o las cosas que te preocupan.

Estimado señor Nash

OPINIÓN | Enfermedades mentales | Esquizofrenia
La figura del matemático será imprescindible por lo que simboliza para las personas que conocen su lucha contra la enfermedad.

VÍCTOR SÁNCHEZ ABENIA  | El País | 26/05/2015

[Víctor Sánchez Abenia, el firmante de este artículo, es un estudiante polifacético que asistió al último Taller de Entrevistas de la Escuela de Periodismo UAM/El País en la segunda semana de mayo. Uno de los ejercicios del citado taller era la realización de entrevistas entre alumnos; Víctor se ofreció a hacer de entrevistado y escogió personificar en el estrado al famoso matemático John Nash, cuya mente prodigiosa fue objeto de un libro que luego fue una muy conocida película. Demostró, ante las preguntas de la compañera que lo entrevistó, un conocimiento impresionante del matemático, su ídolo. Nash murió el domingo en Estados Unidos, víctima de un fatal accidente de circulación. Aquella entrevista en la que Víctor hizo de Nash es inolvidable para los que la escuchamos. Por eso le pedimos ayer al joven estudiante que escribiera un texto explicando por qué le parecía fascinante la personalidad de su admirado Nash, cuya enfermedad mental dijo compartir.
Víctor Sánchez estudia FP en Cocina y Gastronomía, ha realizado el servicio de voluntariado europeo en Francia, ha comenzado el grado en Filosofía, Política y Economía y tiene otros proyectos para su formación; tiene una discapacidad del 33%.- JUAN CRUZ]
Estimado señor John Forbes Nash:
Usted, que llegó hasta donde nadie antes había atisbado.
Suele decirse que en la vida hay personas que luchan a ratos y que estos son prescindibles pero importantes… Que aun siendo prescindibles, son aún más importantes si luchan mucho tiempo. Otros que luchan toda la vida, —los menos en número, pero grandes—, son los imprescindibles por su incalculable valor intangible. La figura de John Forbes Nash, a mi entender, había sido y será una imprescindible. Lo seguirá siendo por el legado que dejó, por lo que simboliza para las personas que conocen su lucha contra la enfermedad que padeció toda su vida, y que le estiman.
Entendámoslo como lo que es: la esquizofrenia es una de las enfermedades más devastadoras que existen para el hombre. Y eso si es que esta puede entenderse como tal. Cuando en una nueva ley se considera delictivo un hecho que en la antigua no se castigaba, no se puede aplicar teniendo efectos retroactivos. Es decir, un delincuente no puede ser castigado retroactivamente. Sin embargo, sí hay una enfermedad o síndrome, que se reproduce en la especie humana entre un 0,85% y un 1% sobre la población total. Y si entendemos que la naturaleza es sabia… ¿Cómo podría ser que, al igual que una ley no puede juzgar a posteriori de forma negativa, una enfermedad fuera contra la ley de Darwin? Es posible que la esquizofrenia o psicosis se pueda llegar a plantear como algo que la ciencia todavía no ha acertado a denominar, con datos científicos suficientes para comprenderla del todo.
Por lo que se sabe la esquizofrenia consiste en un fallo (¿?) químico en el cerebro por el cual la dopamina, — el líquido que transmite la información entre neurona y neurona—, se dispara a niveles muy por encima de lo normal. Las ramificaciones de las neuronas no llegan a tocarse para transmitir los impulsos eléctricos que llevan la información entre conglomeraciones o circuitos neuronales y necesitan de la dopamina para transmitir dicha información. Si el nivel de dopamina es muy alto, la información se produce incluso por encima de lo realmente cuantificable por los sentidos. Esto es especialmente interesante en el caso de John Nash. Suele darse la paradoja de que, cuanto mayor sea la inteligencia de una persona que padece psicosis (esquizofrenia, trastorno esquizo-afectivo, o trastorno bipolar), mayor es la elaboración y el nivel de perfección respecto a la realidad o irrealidad de la paranoia en cuestión. Es decir, a mayor inteligencia del sujeto en cuestión, existe una elaboración fantástica de la paranoia y su desarrollo, que es prisma de la realidad-irrealidad que nuestro cerebro vuelca sobre la máscara de nuestros sentidos. ¿Y si John Nash no descubrió su Teoría de juegos? ¿Qué quiere decir? ¿Qué la copio de otro? ¡No! ¿Qué se la inventó la paranoia de su cerebro? Tampoco…
