LAURA MARTÍN SANJUAN | as.com | 18/12/2024
Este amigo tiene
muchos conocidos y amigos, pero no forma parte de un grupo central, por lo que
va pivotando según el momento.
El término “flotador social” apareció por primera vez en Urban Dictionary en el año 2020, seguido por “amigo flotante“, que obtuvo su propia definición en el sitio en 2023. Y, desde entonces, se ha viralizado su definición y se ha normalizado ser una persona así.
Puede que conozcas a personas flotador,
tengas amigos flotadores, o incluso tú mismo seas ese que se mueve entre grupos
según los viajes, los planes, las citas, las quedadas o el momento de tu vida
en el que estés. “Es importante que la gente se dé cuenta de que nuestra imagen
de amistades será muy diferente a lo largo de la vida para todos nosotros, y
eso es muy normal”, afirma la terapeuta Hope Kelaher, trabajadora
social clínica especializada en relaciones, que trabaja en Nueva York y es autora del libro “Cómo hacer amigos de adulto”.
Cómo cambian los amigos
Puede que tus amigos del cole te sigan
pareciendo lo mejor del mundo, o puede que ya no encajes con ellos, habéis madurado diferente y ellos
sólo conocen la primera versión de tu vida. Puede que los compañeros de
Universidad sigan siendo tu base estructural de amistad, las personas con las
que cumpliste el sueño de formarte en lo que quisiste y con quien te
convertiste en adulto.
Incluso quien encuentra a sus verdaderos
amigos en el trabajo, con quien comparte experiencias diferentes, retos, pasa muchas
horas, y es capaz de entablar relaciones totalmente sinceras cuando están en
otro momento de su vida personal y laboral.
Los grupos de amigos van cambiando, tú vas cambiando; las experiencias vitales de cada uno van cambiando, te van moldeando y ya no permites o quieres determinadas cosas; puede que tus nuevos mejores amigos sean los papás y mamás del cole de tus hijos, algo muy habitual congeniar en un momento vital en el que no todo el mundo está de la misma manera.
“Los grupos de amigos son algo orgánico cuando somos más jóvenes porque estás con las mismas personas en el mismo lugar al mismo tiempo, a menudo con los mismos intereses y en la misma etapa de la vida”, dice la psicóloga Irene Levine. “Es bueno mantener viejos amigos porque tenemos muchos recuerdos en común, pero también es bueno desarrollar nuevas relaciones basadas en cómo es tu vida en el presente”.
Las parejas modifican las amistades, el
lugar donde vives modifica las amistades, cómo de cerca o lejos estés de tu
grupo de amigos te hace avanzar en una línea u otra. Los círculos se expanden, las relaciones se modifican. Por eso ser
un amigo flotador puede que lo seamos todos en algún momento de nuestra vida.
El enfoque de Melanie Ross Mills es
vital para tener una buena relación con nuestros amigos (sean quienes sean),
“es importante que recordemos que fuimos creados para conectar, y hay algo que
la amistad nos ofrece que ninguna otra cosa nos ofrece. No importa la edad que
tengamos, es importante prestar atención a dónde estamos invirtiendo y
quién está invirtiendo en nosotros”.
Las amistades de Aristóteles
El filósofo griego Aristóteles definió tres tipos de amistades que pueden ser perfectamente válidas hoy en día: utilidad, placer y virtud. Las amistades de utilidad son aquellas en las que las personas tienen una relación amistosa debido a los beneficios que cada una aporta (por ejemplo, socios comerciales, colegas o compañeros de clase que te ayudan a superar un curso o a conseguir un ascenso).
Las amistades de placer se basan en disfrutar de una actividad compartida o en perseguir placeres y emociones fugaces (por ejemplo, compartes un equipo deportivo favorito y disfrutas de asistir a los partidos juntos).
Las amistades virtuosas se forman a partir de valores y perspectivas de vida compartidos. Estos amigos suelen conectar de forma natural, suelen ser menos frecuentes, pero más significativos.