Pablo Rivas González | Savia | 6/08/2020
Por desgracia, el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 está
presente en todas las conversaciones, afecta nuestra vida y nuestras rutinas de
múltiples maneras, y es motivo diario de preocupación.
Los niños y niñas perciben la preocupación que
se genera tanto en los adultos a su cargo como en la sociedad en general. Por
ello, es importante cuidar su salud física y emocional en
la “nueva normalidad”, y no descuidar medidas encaminadas a
mantener su salud como la vacunación infantil o el seguimiento
de hábitos saludables.
Para que nuestros hijos e hijas afronten la nueva
situación de manera correcta es necesario hablar con ellos con sinceridad y
explicarles la situación sin alarmismo pero de una manera rigurosa, y en un
lenguaje comprensible. Esto les puede ayudar a entender qué está
pasando, hacer que se sientan más seguros, y superar
algunos de los miedos que puedan presentar.
Algunas recomendaciones para hablar con los niños son las siguientes:
- Hay que comenzar por estar bien informado.
Se puede acudir a fuentes de información fiable como las páginas web
del Ministerio de Sanidad o de las distintas Comunidades
Autónomas. También las Sociedades Científicas de las
distintas ramas de la medicina ofrecen información específica para
pacientes con alguna patología concreta (por ejemplo, niños con asma,
inmunodeprimidos, etc.). Tras conocer los datos verdaderos y las
recomendaciones oficiales ya estamos preparados para hablar con nuestros
hijos y darles el apoyo que necesitan.
- Para comenzar una conversación hay
que elegir un momento en el que los niños probablemente quieran hablar,
como durante las comidas. Hay que preguntarles qué saben ya del tema, y
sobre todo qué dudas o preocupaciones tienen. Estas dudas, miedos
o incertidumbres pueden guiar la conversación.
- Cuando se habla con los niños hay que escucharlos
de forma activa y responder a sus preguntas o dudas con información
veraz y de una manera que puedan entender. Es probable que no se
tengan todas las respuestas, en ese caso hay que ser sincero y buscar la
información en fuentes oficiales. También hay que
comentarles que hay muchos rumores e información errónea, y
que no pueden creer todo lo que lean o escuchen.
- Es importante hablar con los niños con
frecuencia para detectar nuevas dudas y ver cómo están afrontando
la situación. Al ser una pandemia tan cambiante, se puede ofrecer información
actualizada sobre el virus o sobre las recomendaciones para su
prevención, en un lenguaje cercano y comprensible.
- Siempre hay que animar a los niños a que expresen
sus sentimientos y decirles que es normal que estén afectados o
preocupados. También hay que animarles para que consulten siempre que
tengan alguna pregunta o duda.
- Respecto al contenido de las
conversaciones, se puede aclarar al niño qué es el coronavirus,
las consecuencias en la salud y la forma de
transmisión. Se puede comentar que en los niños pueden tener la
enfermedad sin sentirse mal o tener solo síntomas leves parecidos
a los de un resfriado. También se puede hablar del gran esfuerzo que se
está haciendo para superar la situación, y que los expertos están haciendo
un gran trabajo para prevenir la enfermedad o curarla
sin complicaciones en caso de que se produzca.
En cualquier caso, además de hablar con los niños, hay
que tomar medidas prácticas, que pueden ser útiles tanto en
su vida familiar como en la vuelta al colegio.
Hay que animarles a que se laven las
manos con frecuencia y de manera correcta, especialmente cuando vuelven a
casa, antes de las comidas, y después de toser, de estornudar, o de sonarse la
nariz. Para ello, es importante demostrarles cómo hay que lavarse bien
las manos, incluyendo todos los dedos y espacios interdigitales, y durante
al menos 40-60 segundos. También deben conocer que cuando se tose o estornuda
hay que hacerlo en un pañuelo desechable, y luego tirarlo a la
basura, o cómo toser en el ángulo del codo.
Igualmente, hay que destacar con ellos la importancia
del distanciamiento social y el uso correcto de la
mascarilla, las cuales deben estar homologadas y ser adecuada para su
edad. Deben aprender que hay que evitar el contacto cercano con las personas
que no viven en casa, aunque no parezcan que están enfermas. Además, en lugar
de chocar la mano, tocarse los puños, o abrazar a las personas que no viven en
casa, es mejor sonreír y saludar con un movimiento de la mano.
Por otra parte, hay otras medidas que se pueden tomar
para ayudar a los niños a afrontar la situación:
·
Hay que mantener la calma, pues los niños
siguen el ejemplo de los adultos para saber cómo reaccionar. También hay
que tener paciencia y mostrarles apoyo y cariño incondicional.
·
El mantenimiento de rutinas ayuda a
los niños a predecir cuál es el plan y tener una sensación de control de la
situación.
·
Se puede limitar el acceso a las noticias sobre
coronavirus, que puede llegar a ser agobiante, o el acceso a redes sociales o a
información que puede ser falsa.
·
El hecho de que se recomiende pasar más tiempo en casa
es una oportunidad para ser creativo en cuanto a maneras para
divertirse, pasar más tiempo con los seres queridos, mantener
la actividad física en familia, y disfrutar con contactos
sociales de manera virtual.
- Hay que evitar los gestos de
discriminación o rechazo hacia otras personas afectadas, tratar
de usar el sentido del humor para afrontar las
situaciones, y ofrecer mensajes de confianza y esperanza, pues
en el fondo la situación es temporal y “de todo se sale”.
- También es importante que nos cuidemos
los adultos: dormir lo suficiente, hacer ejercicio físico, seguir una
dieta saludable y buscar asesoramiento psicológico en caso necesario.
Mantenernos sanos también es una manera de ayudar a nuestros hijos.
Otra duda que surge con frecuencia es la
vacunación de los niños durante a pandemia. Es muy importante
que los niños reciban todas las vacunas contempladas en el
calendario de vacunación en el momento que le corresponden para obtener
protección en este momento y en el futuro. La infección por coronavirus no
presenta ningún riesgo específico relacionado con las vacunas o con la
vacunación.
Hay que seguir las instrucciones de las autoridades
sanitarias para saber dónde y cuándo se administran las vacunas. Si los servicios
de vacunación se interrumpieran temporalmente, hay que asegurarse de que
los niños se ponen al día con las dosis no administradas lo antes posible una
vez que se reanuden los servicios.
En cualquier caso, todas las dudas sobre la salud
física o emocional de los niños y niñas se pueden resolver fácilmente
consultado con un pediatra o con un psicólogo, lo
que puede hacerse de manera presencial o telemática.