Más bien pienso dos cosas. Siento que la agonía vital del gran John Nash podría partir del sufrimiento por su enfermedad, y que su teoría de juegos, la desarrolló íntimamente ligada a la solución de “su realidad” versus “irrealidad” o enfermedad, de su realidad como matemático. Una persona sana puede verse abocada a comprar por lo que le dicten sus sentidos, sus emociones, o sus anhelos. Todos tenemos en menor o mayor medida un grado de esquizofrenia, ya sea en la salud de nuestras mentes, o diagnosticada.
Fíjense, cómo se va enmarañando la cosa, pues esto también tiene que ver con la teoría de los juegos… No se puede maximizar el mejor resultado porque es posible perder, y también hay que maximizar el reparto de coste en caso de déficit… John Forbes Nash fue un genio. Toda persona que tiene esquizofrenia diagnosticada, y la suerte de entender que lo que le pasa es una enfermedad y que lo que verdaderamente le persigue o le acosa no existe, tomará a Nash como estandarte y abanderado de la lucha por la salud y la vida, y no se verá como algo negativo en la sociedad. John Nash reconoció abiertamente su enfermedad y fue un testigo positivo de ella, contrarrestando así el estigma. Toda persona que se encuentre en el principio de esta enfermedad puede proyectarse sobre el icono del Genio Nash, e incluso se convencerá de que él o ella también es un gran o una gran genio.
Las inversiones son varias: la primera, de optimización del resultado a lo que supone una rentabilidad posible y no perfecta. La segunda es invertir en ese luchador o luchadora. La tercera inversión es devolver a esa persona, apoyándose en la forma como lo hizo John Nash cuando había muchos menos medios para ello. Nash, como persona que lucha toda la vida, como imprescindible, es un testigo de vida para otros.
El profesor John Forbes Nash, ahora fallecido en estas trágicas circunstancias, descubrió en el afecto (como nos toca a todos en la vida) la ecuación con la que pudo encajar en su vida la enfermedad, la fórmula que pudo ayudarle a superar su situación cuando los medios existentes, y medicaciones distaban mucho de las actuales.
Por todo ello me fascinará siempre John Forbes Nash. Existen unas ciertas teorías pseudocientíficas, tanto en la civilización de los mayas, como en la antigua cultura egipcia sobre que a algunos recién nacidos se les practicaba una tara deformándoles el cráneo, de forma que crecían sin tener capacidad para hacer tareas básicas. Sin embargo, tenían una gran capacidad de abstracción (como Nash).
En estas culturas el neonato con la cabeza deformada desarrollaba la esquizofrenia y era capaz de ver el futuro cuando crecía si seguía la costumbre o tratamiento médico, la medicina de los mayas y egipcios, que se distingue de la occidental en connotaciones éticas. Estas personas con esquizofrenia eran incapaces de hacer tareas simples, pero podían ver el futuro. Pongamos que así le ocurrió en su Teoría matemática a John Nash. No desarrolló una Teoría de Juegos al uso, sino una salida existencial a su problema creado y resuelto con la misma capacidad de su mente, y que vislumbró al ver el futuro de las Matemáticas. John Nash destacó en su carrera debido a su hándicap, fue y es modelo de muchos. Pero, sin duda, fue su capacidad de dar afecto —como reconoció cuando recogió el Nobel—, la mayor incógnita que cada ser humano debe resolver sepa o no de matemáticas.