ENRIQUE GUERRA GÓMEZ | TopDoctors | 28/06/2022
La Organización Mundial de la Salud,
en su Clasificación
Internacional de Enfermedades,
estableció los criterios diagnósticos de “duelo prolongado” y, hace 2 o 3
meses, ha hecho lo propio la Asociación Psiquiátrica Norteamericana (DSM-5 TR).
El duelo prolongado se define como la preocupación constante o anhelo
intenso por el difunto y las características que rodearon su muerte.
Las personas que padecen duelo prolongado experimentan malestar clínicamente
significativo, que puede ir acompañado de deterioro laboral, social y
en otras áreas del funcionamiento. Para poder determinar si existe
duelo prolongado, estos síntomas deben presentarse todos los días y la mayor
parte del día.
El
duelo prolongado es una preocupación constante o anhelo intenso por el
difunto y las características que rodearon su muerte
Las diferencias entre el duelo prolongado y el duelo “esperable”
El manual de diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales DSM-5 TR diferencia el duelo prolongado del duelo normal exclusivamente en base al tiempo transcurrido.
En la mayoría de las personas adultas se considera que debe pasar un mínimo de 12 meses para considerar un duelo como duelo prolongado y, en niños y adolescentes ese tiempo se reduce a 6 meses.
Sin embargo, también es importante tener en cuenta si existen síntomas asociados, como sentimientos de culpa casi delirantes o alucinaciones, lo que supondría un plus de gravedad. En estos casos, el especialista en Psiquiatría debe plantearse si es necesario esperar a que pasen 12 meses para hablar de la existencia de duelo prolongado.
Otro aspecto a tener en cuenta es el contexto sociocultural del paciente, ya que existen diferentes ámbitos en los cuales la “normativa” establece un tiempo de duelo con una duración mayor.
Los síntomas del duelo prolongado
Las personas que sufren duelo
prolongado suelen presentar alteración de la identidad, es
decir, el sentimiento de que parte de uno mismo ha muerto. Por otro lado, se
caracteriza por la evitación constante de recuerdos asociados
al fallecimiento, dolor emocional intenso y entumecimiento
emocional, es decir, sentir que la vida carece de sentido; y sentimientos de
soledad.
Además, pueden presentar una gran dificultad para seguir adelante con
la vida, problemas para relacionarse con otras personas, perseguir
objetivos o planificar el futuro.
¿Hay personas más propensas a sufrir duelo prolongado?
Aproximadamente un 10% de
los duelos se convierten en duelo prolongado. Cuando se trata de niños
y adolescentes este porcentaje aumenta al 18%.
Además, podría haber una ligera predominancia en mujeres, más aún en personas
que han sufrido la muerte de una persona cercana en cuidados paliativos,
por VIH y sobre
todo en refugiados (30%).
¿Cómo se puede “curar” un duelo prolongado?
El tratamiento principal es la psicoterapia. Los estudios realizados hasta la actualidad han mostrado que la modalidad más eficaz es la Cognitivo-Conductual o sus variantes, como la cognitiva-integrativa y la metacognitiva; por otra parte y en menor grado, la Terapia Interpersonal.
Con respecto a los psicofármacos, la decisión de prescribirlos o no estaría en función de la presencia de síntomas depresivos y/o de ansiedad notorios, que interfieran con las actividades habituales de la persona.
En estos casos se utilizarían los antidepresivos (los más estudiados son los inhibidores específicos de la recaptación de serotonina) o los ansiolíticos.